Spin-off: La condena, el milagro.

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-Mikael me habló de esto una vez -dijo entonces Etwal alzando las manos y, cuando sentí que me tocaba las mejillas, la miré sobresaltado, sus ojos, aun si seguían siendo los mismos, me veían ahora con curiosidad-, cuando estás triste, lloras. Y la verdad es que no lo comprendo, nunca he llorado antes.

Ella se alejó mirándome fijamente, después, tras resoplar, retrocedió hasta la cama sentándose en el borde, después de unos segundos dirigió sus ojos hacia la ventana, la música del exterior se filtraba hacia la habitación con fuerza así como también las risas de aquellos que festejaban, tras un instante de silencio que no hizo más que hacer crecer mi ansiedad, ella volvió a mirarme inexpresiva, pero, de alguna forma, comprendí que estaba por darme las respuestas que tanto buscaba.

-La verdad es que nunca he entendido por qué los humanos son así, tan complejos y molestos, tal vez porque tienen una vida corta, no lo sé, simplemente me parecen demasiado efímeros que siento que es una pérdida de tiempo dedicarles atención, no hay nada que se pueda aprender de ellos y ellos poco pueden entregarnos, simplemente son como una molécula que ocupan un lugar en el Cosmos... Pero ella no lo creía así, al igual que mi maestra, ella pensaba que los humanos podían entregar una infinidad de cosas y que eran seres únicos y preciosos, y por ella es que pensé que podría estar equivocada.

-¿Ella...?

-Magnolia -Etwal me sonrió ladeando la cabeza-. Nunca he sido una buena persona, Yuri, e despreciado a los otros mucho más de lo que los he valorado, esa fue la razón por la cual mi maestra renegó de mí antes de terminar mi entrenamiento, convirtiéndome en una paria para los de mi especie -ella volvió a mirar hacia la ventana antes de continuar-. No culpo a Edea en verdad, para mi raza despreciar a la Creación o cualquier forma desprendida de ella es una falta garrafal, así que de haber estado en su lugar, y ser tan sabia y completa como ella, seguramente había hecho lo mismo. Así que jamás le reproché su decisión, además, si no hubiera sido por eso seguramente no habría conocido a Magnolia.

-¿Quién era ella...?

-Una pequeña niña que conocí en Acad antes de que los siete Grandes Archimaestros fueran nombrados, Magnolia, fue mi aprendiz, mi única aprendiz -Etwal volvió a mirarme y, por primera vez, sentí que el brillo en sus ojos era auténtico... brillo que, de alguna forma, volvió a hacer que mi angustia creciera-. Los aprendices para los archimaestros lo son todo, son tus hijos, tus amigos, padres, cómplices y hasta amantes, y eso es lo que Magnolia fue para mí, ella fue a la que le entregué mi corazón.

-¿Qué...?

-¿Te sorprende? -ella me sonrió de lado al tiempo que apoyaba las manos a los costados en el colchón y se cruzaba de piernas-, en ese tiempo no era tan extraño, de hecho, si le preguntas a Mikael seguramente él te dirá que al menos tuvo un amante hombre antes de conocer a Enkidu, en fin, como sea, Magnolia fue la persona a la cual decidí entregarle todo mi ser, ella fue la razón por la cual intenté cambiar mi forma de pensar y por quien trabajé duro para volverme completa, si no hubiera sido por ella seguramente jamás habría accedido a la ayuda de Mikael, jamás habría intentado aprender aquello que no alcancé a adquirir de mi maestra ni de aquellos como yo.

   -¿Te sorprende? -ella me sonrió de lado al tiempo que apoyaba las manos a los costados en el colchón y se cruzaba de piernas-, en ese tiempo no era tan extraño, de hecho, si le preguntas a Mikael seguramente él te dirá que al menos tuvo un aman...

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El Legado  de Rapsodia (Temporada 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora