Sin Fin

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Felizmente guardaba una toalla en la mochila y me calzaba un par de ojotas y malla para ira su casa. Al salir a la calle el mundo se sentía como un microondas gigantesco y el calor se podía ver a apenas una cuadra, como quien ve una fuga de gas. 

Mientras caminaba casi sin poder respirar ,mi mente divagaba y seguía una corriente de pensamiento muy difusa, que cuando quería acordarme de lo que estaba pensando la idea ya se había ido. Pero algo logró despertarme un poco de ese sueño ambulante. 

Un gato negro, que se posaba sobre una pared en la esquina de enfrente.Me percate de su presencia mientras cruzaba la calle y su mirada me inquieto un poco. Era uno de esos gatos que parecía juzgarte como si fuera una especie de dios o algo, pero eso nunca me impidió tratar de acariciar a un gato y tampoco lo iba a hacer esta vez.

Lentamente me acerque a él pero cuando estiré la mano,con un movimiento lentísimo y elegante, se escapó de mi y comenzó a caminar a lo largo de la cuadra. Yo lo seguía,hipnotizado por esa figura felina que lleva impregnada ese aura de misterio. Él parecía seguir un ritmo inalterable, pero aunque yo apuraba el paso no conseguía tocarlo.Hasta que un momento me detuve sin saber porqué, pero el también lo hizo. Se volteó y pude ver con una claridad absoluta los dos astros amarillos que se erigían como dos lunas y que observaban fijamente, esa mirada parecía haberse metido en mi cabeza.

Entonces, un poco nervioso, me gire y vi algo que me haría levantar una ceja. Me encontraba de nuevo en la esquina de la cuadra que había caminado,donde vi al gato por primera vez.Volví la mirada,solo para descubrir que él ya no estaba.

Mi preocupación empezó a crecer y pensé que había soñado despierto o que el calor me había atacado más de lo que yo pensaba. Saque una botella de agua que por suerte había guardado en la mochila y me senté a reflexionar de lo ocurrido mientras me terminaba el agua.

No era la primera vez que yo tenía sueños despierto, pero nunca uno tan largo y loco como este. Desde chico que siempre tuve sueños raros y siempre me cuestioné el tener algún problema, casi siempre tomándolo como un chiste, como si quisiera restarle importancia,pero esta vez se había sentido diferente.

Al cabo de un rato ya me sentía mejor y no podía esperar a llegar a su casa y contarle lo del gato, estaba seguro de que le interesaría. Muchas veces habíamos hablado de nuestros sueños y para mi el tema era muy llamativo, aparte de que los dos tenemos una fascinación por los gatos. Pero de un momento a otro mire a mi alrededor y me invadió un sentimiento de extrañeza, como si no fuese yo quien ocupase mi cuerpo, como si estuviese mirando una película con un actor muy parecido a mi. La calle era sin duda familiar, pero al mismo tiempo me encontraba perdido. Traté de leer el nombre de la calle pero las letras se difuminaban mientras yo me esforzaba tratando de cazar alguna palabra.

Seguí caminando muy inquieto, me sentía perseguido, miraba para todas partes tratando de buscar algo para reconocer el lugar ,entonces me percate de que en la calle no había nadie,estaba solo.

Iba mirando al piso, asustado, hasta que me di cuenta de que estaba caminando sobre el pavimento. Estaba en el medio de la calle y no recordaba haberme ido de la vereda, el sol ya no alumbraba tanto y el cielo estaba un poco nublado, un viento frío me recorrió el cuerpo. 

Sin darme cuenta,aquel día soleado se había convertido en un día gris, de esos que parecen llevar la tristeza en su esencia. Parecía que la noche empezaba a caer, eso me hizo pensar en qué momento había salido de mi casa y, para mi sorpresa, no lo recordaba. 

Seguí caminando por el medio de la calle hasta que escuche un agudísimo sonido atrás mío. Al girarme la vi y en mi cara se dibujó una sonrisa,era ella parada a unos cuantos metros, grité su nombre y salude con la mano pero después de dar unos pasos sentí un poco de incomodidad.

Sin duda tenía que ser ella, una chica bastante delgada, que media casi como yo y con ese pelo castaño un poco claro que reconocería en cualquier lugar. Pero entre más me acercaba más incomodidad sentía, yo pronunciaba su nombre, pero ella no parecía escucharme,estaba cabizbaja y con una postura rara,normalmente tenía los hombros rígidos como el metal, como un gato asustado, pero ahora se encontraban totalmente laxos.

Finalmente me encontraba frente a ella,le apoye las manos en los hombros y me di cuenta de que estaba helada, la cara se me cargó de más preocupación. Tenía el pelo suelto y le tapaba gran parte de la cara.-¿Estás bi- decía yo, hasta que fui interrumpido por el estruendoso sonido que esta vez reconocí como un maullido y que provenía de mis espaldas, entonces me gire y la calle era ahora un gran túnel y ella había desaparecido.

Recorrí hasta el final, había una especie de patio que me parecía familiar y una silla que,parecía tener mi nombre en ella,entonces me senté y lo vi.

Recuerdos, que tal vez nunca habían ocurrido. La veía sonreír, estaba sentada un poco encorvada, tomando mate mientras agarraba la bombilla con un movimiento raro de su lengua y a veces se reía, soltando una extraña carcajada mientras abría bastante los ojos.

Yo me sentía feliz, hasta que un momento se hizo el silencio,como si la orquesta hubiese dejado de tocar abruptamente, y ella me mira directamente a los ojos, y yo sentí asco y tristeza,incluso culpa. Sentía que estaba haciendo algo mal y las lágrimas se me caían delos ojos.La veía de una forma cada vez más borrosa, y yo pedía perdón,pero la imagen se desvanecía, la estaba perdiendo. Cada vez quedaba menos y entonces vi sus labios que susurraron unas palabras que no pude entender.

Levante la mirada y lo descubrí, aquellos astros amarillentos estaban ahí, parecían gigantes y se encontraban frente a un fondo totalmente negro, comenzaron los maullidos que se volvían cada vez más insoportables y sentí que algo corría hacia mí.

Entonces hubo luz, y vi el techo de mi pieza,estaba muy transpirado y tremendamente agitado, el corazón parecía salir de mi  pecho. Luego de un rato conseguí calmarme y digerir que todo había sido un sueño, uno como nunca antes había tenido, pero un sueño al fin y al cabo.

Agarre el teléfono y me sorprendió un mensaje de ella invitándome a su casa a la tarde.Guarde las cosas y fui hasta su casa. 

Apenas llegué ya empecé a contarle sobre mi sueño, yo estaba fascinado. Mientras le contaba me dijo de meternos a la pileta, entonces saque las cosas para cambiarme y vi algo que no recordaba haber guardado nunca, una botella de agua medio vacía.

Sin FinWhere stories live. Discover now