Capitulo 8. Canción de Cuna "Duerme"

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Peregrino.
Entiendo. —Sonríe. — Solo ir y ganar, yo quería que fuera silencioso y pacífico, pero si una guerra es lo que quieren, les traeré el Finisterra como un Armagedón.

Juan.
No puedes ir allí ¿No lo entiendes? Están listos para matarte aun siendo inmortal. Vas directo a una emboscada, te encerraras a ti mismo y en la jaula no estará lo que buscas.

Peregrino.
¿Qué quieres decir?

Juan.
Que entraras buscando la llave y esta no estará allí ya para entonces no podrás salir de allí nunca.

Peregrino.
¿Que? ¿La llave no estará allí? ¿Dónde estará entonces?

Juan.
Mi secreto salvara tu obra.

Peregrino.
Mientes. Ellos no pueden sacar la llave de allí es contra el mandamiento.

Juan.
No lo harán ellos, usaran la Santa Compaña para sacarla de allí.

Peregrino.
¿El cielo usara la oscuridad para ganar?

Juan.
¿Lo habrías imaginado?

Peregrino.
No, —sonríe entendiendo la astucia —y esa es la razón por la que hubiera funcionado, habría entrado allí y todo mi plan hubiera estado basado en la certeza de que ellos no la podían sacar de allí, estaría atrapado y derrotado. —de inmediato comienza a usar esta información para idear un nuevo plan. —Un auto robo he —se burla. —Malditos. Yo haré también entonces algo que ellos no esperen.

Juan.
Eso es lo que necesitas.

Peregrino.
Usare su propio plan en su contra.

Juan.
Solo hay algo que no entiendo —se frota la barbilla —para que lleves ese espadachín contigo.

Peregrino.
Sus ojos son mi cámara, su cerebro mi tarjeta de memoria, sus recuerdos de este viaje llenaran mi ofrenda.

Juan.
No lo entiendo —el peregrino se encoje de hombros —Como sea ese chico es valiente y fiel.

Peregrino.
Y me servirá más de lo que yo pensaba, solo espero que de la talla.

Juan.
Ahora sabes su plan y al estar en este castillo, ellos no saben que lo sabes.

Peregrino.
Hay magia en estos muros.

Juan.
Sí.

Peregrino.
Bien porque he pensado un nuevo plan, voy a tener que darle más trabajo a Mária.

Juan.
Se cuidadoso, porque ellos conocerán tus planes cuando los realices.

Peregrino.
Ellos me esperan a mí, en el día exacto en el que saben que llegare y creerán que intentare frustrar sus planes pero no, los voy a ayudar—sonríe victorioso. —Gracias, honrare nuestro convenio.

Juan.
Ese solo es una parte de mi ayuda, lo que deseo es algo que difícilmente alguien puede ofrecer así que dependo de tu victoria.

Peregrino.
Te dejare morir, lo prometo —Juan se asoma por la ventana y mira el lugar vació sobre la torre. —Yo escribiré mi nombre en el libro de la vida y luego arderá en llamas.

Juan.

Hay cosas que no pueden ser escritas y cosas que pueden cambiar las que si lo están. Te mostrare la única manera en la que podrás lograrlo y cuando lo hagas entenderás que nunca lo hubieras logrado sin mí, espero así sacar ese pensamiento de "Cuando sea el Rey no honrare a nadie, todos me honraran a mi" que tienes en la cabeza.

El peregrino se ríe al escuchar como el Apóstol descifra su mente.

Juan.
Ven y te mostrare.

Finisterra -Mago de OzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora