Amor, solo pido amor.

---#--- CAPÍTULO 33 ---#---

Todo el mundo ya sabía quién era ella, la guardiana prometida que auguraba una nueva era de balance junto a Alba. Detuvo su caminar frente a la niña y poso una de sus rodillas en el verde pasto, bajando la cabeza de manera solemne. Todos guardaron el aliento, observando con atención como una nueva guardiana tomaba posesión de su cargo en presencia de una singularidad. Frente a la niña se materializo su Libro de los Guardianes, con tapas de cuero repujado en oro y brillante incrustaciones de piedras preciosas.

-Dime, Nightlight, juras cuidar a los niños del mundo. Y cuidar con tu vida sus esperanzas, sueños y deseos. Porque ellos son lo único que tenemos, todo lo que somos y todo lo que siempre seremos.

Pudo observar como Meme y Norte, a su lado, la observaban con cariño, en especial Norte. Luego que la batalla hubiera terminado, Alba le informo del pasado de Star, contándole, inevitablemente, que fue lo que había ocurrido con su hijo y la prometida del mismo. Aunque Norte acepto a Star con los brazos abiertos, sabían todos que en su corazón seguía la pesada carga de disculparse a sí mismo, por haber alejado a su hijo de su lado y dejar que su nieta pasara por todo aquello.

-Lo juro.

La voz de Star salió segura, firme como ninguna vez y poderosa como siempre.

-Entonces te felicito, Nightlight, porque ahora eres y serás para siempre, un guardián- el libro fue cerrado con un ligero golpecito y lugar entero estallo en aclamaciones. Star hizo una reverencia solemne frente a su hermana, quien sonreía con amor. La nueva guardiana se posiciono al lado de su novio, quien, por protocolo, simplemente pudo verla con ojos embelesados.

-Que pase el siguiente.

Del extremos contrario de donde había salido la muchacha salió un joven, de no más de veinte años, con la piel grisácea, el pelo negro peinado hacia atrás y con las iris de los ojos completamente negros, pero no amenazantes, sino nerviosos. Llevaba una túnica ploma con bordados negros y dorados, complementando su vestimenta con una capa, que se tendía por el suelo, dándole un aire de solemnidad. Aun así, el joven temblaba a cada paso que daba, y cuando fue su turno de arrodillarse frente a la singularidad, casi se da un golpe con el suelo. Muchos le miraban con un poco de pena e indiferencia, pero no por ello restándole el valor a su próximo compañero.

...

Apareció en un lugar blanquecino, donde no sabías donde terminaba el suelo ni empezaba el cielo, simplemente había un brillo blanquecino por donde mirara.

Frente a ella se materializo un hombre, de cabello largo y abultado, con una corta varaba. Delgado, pero alto, vistiendo una túnica gris resplandeciente.

-¿Padre?- pregunto cauta, no quería pensar que había terminado en alguna clase de limbo. Escucho la risa sincera de aquel hombre, que le abría los brazos en clara invitación para un abrazo, que no se tardó en corresponder. Puede que no supiera de su existencia hasta hace algún tiempo, pero una parte mucho más fuerte que ella necesitaba de aquella cercanía con su progenitor, la pedía a gritos.

-Pequeña Alba...

-Padre, estoy perdida- soltó sin más –No sé qué hacer cuando vuelva, nunca nadie me había preparado para esto, no quiero fallar.

El anciano simplemente le sonrió y acaricio su mejilla, reconfortándola con su tacto.

-Hay que nombrar a Star como Nightlight, aquello es primordial.

-Pero padre- dijo la niña –¿Puede ella escoger si ser o no Nightlight?

-Cariño, no creo que ella se niegue. Mira, toda su familia terrenal paso al plano espiritual, tú, ahora no queda mucho para ella allí abajo. Piénsalo, ella adora la familia que ha formado contigo- todo lo que decía era lógico, pero...