Sinfonía de la destrucción (1)

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—¿A qué has venido engendro maldito del infierno? — pregunto esa bruma con una voz distorsionada

—Oye, oye, ellos se molestaran si los metes conmigo, no te preocupes, solo vengo a verlos y me iré, no haré nada que sea contra lo que quedamos, en serio

La bruma retrajo su aparente arma sin forma, realmente quería hacer algo, pero el acuerdo de aparente paz con Jezabel era vigente hasta que una de las dos partes vea que el otro lo ha roto, era largo y tedioso para los dos, pero una de las condiciones era nada de armas ni derramamiento de sangre en terreno sagrado o del castillo de Jezabel si alguna decide hablar con el otro.

—Te estaré vigilando— dijo al desaparecer de ahí

«Cielos, no ha perdido el toque» pensó Jezabel al sacudir su manga derecha por el dolor

Siguió caminando mas adentro mientras su mirada era dirigida a la entrada, sintió presencias poderosas por la espalda, pero sabía que ellos ya habían sido avisados. El camino era algo largo, adornado de manera majestuosa, desde la forma de algunas estalactitas doradas que dejaban caer agua cristalina hacia pequeños platos, estos a su vez al llenarse dejaban correr el agua hacia una fuente debajo de ellas, la refracción de luz entre el agua podía formar un pequeño arcoíris de lado a lado de aquella fuente, algunas figuras de ángeles con espadas, escudos y un muestrario de armas de todo tipo, además de un gran muro de alas de plata colgadas como medallas, vendría siendo el muro del honor de ellos.

Camino un poco más y miro la entrada al consejo, sin esperar respuesta entro, era una gran sala con asientos más largos como si fuese un tribunal. Además de un gran espacio circular con una espada en el centro, era una que él quería ya que le perteneció antes, una de las más poderosas que tenia, aunque el recibió algo de ellos en el intercambio como garantía, pero eso ahora no era importante.

—¿Jezabel... a que... se debe... tú visita?- pregunto una bruma color verde con llamas rojizas saliendo de él como si fuese una flama extraña

El miro esa flama pero no respondió, miro alrededor las demás parecían haber quedado de acuerdo en ir al grano enseguida, parecían que igual querían tanto provocarlo como correrlo de ahí. Ninguna tenía una voz definida, solo se podían escuchar distorsionadas y de diferentes frecuencias, graves y agudas.

—Ya que no habrá saludo amistoso voy a lo que vine, ¿Alguno de ustedes sabe que es esto?

Dijo al sacar algo de su caja de ítems, todos se colocaron en guardia, era típico de ahí si querían ya empezar de nuevo para exterminarse entre los dos bandos.

»No, no es nada peligroso, no quiero romper el tratado... aun... solo quiero respuestas— dijo Jezabel sin perder la calma

Aun así se mantuvieron en guardia, el saco una gran Saints Row y la mostro a todo mundo presente, hubo una aura que hizo como si se levantara del asiento.

—¿Un Saints Row? — pregunto una bruma—, ¿cómo es que tú la tienes?- parecía alterado por la repentina muestra de ello

Jezabel miro a quien había preguntado, las demás brumas parecían igual alteradas por la pregunta que parecía revelar algo enseguida y sin reservas.

—Ha, ¿diosa Misteltyn, tú conoces de donde los humanos y demi-humanos sacaron esto?

—Sí, pero pensé que ese mineral había sido totalmente extraído cuando hicimos el lugar, ¿dices que los humanos lo tienen? — pregunto esa bruma

Era la única que podía decir si tenía ropa interior negra de encaje sin reservas si es que fuese mujer, la bruma era de color negro, salían flamas azules de sus bordes, era la diosa de la guerra y verdad, además de la inteligencia, así que era su naturaleza.

El Rey Demonio necesita vacaciones (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora