- Pero tiene dos hijas tú y Winter - volteo a verlo regresando a la cafetería y dejando mis pensamientos de lado. En eso tenía razón, pero para que Winter se vuelva una líder aún faltan por lo menos diez años. - Recuerda que no debemos vivir el sueño de nuestros padres - el tomo un sorbo de su café contemplando las luces del establecimiento. Su razonamiento me dejo con demasiadas cosas que pensar y ahora mismo debía hablar con mi padre Steven.

- Gracias por la charla - saque un par de billetes algo arrugados y mojados del bolsillo de mi vestido dejándolo sobre la mesa. - Pero tengo que hablar con mi progenitor dile a mamá que no me espere para la cena - me fui corriendo de ese sitio dejando a Demian algo desconcertado por mi repentina fuga. No me importo eso ahora en lo más mínimo tan solo quería ir a decirle ahora a mi padre que no sería la líder de las cazadoras.

Corrí por las calles de la ciudad intentando alejarme de todo rastro de civilización hasta que llegué a mi casa donde ni siquiera entre. Metiéndome por el costado corrí hacia el fondo donde lobos estaban aullando, pero restándoles importancia seguí mi camino. Hasta que las luces de las casas aparecieron delante de mis ojos una sonrisa de satisfacción adorno mi rostro. Este en definitiva no era mi día porque dos vampiros me interceptaron antes de poner un pie dentro del condominio.

- Por los colmillos de Drácula mira lo que ha venido hacia nosotros - rodé los ojos enserio estos tontos piensan que me podrán hacer daño.

- Soy la prometida de Carter Franttini déjenme pasar idiotas - hable con las manos apoyadas en mis caderas, ahora los vampiros no me intimidaban en lo más mínimo.

- ¿Y eso nos importa por qué? - inquirió el segundo vampiro que comenzó a mostrar sus colmillos. Este es un mal día para no cargar con mis dagas, miré rápidamente a mi alrededor y encontré una rama gruesa que me podía servir perfecta de estaca.

- Les importa porque puedo sacarlos al sol mientras duerman - hablo mi salvador con voz estruendosa. Carter ya no parecía ser él de cierto modo su rostro se había deformado para pasar a ser el de un monstruo. Gire para no verle de ese modo aun tenia pesadillas con aquel primer valiu que me ataco en mi casa. Espere a que todo se calmara para poder volver a girar, mis piernas temblaban como gelatina y mi corazón bombeaba a mil por hora. Una mano apretó mi hombro y yo solo pude soltar un grito de terror por lo alterada que me encontraba - Soy yo ángel tranquila - Carter estando en su forma humana me abrazo con fuerza por que yo temblaba demasiado. Esto es ridículo me enfrento a lobos del triple de grandes que un San Bernardo y le tengo miedo a un monstruo que encima es mi novio, ridículo, pero así es mi vida.

Logre calmarme luego de unos minutos cuando note que mi cuerpo dejara de temblar camine abrazada a Carter. El frió de la noche calaba cada parte de mi cuerpo aún tenía la ropa algo húmeda por la lluvia que hubo en la tarde. Carter me soltó, pero cuando quise preguntar por que dos cuerpos impactaron contra el mío causando que casi me caiga al suelo. Winter y Brooklyn aferraban sus brazos alrededor de mi cuerpo, con mis brazos la rodeo para devolver el abrazo.

- Angelic viniste - hablaron al unísono ambas niñas separándose de mi para luego tomar cada una mi mano. Arrastrándome dentro de la casa llevándome a una de las salas donde estaba mi padre charlando con los padres de Carter.

- Papá tengo que hablar contigo de algo muy importante - solté la mano de las niñas y me acerque a mi padre que me vio con preocupación.

- ¿Qué te paso? - mis cejas se unieron en mi frente en señal de confusión y luego mire mi aspecto. Tenía el vestido mojado algo sucio de la tierra por correr hasta aquí y los cabellos ondulados por culpa de la lluvia. De seguro tenía el maquillaje corrido menos mal que mi papá no me vio crecer porque si me hubiera visto las veces que jugaba le vendría un infarto.

Red HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora