6. Bienvenido al infierno

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-¿Por qué tanto interés en el mocoso? -JinYoung miró a su amigo con el rostro irritado.

-YuGyeom no conoce a nadie en la ciudad y me preocupa que esté quedándose en ese departamento solo, contigo.

-Ya te he dicho que no le voy a tocar un pelo al mocoso llorón.

-Eso no es lo que más me preocupa.

-Quieres bajar la voz.

-JinYoung, si lástimas a YuGyeom...

-¿Me vas a amenazar ahora? Ya te lo he dicho, sólo lo voy a tener en mi departamento hasta que pasen esos dos años y luego lo pondré en un avión de regreso a Boston, ¿contento?

-Al menos dejarás que continúe sus clases.

-Eso ni pensarlo, no quiero que tenga la oportunidad de hablar con extraños y piense en huir.

-JinYoung no vas a tenerlo encerrado en tu departamento por dos años.

-¿Quieres ver?

-¡JinYoung no te atrevas!

-Baja la voz o te saco de aquí a patadas.

-Al menos déjalo tener una vida normal y decente.

-¿Qué más normal que pasar todo el día en el departamento sin hacer nada?

-Entonces llévalo a casa de tu madre, allá estará más cómodo.

-Amo a mi madre pero sabes que no la aguanto, las cláusulas dicen que ambos debemos vivir bajo el mismo techo y no pienso mudarme con mamá.

-JinYoung piensa que YuGyeom está sacrificando demasiado, no le hagas más daño del que ya le has hecho.

***

YuGyeom dio unas cuántas vueltas en el departamento antes de tomar un libro de uno de los estantes de la sala y sentarse a leer en el suelo bajo el marco de la puerta que daba al balcón.
Amaba leer y al menos los libros lo ayudarían a olvidarse de su situación actual.

Era invierno en Seúl y la corriente de aire se sentía muy fría. YuGyeom observó por un minuto al cielo nublado cubierto por nubes grises. En Boston también tendrían el mismo cielo, sus amigos estarían ahora reunidos en el campus conversando de lo cansadas que fueron las clases. Sus amigos. No tuvo lo oportunidad de despedirse. Nadie lo vio partir más que los empleados de la mansión de su abuelo. Esa nueva sensación de soledad lo volvió a invadir. Pronto sería navidad y este sería el primer año que lo pasaría solo, sin ninguna de las personas que le importaban cerca de él. Todos sus seres queridos estaban a varios kilómetros de distancia ahora. Toda su alegría y ganas de vivir habían quedado atrás. YuGyeom sabía que pasaría mucho tiempo para que volviera a sonreír sinceramente. Nada de lo que sucediera de ahora en adelante le traería la misma felicidad que estar de regreso en casa. Su casa. Su hogar.

Después de varios minutos de observar el cielo gris, se quedó dormido apoyando su espalda contra el marco de la puerta y el libro que sostenía entre sus manos, apoyado contra su pecho.

-¡Hey! Despierta mocoso. -sintió un ligero golpe contra su pierna derecha. El golpe se hacía más frecuente y lo obligó a abrir los ojos.

-¡¿Qué demonios estás haciendo ahí?! -JinYoung lo tomó la muñeca poniéndolo de pie de un solo tirón.

-Lo siento me quedé dormido. - respondió, tímidamente mientras trataba de agacharse a recoger el libro que llevaba en manos y que cayó al piso, al momento que JinYoung lo despertó.

-Prepárame algo de comer mientras me doy una ducha -JinYoung volvió a jalar de la muñeca del frágil muchacho colocándolo al nivel de sus ojos, YuGyeom asintió tratando de soportar el dolor en su muñeca.

The Boy and The Beast || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora