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"Jealous (Parte I)"
Observo completamente incrédula la televisión que ocupa gran parte de mi habitación, reacia a aceptar que mi personaje favorito realmente hubiera dicho eso. Es decir, ¿En serio? Uno ya no puede ir por comida chatarra porque las personas enloquecen.
— Hablo enserio Chandler, es complicado. —Gruñe Joey, levantando la mesa de futbolito por una de sus patas.
Solo Joey Tribbiani podría considerar "complicado" mover una simple mesa unos cuantos pasos para no bloquear la entrada, cuando él mismo fue quien la coloco allí en primer lugar.
Ja. Ja. Ja ¿Debería reírme o llorar?
¿Complicado? ¿Eso era complicado?, Es decir, yo sería feliz si mi mayor complicación en estos momentos fuera mover una mesa y no tener que estar en mi cama, viendo un maratón de Friends que ni siquiera quería ver, carcomiéndome los nervios de punta a punta ante la tentación de hacer estupideces con mi teléfono. Sí, porque a eso era a lo que yo me dedicaba cada que me ponía celosa.
Y debido a que Chin Ho Kelly había hecho hasta lo imposible por ponerme así lo suficiente como para abandonar las instalaciones de 5-0 antes de la hora acordada, en eso he estado toda la tarde.
Es que no puedo evitarlo. Yo... sencillamente no puedo; La inseguridad corre por mis venas.
Desde que puedo recordar, he sido tan insegura en todos y cada uno de los aspectos de mi vida (Como hermana, compañera o empleada, como amiga o novia) que, por decirlo de alguna manera, tal vez he sido demasiado consciente de que siempre va a haber alguien mucho mejor que yo.
Y aunque mi corazón aún no sea capaz aceptarlo, muy dentro de mi ser, una parte de mi es consciente de que Chin podría encontrar a alguien diez millones de veces mejor que yo con solo ir a la esquina porque, ¡Santísimo Cielo!, ese hombre es lo más cercano a perfecto que alguna vez he conocido en mi vida, y sé muy bien que cualquier mujer sería dichosa de vivir a su lado como la señora Kelly.
No como la chica con la que se escapa a hurtadillas cuando el mundo no está mirando, no como esa mujer con la que no posee compromiso alguno que le incentive a quedarse después de hacer el amor, no como la que llora de impotencia por no poder reclamar sus celos. No como Debora McGarrett, porque lo nuestro ni siquiera tenía un nombre.
Ser consciente de esa clase de cosas apesta, y eso, en compañía de la impotencia, era la razón por la que rompería en llanto. O al menos sentía esa necesidad hasta que mi teléfono comenzó a sonar insistentemente, arrancándome de mi burbuja por completo.
Chin~o:
¿Conejita? 🐰❤
06:53pm. Visto.
Oh, vaya, que bien ¿Ahora si soy su conejita? Me pregunto si a la mujer con la que estuvo hablando todo el día le dirá igual.
