—¡Sí, ya voy! —respondí poniéndome en pie, saliendo por fin de la cama. Bajo las escaleras y me encuentro con mis padres sentados, tomando el almuerzo.

—Buena tarde —saludo y, además, doy un pequeño medio abrazo a ambos.

Y papá me detuvo antes de saliera nuevamente del comedor con mi plato de comida en mano, diciéndo:—¿A dónde vas, Cariño?

Entonces lo miró medio frunciendo el ceño por su extraña pregunta. —A mi recamara —respondo. O sea, era obvio.

—Has estada medio día en ella, Cariño, ¿por qué mejor no te quedas acá con nosotros para almorzar juntos, eh?

¿La verdad? No me pareció mala idea, así que me quedé en el comedor junto a ellos para almorzar. Y luego ellos me platicaron un poco sobre la familia Jeon. Porque sí, justo tienen también el apellido de ese chico acaparador.

Uh, no. Mejor ni pienso en él porque me desagrada y ya bastante tengo con soportarlo diariamente en clases..., así que me dí trebua a mí misma, autocompadeciendome por la idea de pensarlo.

Hoy no había asistido a clases así que no tenía manera de saber si habían mando tarea o empezado un tema, sin embargo supuse que los profesores, seguramente, me podrían al corriente mañana. Por lo que no le dí más importancia a eso y me dispuse a terminar de comer para luego ir a darme un baño y arreglarme, según mamá, “más bonita” de lo que soy.

Pero no conté con que...

Aish, Mamá —me quejé—, yo no quiero usar eso...

...Mi madre escogiera lo que vestiria:


(Buscar imagen)

Bueno, al final mamá me sobornó; dijo que si usaba lo que ella me escogió me compraría tres nuevos pósteres que me gustarán, y por supuesto que yo acepté; usando aquello que dije no usaría.
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—Uhm... —murmuré frente al espejo, mirándome detenidamente— no está tan mal...

Además tampoco era la gran cosa, ¿no? sólo no me gustaba la idea de volver a poner ropa incomoda a mi cuerpo y arreglarme tanto como antiguamente lo hacía, por lo que vestir lo que vestía no iba en contra de lo que me decía que no quería volver a usar. Porque, a pesar de todo, yo no soy la típica nerd de la cual se burlan y/o maltratan.

No, señores, ese no es mi caso.

A mí me ignoraban porque yo buscaba pasar desapercibida, no porque fuese fea, mal arreglada o con poca personalidad, puesto que así me sentía cómoda y, además, estar rodeaba de tantas personas me generaba ansiedad.

—¿Cielito? —escuchó a mi mamá llamar, sacándome de mis pensamientos.

—¿Dime? —respondí pero tuve que sacudir la cabeza para salir por completo del aturdimiento donde antes me habían llevado mis pensamientos.

—¡Por favor, baja!

—¿Ya nos vamos? —fue una pregunta estúpida, lo sé.

—¡Sí! —dijo— así que, ¡apúrate!

Terminé por tomar mis lentes y hacerme una cola de caballo en el cabello para salir de mi recamara con mi bolso de mano (en donde tenía mi teléfono, audífonos inalambricos y cargador, además de un chocolate mediano para aperitivo). Y salí de mi recamara con una pequeña sonrisa dirigida a mi poste favorito de Jace.

La chica tímida y el aparador [J.J.K] [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora