Esa no había sido la decisión más inteligente que se pudiera haber ocurrido, estaba pensando con los impulsos y necesidades que mi cuerpo pedía a gritos, pero no, con lo que valía, la cabeza.

— Hasta para mentir tus acciones te delatan, déjame ya en paz si tanta lástima te doy entonces me tienes olvídate de mí prefiero morir o convertirme realmente en un demonio antes de volver a permitir que lo hagas—hable con toda normalidad, como una conversación normal con algún humano, pues ahora estaba demasiado pensativa y a la vez triste como para pelear con el estúpido de Légosi.

— Ten por seguro que me lo quitaré y sí, sí te sentí, pero para mí ya no significas nada, así que no me importa si tu energía o no está aquí y si perder mis poderes significa ya no volverte a ver prefiero eso ¡Miles de veces! — grité lo último, de pronto sentí, como mis manos eral liberadas, y sentí un aire en mi cuerpo.

Eran sus alas, había despegado vuelo.

Ese imbécil, se había ido.

En ese maldito momento me deje caer al piso sintiendo como mi corazón se estrujaba en mi ser y había lágrimas que amenazaban con salir disparadas, las malditas palabras de Légosi "Te recuerdo que eres solo un Ángel Caído", sin duda me hacían sentir como estúpida, ¿Cómo era que ahora estaba llorando?, tenía que tener en mente que a partir de ahora las palabras que él me diría serían dolosas y tenía que hacerme a la idea.

Pues no lo veía desde hace mucho tiempo, además estaba dañada, me torturaron, me acribillaron y me culparon de algo que no tenían porque, y esos recuerdos me aterraban en la noche, hasta el punto de no poder dormir hasta en días.

Ahora ya solo serían palabras hirientes, ya no quedaría ninguna palabra linda que algún Légosi me había dicho, fue entonces que caví en cuenta de que probablemente solo me hablaba lindo cuando quería llevarme a la cama, ese Légosi Haakon, no era el Légosi que yo conocí.

Estaba pasmada, solo me quede viendo al cielo, en dirección hacia donde Légosi había levantado vuelo.

De pronto, sentí como una mano, se posaba en mi hombro, rápidamente sacudí mi hombro y levante mi mano, en un acto de defensa, pero la baje, cuando note que era Kim.

— ¿Evelyn? ¿Por qué lloras?, ¿Qué haces hasta acá, sola?

— Podemos irnos de aquí Por favor? no quiero estar más tiempo aquí, ¿Terminaste?

Ella asintió, y nos tomamos del brazo, yo seguía en shock, pues lo que había ocurrido, no pensé que ocurriría ni en un millón de años, es decir, lo había visto, lo había sentido, y a pesar del coraje inmenso que sentía en su contra, no podía evitar no apagar por completo el oscuro y tierno pensamiento que aun sentía por aquella interesante criatura.

Y fue exactamente ese sentimiento el que me había hundido en un principio, el ser tan frágil a sus, carisias, a sus besos, y a todo lo que él me ofrecía, provocaron que me arrancaran las alas, y me exiliaran, ya no veía a mi familia, ni a mis compañeros, lo había perdido todo, por él.

Mientras íbamos avanzando, decidí que debía contarle la historia a Kim, pues, era la única persona con la que podía hablar, ella sabía todo este asunto, y por alguna razón la cual no se explicar muy bien, simplemente había aceptado el que yo fuera un ángel caído, y a veces me hacía preguntas que yo respondía con gusto, pues me alegraba tener a alguien con quien podía contarle todo, sin que me juzgara.

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Llegamos a mi departamento, que afortunadamente era solo mío, me había costado mucho trabajo, conseguirlo, pues trabajar, en diferentes ámbitos, gracias a mis poderes podía desempeñarme en muchas cosas.

Maldición Eterna [Esta Historia Cambiará a VKOOK, PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora