After the Game [05]

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Moviéndose con su oponente, esquivando y girando en torno a posibles selecciones y configuraciones, era rápido y tenía total control. Su oponente, rindiéndose por pura frustración, pasó rápidamente a una salida, intentando una vez más escaparse de Colten.

Treinta segundos más tarde, Colten volvió a tener la pelota y lanzo un pase giratorio a Michael, corriendo delante de su defensor.

Cinco minutos después, el partido había terminado, Dallington High se había clasificado para otro campeonato y Colten había demostrado una vez más por qué era el jugador más buscado del estado.

—¡Es tan guapo!

—¿Viste su último disparo? ¡Fue increíble!

—Me voy a casar con ese chico.

Sentada con Christie en el banco superior de las gradas, escuchando la obsesión de un grupo de chicas debajo de nosotras, se rio un poco.

—¡Dios mío, Colten McDermott, cásate conmigo! —dijo en voz demasiado alta.

Reprimiendo una carcajada, me volví hacia ella, poniendo una expresión burlona en mi cara.

—¿Perdón? ¡Ese chico es mío! —dije con voz sarcástica.

Christie se rio.

—¡Pelea de gatas!

—¿Por mí? Por favor, señoritas.

De pie delante de mí, con el pelo mojado y pegado a su cuello, Colten sonrió con encanto, antes de inclinar su cabeza en dirección al estacionamiento.

—Michael me envió a buscaros, ya está en el coche.

—Genial. Vas a venir esta noche, ¿verdad, Colten? —preguntó Christie, bajando hacia la salida mientras nosotros la seguíamos.

—Si, por supuesto —respondió, abriéndome la puerta con una sonrisa cuando salíamos del gimnasio, caminando hacia el cálido y pesado aire de la noche.

Sintiéndome ligeramente ansiosa por su amabilidad inexplicable, e insegura de cómo manejar a un Colten con el que no estaba discutiendo, le devolví la sonrisa, sin decir nada.

Un par de pasos por delante, Christie comenzó a caminar rápidamente por el estacionamiento, dejando un incómodo silencio flotando por un momento entre Colten y yo mientras caminábamos lado a lado detrás de ella.

—¿Estabas peleando por mí? —Colten interrumpió el silencio, con una sonrisa juguetona.

Levanté las cejas, abrí la boca para negar la idea por completo, pero las palabras murieron en mis labios cuando vi el brillo cálido en sus ojos, la sonrisa en sus labios, la risa flotando justo detrás.

—Gané—respondí descaradamente, lamentando al instante las palabras en el momento en que escaparon de mi boca.

La vergüenza nublaba mi mente y sentí que mi cara se enrojecía.

Sin embargo, no pareció darse cuenta y la risa que había estado amenazando se liberó y, cuando llegamos al coche de Michael, abrió la puerta del asiento trasero.

Sintiéndome como una completa idiota y moviéndome al otro lado del coche, solté un pequeño grito cuando Colten tomó mi mano, tirando de mí hacia la puerta abierta.

—Me alegra que quisieras ganas —dijo, sus ojos aun riendo, y soltó mi mano, extendiendo la suya hacia afuera e indicando que debía entrar.

Sin palabras, me deslicé dentro del coche, abrochándome el cinturón de seguridad.

Mientras nos alejábamos, Michael y Colten hablaban del partido y Christie discutía en su teléfono con su padre. Miré por la ventana, consciente de la cercanía de Colten, sentado a mi lado, y traté de calmar las divagaciones de mi mente.

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