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Ya estacionado el auto, salgo con prisa de este para correr hacia la puerta de casa. Tengo tanto sueño que lo único que quiero hacer es llegar a mi cuarto y tirarme a las sábanas de mi cama. Ni siquiera creo tener las fuerzas para cambiarme la ropa que tengo puesta por mi pijama.

A medio recorrido hacia mi cuarto me tropiezo con algo tirado en medio del pasillo-. ¡Jimin, te dije que recogieras tus malditos zapatos del pasillo!-. Chillo al reconocer la cosa con la que me tropecé. ¡Le dije que ordenara sus cosas antes de irnos! Ya es una costumbre para él dejar tiradas sus cosas por doquier, ¡pero la semana que tuvimos la casa sola fue peor! Si no fuera porque HoSeok y Jin limpiaban un poco cuando venían este lugar terminaría siendo una réplica del basurero de la ciudad.

Tomo una de las botas y la echo fugazmente abriendo y cerrando la puerta del cuarto de Jimin. No quiero discutir -por el momento- así que simplemente me encierro en mi cuarto para dormir el resto del día.

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-SooYeon, muévete o llegaremos tarde.

-¡Voy!-. Grito desganada y tomo lentamente mis cosas de la mesa de la cocina. No quiero ir al instituto; se supone que hoy MinKi termina sus días de suspensión y vuelve a clases. Y eso me tiene bastante alterada. He estado los últimos tres días con un terrible dolor de espalda debido al estrés que me causa pensar en ello; No quiero que volver ahí después de saber el hecho de que descubrió que estudiamos donde mismo y quiera meterse conmigo de nuevo.

Cierro la puerta detrás mío y vislumbro el auto de papá, donde mi hermano ya me está esperando sentado de conductor. Cuando me ve acercarme quita el seguro y yo abro la puerta del lado del copiloto suspirando.

-¿Qué hacías que duraste tanto?-. Pregunta encendiendo el motor.

-No encontraba mi monedero-. Digo, y agradezco que Jimin tenga la vista puesta en el camino porque de no ser así ya se hubiera dado cuenta de que estoy mintiendo. No pienso decirle nada sobre mi preocupación por el asunto de MinKi para que luego esté desperdiciando el tiempo en cuidarme por la escuela. Es un muy buen hermano mayor y sé que hasta sacrificaría horas de entrenamiento en el equipo de fútbol con tal de estar al pendiente de mi, porque además es un exagerado y querrá estar pegado a mi todo el día. Y a mi me gusta estar sola.

En cuanto estaciona el auto bajamos y me despido de él. Su aula está bastante lejos de la mía, así que todos los días nos despedimos en los pasillos y cada quien se va en dirección contraria hacia su respectivo salón. Aunque no le veo el caso a despedirnos si de todas formas me lo encuentro en la cafetería de vez en cuando. Creo que simplemente es mera costumbre.

Aunque no ha sonado el timbre que indica el inicio de las clases, me dirijo a mi salón a paso rápido. No quiero tener que encontrarme a MinKi por los pasillos. He decidido que lo evitaré todo lo posible como hice desde el principio del año. Sé que no es la opción mas valiente que pueda tomar pero no quiero problemas y MinKi es sinónimo de esa palabra.

Abro la puerta de mi aula y me siento en mi lugar de siempre; justo al frente. No entiendo que le encuentran de bueno los demás a sentarse hasta atrás en las clases, no se escucha nada y no se ve una mierda. Tal vez les gusta porque pueden estar hablando con sus amigos durante toda la clase o algo así. Supongo que no le hallo la diversión porque nunca he tenido amigos en mi mismo curso, más bien, nunca he sido una persona de muchos amigos.

Y no me podría importar menos.

Las personas, sobre todo los chicos de mi edad, creen que es genial estar rodeados de idiotas que se hacen llamar tus amigos, pero que en realidad son una panda de hipócritas que no dudarán en pisotear tu confianza al destruirte usando tus propios secretos, esos que les confías por ser tus "amigos". Soy consciente de que no todas las personas son así, pero viendo a la gente en mi instituto me cuesta creer lo contrario o esperar algo diferente a eso.

Dejo mis pensamientos de lado y comienzo a poner atención cuando suena el timbre indicando el inicio de la primera hora y el profesor de japonés entra al aula para impartir su materia durante las siguientes tres horas.

Cuando por fin es hora de tomar del almuerzo salgo hacia los pasillos corriendo directa a la cafetería, pero justo cuando voy a doblar la esquina siento como una mano me estira del brazo y me arrastran hasta el hueco de debajo de las escaleras. Palidezco completamente al percatarme de quién se trata.

-M-minKi...-. Tartamudeo y soy capaz de escuchar una risita para nada inocente de él.

-Hola Yeonnie-. Dice con fingido entusiasmo-. Perdona por hacerte esperar. Tuve un pequeño inconveniente con la escuela, pero ya estoy aquí-. Me toca la punta de la nariz cínicamente y me sobresalto.

-¿D-d-de qué hablas?-cuestiono y me maldigo internamente por tartamudear.

-No te hagas la inocente ahora. Sé que tú fuiste la que le llevó el chisme a los profesores en el campamento-su voz irritada y el hecho de que me saca dos cabezas me hace sentirme intimidada.

-Y-yo no dije n-nada-meto la cabeza entre mis hombros cuando se inclina sobre mi.

-¡No mientas!-golpea la pared justo a un lado de mi cabeza, rozando algunos de mis cabellos y doy un pequeño brinco de la impresión-Tú eras la única que miraba cuando me fui. Gracias a ti mi padre me quitó mi dinero ilimitado-ladra en mi cara con los ojos inyectados en sangre. Nunca lo había visto así de alterado y tenerlo de este modo repentinamente me paraliza. Pareciera como si en cualquier momento me fuera a golpear.

-Escucha, te juro que yo n-

-No me importan tus excusas, aunque fuera otra persona quien lo haya hecho estoy muy enojado y necesito un poco de diversión-no comprendo su sonrisa torcida hasta que se acerca peligrosamente a mi, retrocedo, pero el es más rápido, toma la parte de atrás del suéter de mi uniforme y cuando me doy cuenta ya estoy dentro del armario de limpieza.

Me doy media vuelta para ver hacia la salida pero únicamente soy espectadora del momento en el que cierra la puerta en mis narices. Me levanto deprisa escuchando sus risitas y me acerco a la puerta para intentarla abrir, pero tiene el seguro por afuera-. ¡Hey, no!, ¡Déjame salir!-Grito mientras la golpeo con mis puños.

Su risa se escucha amortiguada a través de la madera-. Ten un lindo día Yeonnie-El ruido de sus pasos suena lejano indicando que se ha marchado, dejándome encerrada aquí dentro.

Después de unos minutos de ver que mis intentos por abrir la puerta son inútiles me deslizo hasta el suelo. Pero que mierda de situación, y para rematar no he comido nada. Después de dos horas encerrada pierdo las esperanzas de que alguien venga a sacarme. Como soy tan lista dejé mi teléfono celular en clases y no puedo enviarle un mensaje a Jimin para que me ayude. En resumen: estoy jodida.

Mi desesperación va en aumento con el pasar de las horas y comienzo a llorar y a sentirme asfixiada aquí dentro, lo que me da a entender que estoy volviendo a pasar por mi primera crisis de ansiedad en dos años. Irónicamente la causa es la misma persona de entonces.

Después de un largo rato de estar sentada abrazando mis piernas me sobresalto al escuchar un ruido proveniente de afuera, no se cuanto rato he estado en esta posición pero me doy cuenta de que llevo bastante al levantarme y sentir un ardor horrible en mi espalda, producto de estar apoyando mi peso únicamente sobre la zona. Levanto mi cabeza para escuchar con más atención y reconozco que son pasos.

-¡Por favor sáquenme de aquí!-Digo aporreando la puerta con desesperación hasta que por fin se abre.

Me encuentro con el rostro sorprendido de JungKook-¿SooYeon?, ¿Qué haces aqu-su pregunta se ve interrumpida en el momento en el que me lanzo a abrazarlo.

《You Got That Thing | J.Jk》✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora