—Entonces, conoces lo que es ir a prisión —me intereso.

—Algo así —gira el rostro con una sonrisa y me preparo para su aclaración —. Eso pasó aquí. Fui a la policía buscando ayuda, hablé con muchos oficiales, pero lo único que conseguí fue que me culparan de mentiroso. Golpee a algunos oficiales en mi desespero y me pusieron en una celda hasta que me calmara. Me dieron mi lección pero me soltaron. No pude probar nada, y digamos que tampoco tuve mucho tiempo para reunir las evidencias necesarias. El resto ya lo sabes.

—Sí...

Hasta dónde sé, escapó por esa razón. La valentía que tomó para regresar es admirable, y triste a la vez. Saber que lo que ocupa mayormente su cabeza es el hecho de deshacer una red criminal, y que se haya preparado profesionalmente solo para eso, no debe ser fácil de llevar. No imagino tener que enfocarte completamente a huir, y quizá evadiendo el entorno que una persona normal debería disfrutar.

No debe ser para nada sencillo conectar con el mundo real cuando tiene que hacerlo, si es que lo hace. No he escuchado a Logan hablar de si tiene una vida además de planear la captura de su padre, por eso debe comportarse así. Es decir, siempre fue muy reservado, aún recuerdo que prefería estar solo y no me era fácil acercarme. Sumando estos factores, tenemos al hombre que está a mi lado. Nunca se puede adivinar lo que está pensando y hablar con él siempre es un reto, a veces le doy dos vueltas a lo que me dice para verificar que no tiene doble sentido o si le he entendido bien.

—¿Camille?

—Perdón, ¿decías algo?

—Sí, te preguntaba si creías apropiado que mañana mismo pudiéramos ir a tu casa a revisar esos papeles —me mira un poco preocupado.

—Claro, no hay problema —le sonrío, no quiero que piense que algo anda mal conmigo.

Sin agregar nada más, Logan asiente satisfecho con mi respuesta y regresa su completa atención al frente.

Miro por la ventana y suspiro antes de sentir como mi cuerpo se relaja por el paseo. No tengo idea del momento en que me he quedado dormida y para cuando abro nuevamente los ojos, estamos llegando al portón principal.

Marco está parado al lado, él nos ha abierto sin necesidad de que Logan bajara. Se acerca al auto por la ventana de Logan y comienzan a hablar sin darse cuenta que estoy despierta.

—¿Cómo fue todo? —pregunta Marco.

—Regular. Nos hemos enterado de algo bastante delicado y... —se detiene de repente y puedo notar por el reflejo del cristal de mi ventana como se gira hacia mí —. Te lo cuento dentro.

—Termino de revisar el perímetro y voy para allá —responde con la seriedad que lo caracteriza.

—Asegúrate que los sensores estén funcionando bien.

—Cuenta con eso.

El auto se mueve otra vez hasta que subimos la pequeña colina donde se encuentra la cabaña y aparca al frente. Justo cuando apaga el motor, simulo que estoy desorientada por recién estar despertando.

—Hemos llegado —me dice. Levanto la cara para mirar mi alrededor desorientada y con los ojos entrecerrados, como si recién estuviera durmiendo.

Comienzo por bajar del auto mientras me felicito por mi actuación.

Sin duda hoy ha sido un día de sorpresas. Lo poco informada que estoy de las cosas y ahora en el asunto de la seguridad del lugar. Antes había notado algunas rejas marcando los límites del lugar pero no me detuve a pensar en los recursos con los que contaba este terreno que, a pesar de estar escondido, seguía estando expuesto. Logan tomaba las precauciones pertinentes y Marco se encargaba de llevar al orden. Después de todo es nuestra vida la que está aquí, no es de menos no tomarse el tiempo para que todo vaya bien.

Y ahora otra duda a la que tampoco le presté interés en su momento, me asalta.

¿Qué habrá querido decir Logan esta tarde con lo de qué había alguien cuidándonos? No noté que nos siguieran o que hablara con nadie para confirmar. ¿Sería también del FBI? Seguramente veía muchas películas. Mejor me voy a descansar, creo que ya estaba desvariando.

Subo los escalones para subir al pórtico y Rebecca abre la puerta antes que pueda llegar a ella, parece que ya nos esperaba.

—Buenas noches —le digo al pasarle al lado, ella sonríe contestándome igual y avanzo escaleras arriba.

—¿No vas a cenar? —me detiene con su pregunta y me giro para contestarle.

—No tengo mucho apetito, gracias. Estoy un poco cansada, hasta mañana —le sonrío antes de continuar.

—¿Qué hay de tí?

Esta vez se dirige a Logan pero ya me he alejado lo suficiente para no escuchar algo más.

Entro a mi habitación con la intención de acostarme para retomar el sueño, pero justo cuando me meto en la cama, no consigo hacerlo. Siempre me ha pasado que al despertar intento volver a dormir, pero por más que lo desee, nunca lo logro. Tengo que pasar al menos media hora tratando.

Me levanto fastidiada y me deshago de mi ropa para buscarme algo más cómodo. No me molesté antes porque creí que al tocar el colchón quedaría dormida, pero obviamente me equivoqué. Ahora estaba más que despierta y cómo la última vez que me quedé en el hotel, acerqué mi maleta para sacar ropa directamente de ahí. No sé si tenga algo en contra de ocupar el espacio en muebles que no me pertenecen, pero supongo que sí. Quizá solo soy demasiado quisquillosa con mis cosas.

—¿Sí? —pregunto al escuchar que han llamado a la puerta.

—Soy yo, ¿puedes abrir? —es la voz de Logan.

—Eh... sí, ya voy —termino escogiendo lo primero que veo, tomo un camisón para vestirme a prisa y voy a la puerta —. ¿Qué pasa? —asomo la cabeza por la apertura, escondiendo lo más que puedo mis piernas detrás de la madera.

—Venía a hablar contigo, ¿puedes darme unos segundos? —lo miro de arriba abajo, tiene un pantalón de algodón gris a rayas azul marino que le hacen juego a la camisa de manga corta que lleva puesta, debiendo ser su pijama. Inclusive de esta forma, sigue siendo atractivo y termino preguntándome si tendrá más así.

Vuelvo a su rostro y parece haberse dado cuenta de mi vestimenta porque ha desviado la mirada. En mi trance, sin darme cuenta había salido de mi escondite. Inmediatamente siento el calor en toda mi cara.

—Dame un minuto... —le digo nerviosa antes de cerrarle la puerta en la cara y apresurarme a regresar al interior para tomar unos pantalones y torpemente ponérmelos para volver a abrirle —. Lo siento, pasa.

Ahora con más calma, ingresa en mi habitación y toma lugar en la cama siendo que no hay ningún otro lugar donde sentarse. Me aproximo hasta su lado y lo imito teniendo una considerable distancia entre nosotros.

¿Cuál podrá ser el motivo por el que ha venido hasta acá, a ésta hora y que no ha podido esperar hasta mañana?

Me pregunto si es serio.

° ° °

Voten, comenten que eso nunca está mal 😜y nos leemos en el siguiente capítulo. ❤❤ ¡Saludos!

Malas Decisiones [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora