Las Primeras Veces [MiriTama]

El primer reconocimiento

Siguieron riéndose un rato más y después comenzaron a hablar de sus vacaciones, la chica intentaba sacarles a sus amigos toda la información que pudiera con respecto al viaje que ambos habían tenido, pero los dos daban respuestas con muy pocos datos, sabía que ocultaban algo y esperaba que fuera lo que pensaba.

En un momento la conversación fue interrumpida ya que a lado de los tres pasó Takeshi sin saludarlos, no por algo malo, fue más bien por tener su completa atención en el celular, de hecho parecía hablar con alguien. Esto extrañaba al azabache ya que su amigo no era del tipo de persona que estuviera pegado a un artefacto tecnológico, separando su mano de la de su novio se dirigió a su amigo.

- Hola Tashi - Saludó con ese apodo cariñoso con el cual llamaba al castaño, y por fin el otro alzó la mirada.

- Oh - Exclamó el chico dándose cuenta al fin de su entorno y de la persona frente a él - ¡Hola Tama! - Saludó con entusiasmo al ver al azabache, y sin dudarlo se lanzó a abrazarlo.

Era obvio que al rubio no le causaba gracia la escena, sin embargo se mantuvo tranquilo y a la expectativa de saber por qué el chico estaba tan concentrado en su teléfono, mientras que Nejire solo veía a los chicos con confusión al ver a Mirio más calmado de lo que usualmente era cuando Takeshi tenía esos gestos tan cariñosos con su novio.

- Oye Mirio ¿No te enoja que abrace a Tamaki de esa forma o que lo llame "Tama"? - Preguntó la de cabellos celestes susurrando al oído de su amigo.

- No me encanta la escena pero no estoy celoso de Takeshi, ya no más, sé que Tamaki me quiere a mí por encima de todo, y además tengo algo que él jamás podrá tener - Comentó con una sonrisa y un casi imperceptible sonrojo.

La chica, que lo miraba confundida, cambiaba su expresión a una acusatoria al entender a qué se refería su amigo, iba a gritar emocionada pero enseguida vio como su amigo la miraba divertido mientras posaba un dedo en los labios mostrando un gesto de que permaneciera en silencio para después guiñar un ojo, eso le sorprendió pero decidió que lo mejor era no hacer ninguna pregunta o escándalo en ese momento.

- ¿Por qué estabas tan concentrado en tu celular? - Preguntó directamente el azabache con curiosidad, automáticamente el castaño escondió el artefacto en su bolsillo con nerviosismo.

- No, por nada - Negó de inmediato logrando que los dos chicos lo miraron con más curiosidad - Mejor dime como te fue en el verano, pasaste una semana entera con Mirio ¿No?, cuéntamelo todo, ¿Hicieron cochinadas? - Preguntó con malicia entrecerrando los ojos y mostrando una sonrisa pícara.

Tanto Takeshi como Nejire pudieron ver al azabache y al rubio sonrojándose hasta las ojeras avergonzados por la pregunta hecha, Mirio desvió la mirada intentando pretender que no había escuchado nada, mientras que Tamaki bajó la mirada queriendo que el suelo se lo tragara en ese momento.

Antes de que pudieran seguir hablando llegó el profesor que se encargaría de ellos ese año, para después automáticamente asignar los lugares donde se sentarían por el momento hasta que mezclaran la clase de nuevo.

Los escritorios ese año eran para compartir entre dos personas, y para buena suerte del cuarteto los habían asignado entre ellos, aunque separados. En la primera fila del lado de la puerta estaba el escritorio de Nejire y Mirio, mientras que completamente opuesto, al lado de la ventana y al final se encontraban Takeshi y Tamaki.

No sabía exactamente porque pero sentía que su amigo lo estaba ignorando, o mejor dicho evitando, hablaban y no tenían algún problema en específico pero sentía que el otro parecía incómodo con su presencia y no podía evitar preguntarse si se debía a su viaje con Mirio o algo parecido. Era consciente de los sentimientos que tenía por él, y no podía estar en paz si su amigo estaba con el corazón roto por haber estado con Mirio, no era que se arrepintiera pero deseaba de corazón que encontrara a alguien más.