— Alessa también era bulímica. — confesó rompiendo el silencio y yo bajé mi mirada — Yo a ella no la pude salvar pero a ti si.

— ¿Por eso se quitó la vida, por no poder tener el cuerpo que ella quería?

— No... — negó con su cabeza él está vez — Se quitó la vida porque cayó en depresión, una que ni yo pude quitar y todo por la culpa de un imbécil que la enamoró y la hizo sufrir como a nadie. — escupió con resentimiento  en sus palabras —  Mi hermana que era pura felicidad, terminó siendo completamente infeliz por ese maldito hijo de perra, pero también es mi culpa, porque me di cuenta demasiado tarde...

— Simón, no es tu culpa, nada de esto lo es, vos no tenes la culpa de que todos los hombres sean unos hijos de puta. — lo interrumpí intentando tranquilizarlo — Todos los hombres excepto vos, por eso te admiro tanto y ahora más que nunca. — él me miró sin comprender — Después de todo lo que me contas, en vez de encerrarte en vos mismo y convertirte en una fría y mala persona como yo hubiera hecho... — tomé aire — Cada vez sos mejor persona, ahora sos vos el que irradia felicidad.

— Eso es algo que me dejó Alessa antes de irse. — me sonrió entre lágrimas — Jamás sería un tipo como esos Ámbar, vine para sanar, no para dañar.

— Yo quiero que me sanes a mí.

— Te prometo que haré todo lo posible para hacerlo bonita.

— Simón... — lo llamé y él volvió a fijar su mirada en mí — Tengo miedo de encontrar a mis verdaderos padres.

— ¿Miedo por qué?

— Miedo a que me rechacen, miedo a que no me quieran.

— ¿Cómo no te van a querer si eres hermosa por dentro y por fuera Ámbar? — preguntó deslizando su mano por mi mejilla — De seguro te amaran bonita.

— Si realmente me amaran, no me hubiesen abandonado. — dije yo, llena de rabia esta vez — ¿Por qué lo hicieron Simón, por qué me abandonaron y me dejaron con un monstruo como Sharon?

— Porque algunas personas no se dan cuenta de que a veces las decisiones que toman no son siempre la correcta.

— Toda mi vida pensé que mis papás estaban de viaje, crecí creyendo eso. — comenté con lágrimas en mis ojos — La única noticia que tenía de ellos, de mis supuestos padres, era un regalo para cada uno de mis cumpleaños y lo peor es que ninguna de esas cosas me gustaba y pensé que no me conocían de nada, pero la realidad es que yo no los conocía, no los conozco a ellos ni tampoco sé si quiero conocerlos.

— ¿Sharon no te ha dicho nunca la verdad no? — negué con mi cabeza nuevamente — Es un monstruo ¿Qué clase de persona le oculta su identidad a otra?

— Un monstruo, vos lo dijiste. — apreté mis ojos y más lágrimas rodaron por mi mejilla, lágrimas que Simón quitó rápidamente — Cada vez que me meto a su habitación a intentar encontrar algo que me haga estar más cerca de ellos, me descubre y me muele a golpes.

— Ámbar vete de allí, vente conmigo y juntos hallaremos una forma de encontrar a tus papás.

— ¿Y si ellos en realidad no quieren saber nada de mí?

— ¿Cómo no van a querer saber nada de ti Ámbar? Por dios, todo el mundo quiere saber de ti y yo también quiero conocer cada detalle de ti, hasta tus defectos tan perfectos. — solté una pequeña risa al escuchar sus hermosas palabras, él siempre poseía estás y me subía el ánimo a las nubes ¿cómo podía intentar no querer a alguien así? no podía — ¿Tú quieres que yo te ayude a buscarlos?

— ¿Vos harías eso por mi?

— Yo haría cualquier cosa por ti bonita.

Mostré todos mis dientes y me acerque rápidamente a el. Tomé su cuello con una de mis manos y al pasar la otra por su nuca, presione está para acercarlo de esta forma más a mí y así de una buena vez por todas, estampar sus labios con los míos, uniendolos en un perfecto y sanador beso de amor verdadero.

— Ámbar... — pronunció entre besos — Ayer dijiste que solo amigos.

— Ayer estaba loca. — añadí sin dejar de besarlo, no podía, sus labios eran mi nueva obsesión y sus besos mi nueva  adicción — Sé lo que dije pero yo no quiero ser tu amiga.

— Yo tampoco quiero ser tu amigo.

Una sonrisa de oreja a oreja se formó en mi rostro y volví a tomar a Simón del cuello para obligar a este a que se posicione sobre mi cuerpo, para que comience a quitar la ropa que llevaba puesto este.

— ¿Estás segura de esto? — preguntó después de habernos sacado ambos la ropa interior quedando totalmente desnudos ante los ojos del otro — Mira que no hay vuelta atrás.

— Simón, te recuerdo que ya soy completamente tuya desde hace unos días.

— Tienes razón... — dijo en un tono seductor a la vez que besabas mi cuello — ¿Y por cuánto tiempo quiere ser mía usted señorita?

— Para toda la vida.

Ahora era él quien me mostraba todos sus dientes para acto seguido chocar sus labios con los míos otra vez y después de esas palabras de mi parte, solo bastaron segundos para que Simón se introduzca en mi, poseyendo nuevamente mi cuerpo está noche, haciéndome suya otra vez pero la verdad es que en la primera vez, nuestros cuerpos habían sellado un pacto de amor, en el cual estos firmaban ser del otro hasta que la muerte nos separe y nuestras almas se pertenecerian siempre, incluso después de esta, porque como el hilo rojo del destino, se dice que este estará conectado a una misma persona en las vidas anteriores y en las vidas que vendrán después de esta y ambos estábamos completamente seguros que eramos el hilo rojo del otro y eso es algo que ni siquiera la vida misma nos podía arrebatar, Simón y yo, de alguna forma u otra estábamos conectados y si llegará un momento, en el cuál nos tengamos que separar, de seguro vamos a encontrar una forma de regresar al otro. Porque así era el amor, como él me acababa de decir, si dos personas estan destinadas a estar juntas, siempre hallarán la forma de volver a encontrarse y nosotros estábamos predestinados.

— Reiterando lo que dije hace unos días... — rompí el silencio un poco agitada cuando acabamos de hacer el amor por segunda vez — No creo estar enamorandome de vos.

— ¿Ah no? — jadeó en mi oído y acto seguido me acosté en su pecho — ¿Y entonces?

— Estoy completamente y perdidamente enamorada de vos.

.

.

.

.

¡Hola! Fuerte este capítulo, ambos cuentan su historia y un poco de amor al final. Espero que les guste.

No olviden sus veinte comentarios para que pueda seguir subiendo capítulo diario.

Lxs adoro!

Melanie G.

Karma. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora