Juego de dos

25.- Será perfecto porque eres tú

No. Jungkook no probaría una vez más la paciencia de Taehyung. Ya había metido la pata lo suficiente y aun así fue perdonado, pero volverlo a hacer sería como jugar en un volcán a punto de erupción. Se dio la vuelta y miró la habitación complacido. Le había pedido a Min Su que asistiera a la reunión con los inversores en su nombre y por lo visto iba todo bien pues no le había llamado ni una sola vez. Tal vez Yoongi tenía razón y debía confiar más en su gente.

Sus amigos le habían prácticamente obligado a subirse en el avión. Él aún no estaba convencido. Esa no era su manera de solucionar las cosas. No quería en forma alguna obligar a Jungkook a tomar ciertas decisiones en cuanto a su vida, pero también estaba claro en que si él quería permanecer en la suya, debería hacer un esfuerzo y no mínimo.

Con todos esos pensamientos en su cabeza, se sentía además de tenso bastante vulnerable ¿Qué había para él si Jungkook decidía por su trabajo? Era una opción y no la descartaba ¿Era mucho pedir ser una pareja relativamente normal? Tae movió su cabeza con fuerza e intentó tomar varias respiraciones para relajarse. Definitivamente no ganaría nada dándole más vueltas. Ya estaba ahí y tendría que afrontarle sí o sí. Lo único claro que tenía en ese momento, es que su viaje de regreso estaría lleno de certezas.

Yoongi le dio el número de la habitación así es que se dirigió directo a ella. Llamó a la puerta después de tomar otra bocanada de aire y esperó pacientemente a que abriese.

Un Jungkook enfundado en una bata blanca, con el cabello revuelto y un aire demasiado sensual en su rostro, le descolocó. La mirada fija de este, hizo que la de Tae viajará inmediatamente por la habitación en semi penumbra. Distinguió una heladera con una botella enfriándose sobre una mesilla. Tragó saliva. Miró nuevamente a Jungkook que le miraba ahora divertido ― ¿No vas a pasar? ― Tae entendió perfectamente que no era casualidad el que Jungkook estuviese ahí y de esa manera. Entró a la habitación entre sorprendido y expectante. Dejó su maleta a un costado y le encaró ― No me mires así. Solo bebía un poco mientras te esperaba ― Comentó Jungkook de manera casi divertida y Tae levantó una ceja ― ¿Yoongi, Jimin o tal vez Jin? ― Todos ― Respondió Jungkook con una sonrisa. Tae suspiró rendido. Sus amigos no se cansarían nunca de jugar. Jungkook se acercó despacio. Una vez frente a él, le besó suavemente la punta de la nariz para luego abrazarlo cálidamente ― No te enfades. Estoy feliz de que estés aquí ― Tae se acomodó a su cuerpo. No tenía resistencias cuando se trataba de él ― ¿De verdad? ¿No voy a interrumpir tu trabajo? ― Jungkook suspiró abrazándole aún más fuerte ― No lo harás. De hecho no he trabajado desde que llegué al Hotel y espero seguir así hasta que lo dejemos ― Tae se separó un poco para mirarle a los ojos ― ¿No habrá trabajo? ¿Entonces por qué has venido? ― Jungkook tiró de él hasta un cómodo sofá ― Necesitaba pasar tiempo con mi chico lejos de todo. Necesitaba que dejases de estar enfadado conmigo ― ¡No estoy enfadado! Bueno, tal vez... solo un poco ― Soy un desastre ¿Verdad? ― Tae le miró enternecido ― Un poco desastre eres ― A este paso no serás mi novio jamás ― Tae sonrió. Hace mucho que no hablaban de noviazgo o de convivir. Era como si Jungkook se hubiese rendido ante la idea, no obstante para Tae era un retroceso mantenerse estancados ― Solo, vamos a solucionarlo ¿Vale? ― Tae le acarició las manos lentamente, terminando por entrelazarlas ― Soy yo quien tiene que solucionarlo. Tú no has hecho nada ― Tae sonrió ― Es verdad. No hice nada. Lo cual tampoco está bien. Por eso estoy aquí. Así es que juntos haremos algo ― Jungkook le abrazó ― Tengo muchas ideas de cosas que quiero que hagamos juntos, pero... vamos a empezar por ir a cenar. Luego ya veremos ―

Tae aprovechó mientras Jungkook se vestía para refrescarse un poco y cambiarse la camisa por algo más ligero, antes de ir a cenar. Todo era muy natural entre ellos. La convivencia de unas semanas, les llevó al grado de parecer una pareja formalizada de años, lo cual no dejaba de asombrar a uno u otro. No obstante cuando Jungkook salió del baño y miró de reojo al chico que acomodaba su cabello frente a un espejo, sintió un cosquilleo en su estómago cuando un pensamiento muy íntimo pasó por su mente Mío.