Mariano dejo el cubo y corrió rápido detrás de nosotras. Entre en la casa de mi madrina Juana.

Juana: ¡Ya! Chiquita no estés triste.

Teresa: No estoy triste madrina, lo que siento es rabia, por eso llore de pura rabia porque el imbécil de Paulo me traiciono. Ahora es novio de Aída.

Juana: ¿Quién es Paulo y quien es Aída?

Tersa: Paulo… Paulo es un chico de la escuela que quería ser mi novio.

Juan: Y por lo que veo a ti también te gustaba. Bueno yo pensé que tu estabas interesada en Mariano por lo que me dijiste anoche.

Teresa: Si madrina. Claro tú sabes que Mariano me sigue importando mucho. Pero ya terminamos y somos muy diferentes. A parte Mariano no tiene que ver con esto. El único culpable es Paulo. El me hizo creer que de verdad me quería y hoy me puso en ridículo delante de todos mis compañeros

Juana: ¿Pero porque? ¿A poco estaba resentido por que no le hiciste caso?

Teresa: No, todos mis compañeros, todos menos Aurora se burlaron de mi por que yo no soy rica como ellos y es la peor humillación de mi vida.

Juana: ¡Ay hijita…!

Teresa: ¡ODIO SER POBRE! ¡LO ODIO! ¡Lo odio! Parece que para ellos es muy fácil tienen lo que quieren hasta sin tener que contar el dinero y van bien vestidos y tienen un coche. Desaprovechando que sus papas les paga los mejores colegios. En cambio yo que soy la mejor  de la clase no puedo ir si no tomo el metro y dos peseros. Y no tendría nada que poner me si no seria por ti madrina. Para dar les a mis profesores los trabajos tengo que juntar pesos y pesos, para pagar una hora en el café internet.

Juana: ¡Ay! Hijita pues no sabría que decir te. Yo siempre pensé que te convenía estar en las mejores escuelas. Pero ya veo que esto te esta trayendo penas. No sabes cuanto me duele que te traten así. Es injusto.

Teresa: La vida no es justa y de eso ya no tengo duda.

Juana: Pero no les hagas caso, esa gente encopetada ni si quiera vale la pena, total ni los vas a volver a ver. Tu te vas a ir a otra universidad, ¿Qué pasa Teresa? ¿Qué esta pasando por esa cabecita tan loca?

Teresa: Nada, nada, nada. Pensaba que es tan bonito poder me desahogar contigo madrina. A ti si que te tengo toda la confianza. A veces mi mama no me entiende, pero yo se que tu si que me entiendes la necesidad de salir de aquí.

Juana: ¡Ay! Teresa, Teresa, tu sabes que yo siempre yo vi en ti a la hija que Dios no me mando. Tú sabes que yo voy a estar a tu lado cada vez que tu me necesites, ¿Verdad?

Teresa: Si.

Juana: Oh…

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Rosa en el taller que trabaja nuestro papa Armando. Rosa estaba llorando.

Johnny: ¿Estas llorando Rosa? A poco que te fue mal en el entrenamiento.

Rosa: Si Johnny me fue muy mal.

Johnny: Híjole. Solo falta unos días para la competencia Rosa. Mira ya no llores, a veces a si es mira vamos a la tienda que yo te invito a un chesco. Vale.

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En la fiesta.

Raúl: Mira Paulo el plan de que te llevaras a Teresa no funciono. Ni hablar.

Paulo: No me digas, dos años tirados a la basura.

          

Raúl: Pero que listillo que te ibas a acostar con ella.

Paulo: La verdad es que ella (Aída) fue mucho más allá. Yo solo le propuse que Teresa nos vira de novios.

Raúl: Tu ya sabes como son las mujeres cuando se trata de emplomar a otra mujer. Y mira que hoy acabaron con Teresa.

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Rosa y Johnny.

Rosa: Y el doctor que me reviso y me dijo que no podía hacer nada hasta que no me dieran esos análisis. ¡Ay! Johnny yo no quiero faltar a mis entrenamientos no se como lo voy a hacer.

Johnny: Vamos mañana, yo te acompaño.

Rosa: Si.

Johnny: Si, seguro que ese doctor solo quiere estar seguro y asegurar sé de que todo este bien. Si quieres le pido permiso a tu papa para que me de permiso para faltar mañana.

Rosa: No, Johnny no. No le vayas a decir nada a mi papa.

Johnny: ¡Ay! Rosita.

Rosa: Es que no quiero que mi papa no sepa nada hasta que no sepamos los resultados, para que nos preocupamos desde antes, ándale…

Johnny: Y yo que le iba a decir a mi hermana (Esperanza) que me ayudara. Que lastima que no te habían mandado ahí adonde ella trabaja porque si no segurito de que ella nos hubiera ayudado para que te dieran rápido los resultados, y pudieras seguir entrenando. Ya Rosita.

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En la Vecindad. Teresa (yo). Estudiando y escuchando mi canción preferida la que baile con Paulo. Escuchándola una y otra vez.

Juana: Ya llevas mucho tiempo escuchando esa música. ¿Por qué la repites y la repites? Tampoco te gusta tanto.

Teresa. Me gustaba y mucho. Pero ahora la oigo por que es… Como una lección para mí. Una lección que me prometí que nunca mas la voy a olvidar.

Juana: ¿De que hablas hijita?

Teresa: ¿Sabes madrina? Me doy cuenta que les gusto mucho a los hombres.

Juana: Pues como no les vas a gustar si eres una niña muy bonita y educada.

Teresa: Me refiero a que hay algo que provoco a los hombres y podría aprovechar: mi juventud, mi bellesa…

Juana: ¡Ay! ¿Hija porque dices esas cosas?

Teresa: Porque he decidido cambiar mi vida voy a ir por un camino de verdad efectivo el de dominar los sentimientos. Ser o no ser y yo soy.

Juana: Pero Teresa antes que nada debes seguir el camino recto.

Teresa: Claro madrina, claro que si te aseguro que voy a seguir un camino muy recto, rectísimo hacia mi meta.

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Por la noche en la Vecindad. En la casa de mi madrina Juana se le estaba acercando un pretendiente llamado Cutberto. Cantando al violín.

Cutberto: Hola mi dulce Juana. Aquí estoy para cantarle lo que usted guste. ¿Que tal si la invito a tomar se unas copitas?

Juana: ¡Ay! Usted sabe muy bien que yo no bebo. Además no me venga aquí con distracciones que yo tengo mucho en que pensar, ándele ahuecando el ala. O además suelte de una vez que es lo que quiere.

TeresaWhere stories live. Discover now