—Ah –dije.– bueno, está bien.

—Y por cierto, como no contestabas tu celular ni el teléfono de la casa tus padres me llamaron para saber si te pasó algo, les dije que tuviste un problema con tu celular, pero que estabas sana y salva en tu cama.

—¡Ay por Dios! –exclamé.– seguro se estaban volviendo locos.

—Tú los conoces, pero tranquila, como te dije, les dije que estabas bien.

—Nate, no sabes cuanto te lo agradezco.

—Podrías demostrarme tu agradecimiento lavando mi ropa por un mes, no sé, sólo digo.

—Ja Ja –dije sarcásticamente.– no lo creo.

—Idiota –dijo.– me tengo que ir, mamá me está llamando. Ya sabes que si necesitas algo, sólo llama.

—Si, lo sé, hablamos luego, cuídate.

—Tú también, pequeña –dijo y colgó.

Como no tenía nada que hacer, salí a caminar, me gustaba hacerlo, me ayudaba a pensar y a relajarme de vez en cuando.

Y a mi mente volvió aquel lobo... siempre me han atraído las cosas sobre naturales, veía películas sobre vampiros y hombres lobo y ni hablar de las series, algo normal en cualquier persona. Pero jamás en mi vida creí que llegaría a tener un lobo frente a mi ¡mucho menos que me salvara la vida y me regalara un collar, inconscientemente puse mi mano sobre mi pecho donde se encontraba el dije, me reconfortaba tenerlo conmigo, como si de alguna forma el collar me transmitía algo... no lo sé, es un sentimiento inexplicable.

Me detuve, estaba en el bosque, sin darme cuenta había caminado hasta aquí. Pero esta vez el bosque estaba iluminado y para nada tenebroso. Me senté encima de una roca y observé esta parte del bosque detenidamente, era precioso, el verde reinaba por todos lados, amaba la naturaleza, los sitios llenos de árboles y aire libre eran mis lugares favoritos, me daban paz.

Cerré los ojos y dejé que el aire golpeara mi rostro, era relajante.

De niña venía con Nate y otros niños a jugar, pero empezaron a asesinar personas y dejamos de venir, no morían por esta zona, pero mis padres sobreprotectores se opusieron a que volviéramos aquí, decían que algún tipo de animal asesinaba a esas personas por el tipo de heridas que tenían, por eso está el letrero de "peligro, no pase" a mitad del bosque... alto... creo que conozco al animal que hizo eso.

Me puse de pie y caminé con destino a esa zona. Esta era una de las cosas más estúpidas que había hecho, pero necesitaba respuestas, esto era algo demasiado peligroso, pero mi curiosidad era más fuerte que yo, y una parte de mi quería ver el lobo de nuevo.

Llegué hasta donde estaba el letrero, sentía como si mi corazón quisiera salirse de mi pecho, la adrenalina y el miedo a lo desconocido corrían por mis venas, dudé por un momento en si seguir o no, sin embargo seguí caminando. En los árboles habían cráneos, huesos, cosas que pretendían ser aterradoras, seguramente las autoridades encargadas del bosque los colocaron para que los curiosos como yo nos asustáramos y diéramos la vuelta. Miraba y caminaba por todos lados con esperanza de encontrar al lobo, no lo veía por ningún lado.

—Vas a morir –dijo una voz. Me sobresalté.

Hola, Dios, soy yo de nuevo.

Me giré para encarar al desconocido y casi me quedo muda.

Ay. Virgen. Santa.

ChalcedonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora