Quizás Donghae no podía entender el dolor tan profundo en el corazón del menor, pero si compartía la misma pena que él, al igual que su impotencia.

―Encontraremos una solución a esto, Han.

Aunque no lo quisiera, una centésima parte de su alma corrompida se aferraba a esos dichos, a que en algún lugar y en algún tiempo determinado existiría una cura mágica que le devolviera lo más preciado que los seres humanos pueden tener. Sin embargo, y era algo que la mayoría sabía, aquello sólo existía como un ferviente ruego al cielo.

―Como digas, general.















Cuando sus pies tocaron suelo surcoreano, una gran verdad se reveló frente a sus narices.

Una ciudad normal, medios de transporte normales, tecnología normal, personas comunes y corrientes conservando la misma vida de antes del ataque. Una vida normal, completamente alejada a la realidad que se vivía al otro lado de la frontera con China.

―Supongo que ya te haces idea de lo que quiere Huan Yue.

La voz grave de un hombre resuena a sus espaldas y él voltea, contemplando al que sería el gobernador de Corea del Sur y su protector de ahora en adelante.

―Quiere matarlos a todos...

―Hace algunos años antes del primer ataque, Huan Yue estuvo desaparecido por catorce días durante un viaje que hizo el ejército a Afganistán, cuando salieron falsos rumores de que tenían secuestrado a un político chino, y nadie tenía ni la más mínima pista de su paradero ni de cómo desapareció así sin más. Era como si se lo hubiese tragado la tierra, algo totalmente inexplicable dado que era alguien importante dentro del ejército.

» China realizó una búsqueda secreta y muchos países de Asia los ayudamos poniéndonos en el peor de los casos y que alguien haya podido secuestrarlo por diversos motivos. Lo encontraron a las dos semanas de su desaparición cerca de Nueva Delhi y la frontera con Pakistán, inconsciente en una fábrica abandonada y vestido de una forma totalmente diferente a cómo lo habían visto antes de desaparecer.

» Dijo que no recordaba nada de lo que sucedió, sólo que de un momento a otro su vista se tornó negra y de allí hasta que fue encontrado, o eso es al menos lo que se nos hizo saber. Nadie puede decir exactamente en qué punto las cosas se tornaron extrañas, tanto en su actitud como en sus acciones cuando los terroristas de medio oriente enviaron una amenaza mundial profesando el fin de la humanidad.

Suho frunció el ceño ante el relato, recordando vagamente algunos comentarios que solían decirse durante sus primeros años de entrenamiento.

―No sé si estoy comprendiendo a lo que quiere llegar.

El gobernador suspira, sabiendo que seguir ocultando la verdad era en vano, siendo que ya todos los ciudadanos chinos sabían la mitad de la historia.

―Huan Yue ayudó a que esto sucediera, Suho. Se sabía que el ataque llegaría, entonces se implementó un plan de acción infalible por los altos mandos de aquel entonces que salvaría a Asia de esta devastación, pero Huan Yue lo estropeó todo para ayudar a los terroristas.

Experimento 0111 » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora