Oneshot

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Bienvenios al Himalaya!

Hoy comienzo mi camino como ficker, han sido largos años desde que lo deje así que volver a las andadas va a ser difícil (muy difícil)

Espero que disfruten y se diviertan, cualquier comentario es bien recibido pero la intolerancia será castigada con funa (ok no xD. pero no se crean que saldrán impunes si me insultan sin razón)

ya saben, sherlock es de la bbc, los personajes de Arthur Connan Doyle (y le prendo velitas por darnos tan maravillosas historias y personajes) y nada es mio, solo las cosas homosexuales.

suerte! 

Si había algo que le gustaba a John, era el cabello sedoso, suave y brillante de las mujeres con que salía. A veces miraba en la calle quien mantenía mejor su cabello, ya que eso hablaba de la higiene y cuidado que tenían consigo mismas en cualquier ámbito. También se preguntaba si Sherlock sería igual; nunca lo había visto realmente preocuparse por sí mismo más que lo necesario para sobrevivir (como comer cada dos días antes de desmayarse durante un caso), pero siempre lucia limpio y ordenado. Pero la pregunta que más atacaba su mente era: que tan suave seria? Como las ovejas que se ven esponjosas pero su lana resulta áspera? o como un animal de felpa?.

Muchas veces se descubría pensando en cuanto le agradaría pasar su mano por el revoltoso cabello de su compañero, pero no era su culpa! Era de ese egocéntrico sujeto por llevar sus rizos demasiado largos cuando le había mencionado en diferentes ocasiones que ya era hora de cortarlo.

-Si no interfiere en mi rutina, no interfiere en su vida, Doctor- respondía el más alto con su mirada fija en el microscopio, o al menos eso pensaba John mientras veía como toda la maraña oscura caía alrededor del visor

Suspirando frustrado dio media vuelta para salir de ahí rumbo a la sala, buscando distraerse en la computadora. Estuvo vagando por internet un rato, revisando su blog y su correo. La alerta de mensaje sonó en su teléfono, una paciente que le había visitado una semana atrás le invitaba a tomar un café en agradecimiento.

Sonrío para luego levantarse e ir a cambiarse de ropa. -Camisa y corbata? No, demasiado elegante para tomar café; jeans y camiseta? Suena bien y... - sacó de su armario uno de sus sweaters favoritos, la prenda de tejido trenzado de color beige contrastaba con sus oscuros pantalones y sus zapatos de vestir color marrón.

Se miró al espejo una última vez antes de bajar por su abrigo y llaves. Pasó corriendo al baño para lavarse los dientes y asegurarse que se había afeitado bien en la mañana. Su compañero pareció no inmutarse cuando le dijo que saldría y volvería en la noche (o quizás al día siguiente si estaba de suerte). En parte estaba agradecido de tener una excusa para salir de ahí, le habían dado vacaciones en el trabajo y los asesinos parecían estarlo también; el aburrimiento de Sherlock habría terminado por matarlo.

La mujer era linda; no una modelo pero quien era el para juzgar apariencias. Cabello largo hasta la cintura, azabache; cintura pequeña, cuerpo delicado, con un caminar sensual que atraía la mirada de más de alguno. El problema? Tenía el cabello condenadamente rizado! Si, rizado desde la raíz hasta las puntas como su estresante compañero de aventuras. Al aceptar la cita creyó que se trataba de la mujer rubia que su sobrino se había metido una pila de reloj en la nariz, pero el destino se desvió violentamente a la chica (por que debía tener la mitad de su edad) que había llevado a su abuela por artritis reumatoide exactamente 6 días antes a su consulta.

La dama era culta, bien hablada y muy inteligente; casi parecía que fuera mayor. Tuvo una conversación agradable con ella sobre temas actuales: música, arte, libros. Pero la duda le carcomía el interior.

Citas extrañasWhere stories live. Discover now