Mire el cuchillo dentro de mi y lo agarré temblorosamente para sacarlo.
— Aaah! — grité de dolor.
Lo conseguí sacar, me deslicé por la pared de la cocina y caí sentada.
Mire a mi alrededor y todo estaba lleno de sangre...salía una piscina de sangre por mi vientre.
Mis ojos se cerraban hasta caer en un plano negro, oscuro, frío y escalofriante...tenía miedo, no sabía que era esto.
Narra James
— creo que deberíamos entrar ya James — susurro Archi a mi espalda.
— no, espera, siguen habiendo hombres — digo mirando detrás de la pared.
Veo detrás de la cristalera al imbecil del Clarek, el jefe de esa mafia riendo y bebiendo con sus hombres y algunos que otros amigos suyos, supongo.
Esperamos y vemos como sus amigos se despedían de él y se fueron con sus hombres.
Solo quedó él y un par de guardaespaldas.
— vamos ya — le dije.
Hice un gesto para decirle a todos mis hombres junto a los de Archi que fuéramos.
Salí del escondite y disparé a la cristalera haciendo que se rompa y nosotros podremos entrar.
Ellos se armaron y sacaron sus armas, empezaron a disparar al igual que nosotros.
Le dañamos a casi todos sus hombres.
— ¡cuidado Archi! — grité al ver que un hombre le apuntaba hasta que yo fui más rápido y le dispare en la pierna.
Clarek se dio cuenta que estaba apunto de quedarse solo y se escapó escaleras arriba.
— Archi encárgate y cúbreme — me dije.
Avanzamos hacia las escaleras mientras que Archi disparaba a los hombres hasta que todos estaban en el suelo.
— está arriba — le dije.
— vamos chicos — Archi se dirigió a nuestros hombres.
Subimos y lo vi intentando saltar una ventana con un gran bolso negro.
— ¡EH CABRON! — Grité al verlo.
Lo agarre rápidamente y lo tiré al suelo.
Le di un par de golpes y lo atamos a una silla que había.
— Todo tuyo — le dije a Archi ya que todo esto le pertenece a él.
— Clarek, Clarek... — dijo sonriendo — ¿creíste que no te iba a atrapar después de que me robaste? — preguntó riendo.
Se inclinó hacia él y luego le propinó un gran golpe que creo que le voló los dientes.
— ¿donde está? — preguntó.
— ¿el que? — dijo con su acento ruso.
— no te hagas el imbecil — respondí.
Seguía haciéndose el tonto.
— ¡¿donde está?! — gritó Archi.
— ¿me crees tonto como para decírtelo? — respondió Clarek.
Archi soltó una carcajada.
— más te vale — advirtió Archi — una última oportunidad — lo señaló — dime donde está toda la mercancía que me robaste —
El negó.
— vale, tú mismo decidiste — dijo Archi — chicos — llamo a sus hombres y les hizo una señal.
Sus hombres se acercaron y empezaron a golpear fuertemente.
— ¡vale, vale! — gritó Clarek.
Pararon de golpearlo.
— ¿entonces? —
— hay...una caja fuerte en mi habitación... en el armario... — intento hablar.
Los hombres de Archi se dirigieron a la habitación de Clarek y después de que pasaron 5 minutos, trajeron una caja fuerte grande.
— ¿pin? — preguntó Archi.
— ****** — pronunció.
Se abrió y se dejó ver montañas de billete.
Archi frunció el ceño.
— vendí todo — dijo Clarek.
— es lo mismo, esto me vale — dijo Archi tocando el dinero.
Sentí como mi móvil vibraba.
¿Mía?
Lo cogí.
— ¿que pasa? — pregunté.
Se le escuchaba la respiración demasiado agitada.
Algo malo sucedió.
— ¡necesito que vengas, h-hay al-alguien...! — dijo temblorosa.
¡Diablos!
Iba a contestar cuando de repente se escucha un fuerte golpe.
— ¿Mía? ¿¡Mia?! —
No respondía.
— mierda... — dije mientras colgaba — Archi me voy, creo que algo sucedió — dije.
— de acuerdo, cualquier cosa me llamas — dijo y me fui corriendo.
Conducía el coche a alta velocidad.
Estaba algo preocupado por Mía, per la mayor causa por la que voy es por si me robaron, tengo importantes cosas en mi despacho.
Llego a casa y entro por la puerta principal.
— ¿¡Mía?! — la llamé pero no contestaba.
Me dirigí a la sala en donde estaba ella y solo vi el televisor encendido.
Me dirigía a las escaleras cuando de repente veo a Mía en el suelo rodeada de un charco de sangre y un cuchillo en la mano.
Me acercó rápidamente y la tomo del rostro.
— Mía! — grito.
No tenía ni idea de quién entró a mi casa y porque lo hizo.
— llamad una ambulancia! — grité a mis hombres.
Rápidamente vino la ambulancia y se la llevaron.
Todavía no podía analizar todo lo que pasaba.
Llame a unos de mis contacto que investiga todos los asesinatos, tonos o crímenes y le conté.
Me dijo que deje todo como está, que el llegara en 10 minutos.
Me moría por escribir este capítulo, espero os guste ❤️
ESTÁS LEYENDO
Sola
RomanceTodos los días es un infierno para Mía; su hermano mayor, Mike, era el causante de todas sus lágrimas, todas las heridas que Mía tiene en su pálida y suave piel. Mike decide dar a su hermana a un conocido por su poder, su seriedad, su fría manera de...