PERDIDO JUNTO A UN MERCADER

Debajo de los arboles

Me he despertado con un buen dolor de cabeza; sin embargo esto ha dejado de ser una de mis preocupaciones principales, ya que estoy en medio de un bosque que esta en época de otoño, las hojas que se caen dejan ver el azul del cielo, a lo lejos se llega ha escuchar el canto de las golondrinas, esto me trae una sensación de paz y de incertidumbre al mismo tiempo, me gustaría quedarme aquí, pero no se como es que llegue ha donde estoy ahora; me quede un rato debajo de la sombra de los árboles tratando de recodar como llegue aquí, aun así no recuerdo mucho, lo último que recuerdo es una explosión que me saco volando por los aires, la explosión debió haber ser potente pero no creo que fuera por eso que termine en medio del bosque con ese dolor de cabeza, de lo único que estoy seguro en este momento es que no estoy ni el que pudiera ser el poblado más lejano del país, reino o donde sea que este.

Debo suponer que en este lugar debe de haber algún poblado cercano, así que será mejor que me ponga de pie y me ponga a caminar hacia cualquier parte hasta ver rastros de un camino hacia algún poblado; mientras empezaba a caminar fui recordando más cosas; para suerte mía no olvide mi nombre, donde vivo, mi edad y de que trabajaba, sin embargo eso no me va ayudar a saber como termine en medio del bosque, para mí buena fortuna después de una hora caminando,logré salir del bosque, una vez sin que algo obstruyera mi vista, vi un poblado, sin más tiempo o cosas que obstruyeran mi ruta, me dirigí al poblado; mientras caminaba note 2 cosas que me llamaron la atención; la primera era que no hubiera nada pavimentado, o moderno durante mi trayecto,la segunda era que mi reloj, a pesar de que funcionaba, estaba atrasado por al menos 5 horas a la posible hora que era realmente, ya que lo que parecían ser las 2 de la tarde mi reloj lo marcaba como las 9 de la mañana.

Tengo que revelar que el trayecto hacia el poblado fue mucho más tardado de lo que tenía pensado, pues el lugar a pesar de que se veía cercano tenía grandes ríos en el trayecto, por lo cual me vi obligado a rodear; si no fuera suficiente me di cuenta de que el pueblo era costero, y que las casas que había visto a lo lejos eran las mas lejanas al puerto y el poblado,en fin, después de un largo día caminando, llegue cansado al pueblo mientra que estaba anocheciendo, para esa hora aun había gente por los rumbos, vi lo que parecía ser el último barco cargar y descargar mercancía; en estos momentos me empece a ponerme algo nervioso, ya que las pocas personas que me habían visto, me miraban de manera muy extraña, ademas, se vestían de una manera muy antigua, mas exacto de la época colonial, su ropa era de colores algo apagados, casas descuidadas; en una sola casa vi lo que parecía ser un par de dodos; de donde venía estos animales ya estaban extintos y sólo los podías ver por dibujos de los libros de historia que te dan en las escuelas, seguía avanzando, me di cuenta que ellos no eran los extraños, si no yo, mi vestimenta era totalmente distinta a la de ellos; su vestimenta era de colores algo apagados, todos con algún vestido o traje de lo que parecía ser su oficio, vi gente vestida de trajes coloniales, mujeres vestidas de sirvientas y de la clase burguesa, hombres de harapos, pantalón de mezclilla con tirante y lo que parecía que alguna vez fue una playera blanca siendo manchada por el polvo de las calles, otros simplemente iban de un traje oscuro el cual era innecesariamente extravagante; sin embargo, sin ninguna excepción todos me observaban de una manera sospechosa; sabía que no era de aquí, peor nunca sospeche que donde estaría estuvieran desconectados de la sociedad actual y que no estuvieran consientes de lo que pasaba mas allá de su pueblo; no vi ningún teléfono mientras caminaba por las calles; mientras se anochecía y yo seguía perdido, note que una cantina estaba aun abierta; tengo que admitir que ese momento fue uno de los más incómodos que he pasado en mi vida, ya que: entre a la cantina solo para que todos los que estaban a dentro se detuvieran y me vieran como alguien loco o alguien más borracho que ellos mismos, simplemente decidí ignorarlos.

Me dirigí hacia la barra de la cantina, tome un taburete que estaba justo al lado de mi y me senté, pocos segundos después llego el cantinero; me observo por un par de segundos, y lo primero que me dijo fue: