-no te entiendo, habla claro- le dije clavandole el cuchillo en el corazón, callo como plomo al piso- oh que pena, creo que no vas a poder ni hablar- la puerta tras mi se abrió de golpe y me di vuelta, mi papa me miraba con horror, y luego miraba el cuerpo de mama en el piso, no me decía nada- ¿te comieron la lengua los ratones?- dije mientras me acercaba a el- a diferencia de vos a mi me gusta clavar los puñales por delante, para verle la cara de sufrimiento al pobre infeliz que se lo clavo, y adivina que, sos el pobre infeliz- sin dejarlo decir nada le clave el cuchillo, bien profundo, si dejar de mirarlo a los ojos, callo como plomo al lado de mama- ay, que ternura, juntos hasta después de la muerte, no me lo agradezcan- escondí mis manos, con la cuchilla aun en ellas, detrás de mi espalda y me dirigí al comedor, en el solo estaba mi novio sentado en el sillón

-¿donde esta mi hermano?- le pregunte, haciendo me la inocente

-en su cuarto, fue a buscar algo que me quería mostrar- me dijo sin mirarme, me acerque a el y me senté en sus piernas, con mis piernas a cada lado de las suyas-¿que estas haciendo?

-estamos solos, no es obvio- el me sonrió y paso sus manos por mi cintura, idiota

me acerque y comencé a besarlo, tengo que recordar lavarme los dientes con lavandina, seguíbesándolo, mientras lentamente pasaba mis manos por detrás de su cuello

-hoy estas prendida fuego- me dijo separándose un poco de mi

-no sabes cuanto-me volvió a besar y cuando esta recostándose en el sillón clave lentamente la cuchilla en la parte trasera de su cuello, me separe de el y lo mire a los ojos, le comenzaba a salir sangre por la boca y tenia cara de sorprendido-¿que pasa amor?, ¿no querés hacerlo conmigo?- se callo para adelante, manchándome la remera con su sangre, me pare y deje que se cayera al suelo, saque la cuchilla de el y me pare a su lado- amor, me ensuciaste la remera, ahora como vamos a salir a esos restaurantes caros que tanto te gustan, si no te preocupes, te sigo amando a pesar que te acuestes con todas las zorras de este barrio- le di una patada al cuerpo sin vida- idiota.

Comencé a subir la escalera hasta la habitación de mi hermano, con el cuchillo guardado detrás de mi espalda, entre en la habitación, el estaba de espaldas a mi sentado en la cama, buscando algo en una caja, me subí a la cama y apoye mi cabeza en su hombro

-¿que haces hermanito?-dije en un tono inocente

-busco unas tarjetas de fútbol para mostrarle a Matt- dijo sin mirarme

-ah, emmm, ¿te acordás cuando nos besábamos a escondías de papa y mama?-le dije, el se congelo en el lugar, voltio a mirarme dejando la caja en el piso

-pro..prometiste que no se lo ibas a contar a nadie- dijo mirándome a los ojos

-y no se lo conté a nadie, solo me preguntaba, ¿si querías hacerlo de nuevo?-el abrió mucho los ojos

-pero eso fue cuando teníamos 12 años, ahora ya somos grandes para hacer esas cosas- me dijo y me miro la remera-¿eso es sangre?- me mire la remera

-oh, es que a Matt le sangro un poco la nariz- deje la cuchilla en mis espaldas y me saque la remera sin que notara mas manos llenas de sangre-¿q.., que estas haciendo?

-sacándome la remera, no es obvio- tire la remera por algún lugar de la habitación y volví a tomar la cuchilla detrás de mi espalda- en lo que estábamos, vos tenias 12, yo solo tenia 8 años- el trago con dificultad

-bueno, pero eso fue hace mucho, vos tenes a Matt ahora para hacer eso- me miro de arriba a bajo, baboso, no es la primera vez que me mira de esa manera, soy la hermana, LA HERMANA

-si, pero ahora que ya somos grandes, quiero sabes si seguís besando mal como cuando eramos chicos- sabia que eso le iba a doler

-¿mal?, ¿yo, besar mal?, no lo creo- me tomo de la nuca me acerco a el y comenzó a besar, claramente se la seguí, se fue recostando en la cama conmigo arriba mio, yo esta sentada arriba suyo cuando se separo y me dijo- tenes que prometer que no le vas a decir a papa, ni a mama

-lo prometo, ellos nunca se van a enterar, como si estuvieran muertos- el me miro confuso, así que volví a besalo, puse mis manos a los costados de su cuerpo, en la derecha tenia la cuchilla, el puso sus manos en mi espalda y comenzó a tocarme, clave la cuchilla en su lado derecho, el quería alejarse de mi pero lo seguí besando mientras mas la clavaba la cuchilla, me separe de el- si, definitivamente besas mejor- tome la almohada y se la puse en la cara, presionando contra ella, hasta que dejo de respirar, si lo asfixie- dulce sueños hermanito-me baje de arriba suyo.

Salí de la casa así como estaba, sin remera, bañada en sangre y mas feliz que nunca, nunca me había sentido tan feliz, tan viva, tan aliviada, cuando iba por la esquina de casa escuche un grito

-Cuidado!!!!!!!!!...

El juego vuelve a empezarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora