-Te vez mal…- dijo y asentí tomando mi cabeza.
-Fue solo un mal sueño…- contesté y asintió.
-¿Volverás a dormir?- preguntó y asentí- ¿Te incómoda que duerma contigo?- negué aunque si, un poco sí.
-Solo dame un minuto- dije y asintió. Antes de darse la vuelta me señaló el pecho.
-Mejor abróchate la camisa- dijo aclarando su garganta y se dio la vuelta mientras yo abrochaba los últimos botones. Luego, volví a la cama y me acosté boca arriba en mi mismo lugar, intentando de dormir y de no pensar en nada y gracias al cielo, luego de unos segundos, lo logré.
Al día siguiente, fue Niall quien me despertó para que vaya a tomar el primer tren. De muy mala gana, me levanté y me puse mi pantalón para luego, salir junto a Niall a la estación de trenes donde tomé el primer tren que llegaba al Este despidiéndome de Niall con un simple “hasta el lunes”
Fueron casi que una hora y media de viaje hasta que por fin llegue a la estación que si conocía.
Sin dudarlo, de allí me tomé un taxi a casa donde al entrar, fue normalmente pero fue Herb el primero en escucharme.
-¡_________!- exclamó y me abrazó en sus pijamas- Hermana- dijo en el abrazo y en eso, aparece papá luego de unos minutos.
-Hija- dijo papá abrazándome también- ¿Dónde estabas? ¿Te tomaron del Oeste?- preguntó y negué.
-Me quede dormida en la biblioteca- dije como si nada al ver lo perro que es mi padre al lastimar a toda esa gente sin razón alguna-
-¿Está camisa… Te la donaron?- preguntó Herb y yo lo fulminé con la mirada.
-Es mía…- dije y caminé a mi habitación- Necesito dormir un poco ¿Si?- dije caminando a mi habitación donde al entrar, seguido de mi, entró Herb quien cerró la puerta.
-Dime dónde estabas- preguntó y yo por primera vez en mi vida, dudé de contarle algo a Herb.
-De verdad, estaba en la biblioteca- dije y me miró sin creerlo haciéndome un gesto de “En serio”
-¿La camisa?- preguntó y reí.
-¿Qué ahora te importa?- pregunté.
-Solo quiero saber en donde estuviste- dijo firme.
-Okay, te diré la verdad- dije mojando mis labios- Me quede en casa de un chico- dijo y rió.
-¿Tú? ¿Con un chico?- preguntó y rió en carcajadas- Con el único chico que hablas es con…- comenzó a decir poniéndose serio-…Tu profesor…
-¿Qué? ¿Estás loco?- pregunté fingiendo repugnancia- Es un viejo para mí- dije abrazando mi cuerpo.
-Okay, te creeré- dijo firme y salió de mi habitación aunque estoy segurísima de que no me creyó en lo absoluto.
Pasé el domingo explicándole a todos los que preguntaban y eso me cansó por completo, necesitaba dormir en mi cama, así que para evitar conversaciones e insultos, me metí a dormir.
-Al día siguiente, me levanté y me fui en el limo al instituto donde allí, todas las chicas me miraban y hablaban entre ellas. Las pocas que eran del Oeste, me fulminaban con la mirada y las chicas de aquí, me miraban con asco ya que se corrió la voz de que estuve en el Oeste con un hombre, nadie dijo quien, solo se rumoreó que estuve con un hombre del Oeste.
Al entrar a clase, intentando de ocultarme para que nadie me vea, me senté en una de las últimas mesas para que no me molesten más o no me peguen otro cartel en la espalda que diga “Zorra”
-Así que dinos ________-preguntó una de las chicas desde su asiento mientras el profesor Horan entraba- ¿Los chicos en el Oeste lo hacen diferente?- preguntó.
-No hice nada con nadie del Oeste- dije firme y rió fríamente.
-Oh vamos, de seguro lo dices para no caer bajo…- dijo y negué, iba a defenderme pero el profesor indicó que tomemos asiento.
-Está bien chicas…- dijo tomando aire y apoyándose contra su escritorio- Ya dejen de molestar a Casey ¿Quieren? No es problema de ustedes si ella estuvo en el Oeste o no- dijo firme con la tablilla en manos.
-La llamaste Casey- habló una chica- A nosotras siempre nos dices por los apellidos.
-Es verdad, es una regla- dijo otra de las chicas y el profesor dejo su boca abierta sin saber que decir.
-Cállense- ordenó- Fue un error, dije Casey porque justo lo estaba leyendo- dijo marcando algo en la tablilla.
-O tal vez porque eso era lo que decías mientras chupaba tu polla- dijo otra de las chicas y todas rieron mientras que yo me avergoncé más, por más de que todo fuera mentira, no me agradaba que digan esas cosas de mí. Me eché en el banco pero escuché que Niall no dijo nada, simplemente comenzó a hablar de historia pero yo levanté la mano antes de que comience con el tema “Guerra fría”
-Si… Waverby- dijo frío.
-¿Podrías contarnos… Usted- dije costosamente y me lanzó una media sonrisa casi que invisible- Sobre cómo surgió la separación entre el Este y el Oeste?
-Es algo que siempre existió. En un principio, la gente del Oeste era la gente con bajos recursos y antes, el estado los mantenía pero luego, llegó un hombre hace unos 30 años y dijo que no merecían más de esos recursos entonces simplemente, los quitaron- dijo y levanté la mano otra vez.
-¿Cómo hace una persona del Oeste para recibir esos servicios?- pregunté a él y antes de contestar, otra chica contestó.
-Acostándose contigo, perra- escupió y todas rieron.
-¡Cállense!- gritó el profesor y luego, cuando todas se quedaron en silencio, me miró curioso y negó.
-Es imposible que lleguen los recursos a no ser de que esa persona esté asociada con alguien del Este- dijo y asentí anotándolo en mi cuaderno- ¿Alguna otra pregunta?- preguntó y nadie dijo nada comenzando a hablar de la guerra fría. Puso unas preguntas en el pizarrón y en una de esas, caminó pupitre por pupitre y al llegar al mío, me susurró al oído.
-Que no te intimiden- dijo y yo asentí para luego hacerle preguntas sobre el trabajo, solamente para disimular.
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