Hola, ¿cómo te llamas? —le pregunté sonriendo.

SangWoo... —me extendió la mano y sonreí, estrechándola—. ¿Cuál es tu nombre? —me preguntó de vuelta.

—Mi nombre es JiMin —el niño miró a YoonGi y le sonrió. Supuse que también quería saber su nombre pero mi amigo no reaccionó. Bueno, es que él siempre pensó que no le agrada a los niños—. Él es YoonGi. Somos amigos.

—¿Puedo ser su amigo también? —asentí. Y YoonGi le sonrió.

¿Porqué viniste aquí SangWoo? ¿Estás enfermo? —le pregunté y asintió. Pasó su manita por su nariz.

Tengo gripe. Mi hermano mayor me contagió.

—Qué mal —hice un puchero y asintió. Al parecer no estaba tan mal, después de todo no borraba su sonrisa.

—¿Ustedes porqué vinieron?

—Yo también estoy enfermo —mi amigo habló.

¿De gripe? ¿Cómo yo? —YoonGi negó.

No qué cosa tengo. Vomito muy seguido —el pequeño Woo llevó las manos a sus mejillas, apretándolas en el proceso.

Mi mami me dice que cuando alguien no come bien, vomita. Ella es enfermera —habló orgulloso de su madre.

—¿Ah sí? —pregunté y asintió—. Supongo que será eso, YoonGi no come muy bien...

—¡¿Porqué?! ¡Tienes que comer! ¡No quiero que mis amigos enfermen! Yo sí puedo, porque yo soy fuerte —habló con aura de grandeza y le sonreí.

¿Debería? —YoonGi le preguntó y asintió efusivamente—. Entonces lo haré...

Promételo —sacó su dedo meñique y lo unió con YoonGi. ¡Era una escena muy tierna!—. JiMin-hyung, usted prométame que alimentará y cuidará  a YoonGi-hyung si llega a enfermar.

Saqué mi dedo meñique y lo uní con el suyo.

Tú promete que serás buen niño y no enfermarás tan seguido porque eres fuerte —le dije y volvió a unirlo con los dos.

—¡Ustedes también prometan algo! —habló SangWoo.

Emm...

Promete que estarás conmigo si llego a morir —YoonGi dijo y elevó su dedo meñique y reí.

Tú promete que no... —¡El agua que se bebió!—... Que no gustarás de mí.

YoonGi frunció el ceño pero supuse que pensó que estaba bromeando y terminó riendo y al final unimos los dedos.

—¡Bien! —el pequeño aplaudió.

La pareja se puso de pie y SangWoo los siguió, ya era su turno. Se veía aterrado pero elevé mis dos dedos pulgares y le sonreí, enseguida comenzó a caminar con su aura de grandeza y reí.

Al salir SangWoo salió con una sonrisa y una paleta en la boca.

Se despidió de nosotros y nos dijo que vivía frente al consultorio, por si queríamos ir a visitarlo –cosa que también prometimos hacer–. Sus padres nos miraron riendo. Y SangWoo nos abrazó, al parecer no es nada vergonzoso y se encariña rápido. Le dijo a YoonGi que comiera más seguido ya que los zombies se lo podían comer y finalmente se fue.

REVENGE. [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora