Flores de Cristal

Supongo que todos conocéis las leyendas que rodean a la muerte.

El cielo y el infierno de los católicos son uno de los ejemplos más populares. Como también lo son el nuevo mundo de los egipcios, la resurrección de los hindús o incluso el inframundo de los griegos, dividido entre los Campos Elíseos, los Campos de Castigo y los Campos Asfódelos.

Estos últimos son los que se asemejan más a la realidad.

Los Campos Asfódelos, un lugar donde no eres ni haces nada, sin saber quién eras ni qué serás después.

En la mitología griega era el hogar para aquellos que no habían sido ni demasiado buenos ni demasiado malos.

Cuenta la leyenda que si un alma consigue redescubrir sus propios sentimientos, será capaz de renacer en otro cuerpo. Tener otra oportunidad. Enmendar los errores del pasado.

También se dice que, en algún lugar de la nada, crece El Árbol.

Sí, El Árbol, con mayúscula y todo.

Entre sus ramas conviven miles de hermosas flores, todas con distintos diseños, tamaños y aromas, ninguna igual entre sí. Se supone que hay una por cada existencia, y cuando su dueño muere, éstas se vuelven de cristal.

Las almas en pena lo buscan porque se cree que, si encuentras tu flor, recordarás tu antigua vida y, por lo tanto, tus sentimientos.

El viaje resultaría mortal para cualquiera que pueda esto... morir.

No se sabe con exactitud cuánto dura el camino, pues allí el tiempo es relativo, pero es largo, y difícil.

Seguramente piensas que encontrar un árbol en medio de la nada es sencillo, pero si esa nada es infinita y a eso le sumas que ni siquiera tienes conciencia de ti mismo, las cosas se complican un poco.

Algunos de los espíritus se pierden por el camino, abrumados por tanto esfuerzo en la no-existencia.

Algunos se rinden y siguen vagando sin rumbo.

Otros llegan a su destino, pero no eligen ninguna flor por miedo a equivocarse.

Solo unos pocos llegan a descubrir el secreto.

En el momento de la verdad, debes seguir tus sentidos para elegir el cristal que más te represente.

Escuchas a tus sentimientos, por qué no, las flores no los guardan. Siguen en algún lugar dentro de ti, escondidos de ti mismo.

La leyenda es falsa, las flores de cristal no tienen ningún poder

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Para Mariona, Chloë y Orla. Lo prometido es deuda.

Con amor,Phoenix