Un poco de musica en vivo tocaba mientras nosotros recién terminábamos de comer, decidimos quedarnos un poco más para escucharla y disfrutarla. Ellos se pidieron dos cafés americanos para beberlos mientras escuchaban la música, yo por el contrario no pedí nada pues nada podía entrarme. Estaba llenisima.

Después de un "Se me han dormido las piernas" de Ruth salimos del restaurante y nos aproximamos hacia un gran parque que estaba cerca del restaurante, donde habían diversas actividades tales como la tirolesa, un poco de yoga, fútbol, básquet, grandes brincolines para pequeños, etcétera.
A Jorge se le ocurrió que bajar la comida sería de gran ayuda. Y qué mejor que con actividad física. Ruth y yo nos quejamos como locas, pero no demasiado.
Rentaron una bicicleta doble ahí mismo para ellos dos y unos patines para mi. Temí por mi vida ya que no los usaba en mucho tiempo, afortunadamente no todo se me olvidó y podía usarlos cómo antes, manipularlos con facilidad era lo que más disfrutaba.

Paseamos por todo el parque y después fuera de él aprovechando el tiempo que teníamos; jugábamos carreras, le hacíamos bromas a Jorge y al revés. Caí dos veces por culpa suya, veces que no hice más que reír, ya que en lugar de intentar levantarme seguía tirada riendo y cuando por fin quería levantarme caía de nuevo. Así de torpe era yo.

El tiempo se nos pasó demasiado rápido, estábamos más que seguros que los rentaríamos una vez más pero Jorge dijo que no podíamos hacerlo más, que teníamos que entregarlos. Después de insistirle un rato y no convencerlo nos fuimos.

-¿Tienes asuntos en el hotel?- le pregunté mirando la mancha de sangre que había en mi mano. Ya sobre su auto.

-Dije dejaría el hotel por hoy, no es nada de eso.- respondió.

-¿Entonces? Estábamos divirtiéndonos.- me quejé.

-Es sólo que alguien quiere verte.- me dijo- alguien que no te ha visto en muchísimo tiempo.

-¿Ah?- no entendía.

-Ya lo verás, sólo espera.

¿Alguien que no me ha visto desde hace mucho? No sé en quien pensar en realidad, tengo a muchas personas en la mente pero ninguna a la que le urgiera verme como para pedírselo a Jorge.
Entre más tiempo pasaba más me preguntaba quien podría ser, y como no habían ideas nuevas en mi cabeza decidí dejarlo a un lado y esperar.

El coche condujo por más de una hora y cuando por fin se detuvo, lo hizo a un lado de un alto árbol.

-¿Ya me dirás?- le pregunté a Jorge.

-¿Por qué no sales y lo averiguas tú?

-No, qué miedo. Se mira muy solo ahí afuera.- me reí- dime ya.

-¿Recuerdas a Caroline?- hizo una pausa- hermana de tu madre.

-abrí ligeramente la boca.- ¿Mi tía? No puede...

Abrí la puerta del coche y salí disparada hacia el exterior, di una vuelta de 180° hasta mirarla. Estaba parada fuera de la puerta de su casa con una sonrisa, en cuando me vio me saludó con su mano. Le sonreí también y corrí a abrazarla.

Cómo olvidar a la tía Caroline, la mejor tía que alguien puede tener. Mejor amiga, madre y tía a la vez, la única persona a la que le confiaba, contaba y soportaba. La que me aconsejaba, regañaba y defendía de Norma. Una gran persona.

-¡¿Qué tal?!- me sonrió al separarse de mi.- ¡Qué guapa!- acomodó un mechón rebelde de cabello.

-¿Qué dices? ¡Mirate! Ese corte te queda perfecto.

Rió y volvió a abrazarme.

-Te extrañé mucho, tu madre me dijo que te habías ido de viaje al extranjero. - se separó.

2.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora