La cuarta guerra ha terminado y se podría decir que la paz en la aldea oculta entre las hojas ha reinado, pero eso no significa que los ninjas de la villa no dejen de esforzarse para hacerse fuertes. Entre ellos está Sakura Haruno, una Kunoichi con...
—Están a la defensiva.— Comentó él rubio al ver que atacaban a los ninjas — ¡Les daré una mano! —Antes de que Sakura dijera algo, él dió un salto, cayendo de pie en el piso, pero justo cuando iba a ir por los enemigos, una chica de una larga cabellera del mismo color que el suyo, algo más claro, apareció enfrente, evitándole el paso.
—¡Espera! —Dijo ésta, mirando en direccion a esas personas.
—¿Ino? —Inquirió el Uzumaki al verla y luego ver a sus otros dos amigos.— ¿Shikamaru, Chouji?
—¿Que pasa? —Cuestionó ésta vez Sakura al ver que todos estaban sin hacer anda, preocupandole de que estuviera pasando algo.
—No es posible.—Se lleva las manos al pecho y luego señala a una de las personas que atacaban. — Tadaichi-san...
—¿Él es Tadaichi-san? ¿El que es cliente en tu floristería? —La otra asiente.
—¿Estas segura de eso, Ino? — Pregunta Nara, acercándose más a ellas.
—¡Claro que no!... —Respondió más confundida que antes, no aceptaba aún el hecho de que aquel cliente que siempre iba a su tienda, tan amable y familiar, estuviera atacandolos.— Pero el jamás traicionaría a Konoha... —Todos fijaron su vista en ella, preocupados por su estado de ánimo.— ¿Por qué...?
—Puede que alguien los esté controlando con un genjutsu. —Comentó nuevamente Shikamaru sin dejar de ver como aquellas personas debieran de alguna manera siendo manipuladas.
—Puede que esos sean los desaparecidos. —Ésta vez habló la oji jade, pensando en la cantidad de ninjas que habían desaparecido las últimas semanas.
—¿Qué? —Preguntó incrédulo el Uzumaki.
—¿Son ninjas de Konoha? —Inquirió ahora Chouji que miraba a escena con atención.
—Por eso estan a la defensiva...
El anciano antes mencionado, comenzó a acercarse más rápidamente a los ninjas que estaban a cargo de esa área pero antes de que pudiera pisar un pie en la aldea, uno de los ninjas le lanzó un churiken, clavándole éste en el pecho.
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—No lo esquivó... —Dijo el rubio, asombrado por aquella falta de sensibilidad.
El viejo de alguna manera toma el churiken sin importar clavarse esta en su mano y desliza éste rápidamente hacia abajo, abriendo aún más la herida y provocando un grave desangrado, arrancandole un grito de horror a la rubia.
—¿No siente dolor? —Cuestionó Sakura, tratando de analizar la situación. Algo raro estaba por suceder, lo sentía, pues no por nada aquel anciano había hecho eso y además, no había hecho la menor demostración de dolor.
Todos pusieron atención cuando de la nada, de la herida comenzó a emanar un tipo de materia, cosumiendo por completo el cuerpo de aquel anciano y convirtiéndose en una bola gigantesca de masa la cual pareciera que de alguna manera palpitaba. En ese momento Naruto supo que algo no iba bien, debía alejar a los ninjas de ahí.
