—Si, tienes que darle dos vueltas y luego tirar con fuerza de él – Hanji escuchaba impresionada, la vieja técnica Ackerman para matar las gallinas que consumían.

—Kenny… Vas a espantar a Hanji – Kuchel reprendió a Kenny.

—Y una mierda, mírala es más ruda que el enano de tu hijo

—Y deja de llamarlo así... - una campana interrumpió la conversación extraña, pero animada que sostenían.

Kenny se puso de pie y antes de que pudiera decir algo, Kuchel se adelantó y puso una taza en las manos de la chica —¿Podrías llevarle esto a Levi? Pero asegurarte de que la beba toda, por favor.

—Eh, si claro – Hanji estaba confundida.

—No vuelvas hasta que beba la última gota – la mujer habló en tono amable, pero autoritario.

—Si, si claro - la chica no cuestionó la situación y se marchó hacia las escaleras que la llevarían a la habitación que compartía con el más joven de los Ackerman.

—“¿Qué demonios pasa?” - la chica se preguntó mientras subía con prisas los escalones   — “Un momento, tal vez pueda averiguarlo ahora....”

Hanji se detuvo, buscó una posición incómoda pero que le permitía mantenerse “escondida" y ver poco más que a medias hacia la puerta de la cocina.

Ahí aguardó hasta que de la última puerta del pasillo apareció un hombre mayor, caminaba lentamente y sostenía un bastón en su mano, dos mucamas y un hombre vestido de negro lo acompañaban de cerca, pero sin llegar a tocarlo.

—“Ese debe ser el hombre del que me habló Levi” - la chica pensó, mientras intentaba ver mejor.

Cuando estaba a punto de entrar en la cocina, el anciano se detuvo y giro su rostro hacia las escaleras, se mantuvo así unos segundos y luego dio el paso que lo introdujo a la cocina, donde sus hijos aguardaban.

—Mierda, eso fue escalofriante – Hanji suspiró desde su posición recostada en las escaleras.

Se levantó y a rastras subió las escaleras, pronto se encontró frente a la puerta de su habitación, suspiró y entró sin tocar, contrario a lo que imaginó, Levi no estaba en la cama.

Observó la habitación y notó que la puerta del baño estaba abierta  —¿Levi? - la castaña llamó su nombre y se acercó lentamente.

—¿Estás bien? - preguntó y entró, para su sorpresa el muchacho no estaba tirado con su rostro en el retrete, al contrario, estaba de rodillas tallando el piso de aquella habitación que la vieras por donde la vieras estaba impecable.

—¡Hanji...! - el muchacho se giró para verla frente a él     —¿Encontraste a mi madre?

—Si, desayuné con ella...  Y tu tío Kenny – la chica se quitó los zapatos y se acercó

—¿Qué viste a quién? - Levi se puso de pie y su cuerpo perdió la orientación.

Hanji lo tomó del brazo antes de que se golpeara contra la pared —Levi, estás ardiendo – la chica sintió la elevada temperatura en la piel del muchacho.

—Estoy bien – la chica lo ayudó a sentarse sobre el retrete y le entregó la taza que llevaba en las manos.

—Bébelo, te hará bien – la castaña comenzó a llenar la bañera con agua   —Bébelo, ¿Qué esperas?

El pelinegro hizo una mueca de asco, pero obedeció  —¿Qué pasó con Kenny? Responde, ¿Estás bien? ¿Ese enfermo no te hizo nada extraño?

—¿Enfermo? Claro que no, yo diría que es excéntrico, y solo conversamos – la chica se aseguraba de que la temperatura del agua no fuese demasiado baja.

—No vas a volver a salir de aquí sin mí - Levi bebió la última parte y se estremeció con asco.

—Si, lo que digas – Hanji respondió, pensando en que era mejor no decirle que había espiado a su familia y que se había aterrorizado por un extraño miembro de ella.

—Quítate la ropa y ven aquí - la chica se plantó frente a él

—No me des órdenes, idiota – el muchacho se quitó la camisa.

—No me llames así, ¿Por qué siempre tienes que ser tan cruel? - la chica se cruzó de brazos.

—Lo siento, Hanji – dijo casi en un susurro y la castaña sonrió.

—Eso está mejor – con energía le ayudó a quitarse el pantalón.

Levi sonrió con malicia y la tomó del rostro —¿Quieres coger? - susurró

Hanji sonrió y de un tirón lo acercó al agua —Entra ahí antes de que te empuje y te golpees esa cabeza vacía en la orilla - amenazó    —Tienes fiebre ¿Cómo es que puedes pensar en sexo?

—No lo sé, tal vez soy solo un animal – Levi recordó con furia cuando alguien le dijo esas palabras.

— “Maldito mocoso inservible, tal vez debimos venderlo como un perro de ataque, no es un ser humano, solo es un animal salvaje...”

—Un tierno animal, muy listo y caliente – Hanji se burló y lo ayudó a sentarse dentro del agua, con cuidado humedeció su cabeza y él se estremeció, tal vez la fiebre era peor de lo que pensaba.

—¿Qué te ocurrió? - ella acarició su rostro pálido.

—¿Qué es lo más asqueroso que has tenido en tu boca? - el hombre preguntó sin abrir sus ojos.

—¿Asqueroso? Tal vez la comida de mi tía Nelly, créeme no sabes si estás comiendo pasto o comida.

—Pasto... - Levi se burló

—¿Qué es lo más asqueroso que has comido tú? - Hanji preguntó llena de curiosidad.

—¿Por qué no entras aquí conmigo? - Levi extendió los brazos y sin pensarlo dos veces la chica se quitó la ropa y se acomodó sobre el pecho del pelinegro.

—La fiebre está disminuyendo – la castaña estaba aliviada, por alguna razón deseaba que su hombre falso estuviese sano y fuerte como siempre.

Todo comenzó con un plan [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora