—¿Y a donde ibas? —Pregunte al notar su desesperación.

—Mejor dicho —El me muestra una sonrisa traviesa.—A donde vamos...

—¿Que?

El rueda los ojos.

—No bajaste para nada o ¿si?, asi que vamonos. Hay que divertirnos.

El toma mi mano y empezamos a caminar.

—¿A donde?—Cuestione temerosa.

—Laila relajate, no voy a matarte ni te llevare a el infierno, tranquila.

Dice para calmarme, pero el hecho de que mencione el infierno me altera un poco.

—Vamos, ¡es broma!, solo iremos a una fiesta. Se nota que necesitas divertirte.

Caminamos, el me esta guiando, y yo solo dejo que mi cuerpo lo siga. Ya que mi mente no deja de pensar en el infierno debido a que Dylan lo menciono.

A pesar de todo aun no logro comprender.
¿Como salí de aquel lugar?

—Por cierto ya estas super grande. ¿Que edad tienes?

Habla Dylan intentando romper el silencio.

—17.—Conteste.

—Vaya, yo tengo 18, ¡casi tenemos la misma edad!—Exclama emocionado y mueve sus manos de manera extraña, quizas muy afeminada.

—Soliamos estar juntos en la escuela, claro que tendriamos casi la misma edad.—Aclare.

El asiente sonriendo.

—Tienes razon,¿por cierto cuando cumples 18?

—¿Por?—Pregunte extrañada mientras miraba algo asustada las calles que tomabamos.

—Para ir a bailar a algún antro, o ir a beber; no se tu solo dime.

Sonrei.

—El 27 de Marzo.

—¡Laila!—Dylan pega un grito detiendose instantáneamente.

—¡¿Que pasa?!—Grito asustada cuando lo veo posarse enfrente de mi, mirándome raro.

—¡Hoy es tu cumpleaños!.

—¿Que?

Me quedo sin mas palabras, no puede ser mi cumpleaños para eso todavía falta....

Oh mierda, si es mi cumpleaños.

—Con mas razón necesitas celebrar. —Habla y me jala para caminar un poco mas hasta que quedamos frente a una casa que emite demasiado ruido y se puede apreciar un montón de luces por doquier.—¡Hemos llegado!

Tomo aire algo miedosa. Las fiestas nunca han sido lo mio; siempre sucede una tragedia.

La ultima vez me puse tan borracha que termine besándose con un semaforo. Esa fue la ultima, nunca mas quise asistir a una.

—No tengas miedo Laila, todo saldra bien.

Nos metemos a esa casa, rodeada de muchisima gente.

No debi venir, no debi venir, no debi venir. Repetia constantemente en mi cabeza, a estas alturas hubiera preferido estar en mi casa acostadita.

Pero no.

Dylan comienza a saludar un montón de gente. Hay chicas de todo tipo, desde las mas decentes hasta las....zorras.

—Ahorita vuelvo ¿vale?. No tardaré.

Suspiro un poco asustada,giro a mis alrededores para observar el lugar, es una casa como cualquier otra pero las personas no parecen comportarse como estuvieran en una casa común. Hago una mueca de asco cuando miró a una pareja, (que  supongo que son pareja), besándose y metiéndose mano.

—Dagh.—Es todo lo que me limito a decir.

La figura de alguien se coloca enfrente mio tapándome la anterior vista.

—¿Gustas?—Un chico se acerca a mi y me ofrece una bebida.

—No tomo, pero gracias.

El parece decepcionarse como si esperaba que la tomara.

Lo siento, pero no quiero volver a besar semaforos.

—Bien.—Dice mientras la pone en una mesa y el se queda solo con su bebida. Le toma un poco y luego suelta un suspiro.—¿Como te llamas?.

—Laila.—Dije de manera cortante, ya que siempre me puse nerviosa cuando conocia a un chico.

Aunque con este, ya eran 3 que conocia, era algo extraño.

—¿Te sientes agobiada Laila?

Lo mire sin entender.

—¿A que te refieres?

—Te noto desesperada. Esto no es lo tuyo.

—Tienes razón. No encajó aquí.

El me sonrio.

—¿Quieres ir a tomar un poco de aire fresco?

Lo pense unos segundos.

—¿porque no?.

Nos dirigmos hacia la parte trasera donde se encontraba el patio. Nos fuimos un poco apartado el dijo que para que nadie nos molestara.

Me recargue en un arbol que estaba ahi y el se situo enfrente de mi.

—¿Mejor?

—Mejor.—Afirme.—Por cierto...¿como te llamas?

El tomo otro sorbo de su bebida.

—Raul—Se queda en silencio unos segundos.—Aunque tambien me dicen "El tigre".

—¿El tigre?

—Asi es.

Estuvimos conversando un rato. El se bebió toda su bebida, la cual parecía traer bastantito alcohol pues se empezaba a comportar extraño.

—Laila, Laila,Laila—Dijo este mientras jugaba con un mechon de mi cabello que caia por mi frente, a la misma vez que lo decia me causaba cierto temor.

—¿Pa-pasa algo?—Titubee un poco debido a su extraño comportamiento, mientras intentaba alejarme poco a poco.

—¿Alguna ves te dijeron lo bonita que eres?—Su aliento apestaba a alcohol, pero aun asi, tampoco estaba tan ebrio, supongo que si sabia lo que hacia.

—Alguna vez me lo dijeron...

Noto su mirada mas penetrante. Depronto el se acerca cada vez mas a mi.

—Raul, creo que estas demasiado cerca.

El solo sonrie.

—Yo creo que no.—Extiende sus brazos a lado mio impidiendome salir. Y aproxima su boca a la mia, debo confesar que se ve realmente asqueroso, ya que incluso puedo ver como se prepara para besarme y querer meter su lengua en mi boca.

—¡Espera!—Grite antes de que comietera dicha accion. A la misma vez que movia mis manos queriendo detenerlo pero sin tocarlo y cerraba los ojos instintivamente; También apreté mis labios, para evitar que me besara.

Me quede en la misma posicion unos segundos; queriendo que solo pasara rapido este instante, pero no fue asi.

Nada paso.

Abrí los ojos lentamente.

Raul seguía igual, con los labios preparados para besarme, solo que no se movía.

—¿Raul?—Pregunte pero no sucedió nada.—¿Raul?—Dije una vez mas mientras lo intentaba mover, pero parecía que estaba congelado.

Mire a todos lados asustada. Al notar que Raul no se movia me escabullo debajo de sus brazos, ya que habian estado impidiendome safarme antes.

Ya a un lado de el segui mirandolo. El estaba totalmente quieto.

Parecia que el tiempo se habia parado.

¿Pero...como era eso posible?






















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