K I M T A E H Y U N G
Hoy era treinta de diciembre. Mi cumpleaños.
Para ser un día "especial" no me encontraba feliz en absoluto y todo se debía a una persona.
Jeon Jungkook.
Vamos que no era más que un amigo con privilegios pero para mi era una persona bastante importante en mi vida.
Como te gustaría que fuera algo más que eso...
Cállate maldita consciencia. Pero por más que doliera mi orgullo... me gustaría que cada vez que viene a mi departamento buscando un cuerpo con el cual desahogar su frustración sexual, se quedara a mi lado y me abrazara durante la noche. Que me preguntara si me había lastimado o que si me encontraba bien.
Pero no, lo único que recibía de su parte era un trato distante y agresivo, algunas veces era tan brusco conmigo... pero yo no me atrevía a decirle nada ni mucho menos a reclamarle. Él me gusta tanto que incluso duele.
Este día no había recibido ni la mínima señal de vida de su parte, no me había visitado, ninguna llamada y ningún maldito mensaje en mi bandeja de entrada.
De Jimin había recibido unas flores enviadas a mi departamento junto con una bellísima carta que me había hecho llorar.
De Yoongi por más arisco que fuera, recibí una llamada y él prometió que me daría mi regalo de cumpleaños en cuanto tuviera la oportunidad de verme.
De Seokjin recibí infinidad de maquillaje, mascarillas y tratamientos. Él siempre preocupándose de que me viera hermoso.
De Namjoon fueron unas zapatillas deportivas Puma que recuerdo le había pedido justo para este día.
El de Hoseok fue uno de mi favoritos, en cuanto desperté mi cuarto estaba repleto de globos y un cartel en grande deseándome un feliz cumpleaños.
Y de Jungkook... absolutamente nada.
Tragué saliva ignorando mis ganas de llorar, porque por más increíbles que hayan sido los regalos de mis hyungs el único regalo por el cual estaba deseoso era el suyo.
Apagué las luces del departamento y fui a mi habitación para recostarme y poder dormir, al menos así olvidaría por un rato la falta de consideración de Jungkook.
(• • •)
Una semana había pasado desde mi cumpleaños, me encontraba recostado cómodamente en el sofá de mi departamento mirando una película.
Mis ojos amenazaban con cerrarse hasta que la puerta siendo abierta y cerrada con brusquedad desapareció todo rastro de sueño en mi.
Conocía perfectamente bien quien azotaba de esa manera mi puerta.
Que lástima, no estoy de humor.
—Taehyung— escuché su voz colarse por mis oídos, rodé los ojos con fastidio y seguí mirando mi película pasando de él.
—¡Te estoy hablando!— gritó parándose frente a mi, estorbándome.
—Hazte a un lado, estoy mirando la televisión— respondí de mala gana.
—Vamos a tu habitación— ordenó y yo lo miré con el ceño fruncido.
—No—
—¿Es por lo de tu estúpido cumpleaños?— preguntó soltando una risa al final. —Ha pasado una semana, además a quien le importa, te hiciste más viejo ¿por qué tendría que regalarte algo?— sus palabras dichas con ese tono hicieron que lágrimas de frustración y tristeza resbalaran por mis mejillas.
