Love Me {Dipper Y Tu}

Capítulo 42

—Ohh, no quieres ir —hablaron ambos a la vez, como casi siempre lo hacían.

—No creo que sea necesario, ________ estará con nosotros todo el tiempo. ¡Bill tendrá que pasar sobre ti primero! —Dipper estaba emocionado por la idea de verme disparar rayos láser.

Lo malo sería cuando se enterará de que el enemigo esta más cerca de lo que cree.

Pero ¿como decirlo sin que Mabel se enfade?. Es casi imposible, ella está como ciega por Bill o algo así.

Tal vez si no la dejó sola con el...

—Tierra llamando a _____—Dipper tocó mi hombro repetidas veces al ver que no le prestaba atención—. ¿En que piensas?.

—Oh, nada importante—sonreí—. ¿Que sucede?.

—¿Que ibas a decirme sobre Bill?

Ah caray.

Comencé a ponerme nerviosa, y no quería ponerme nerviosa porque Dipper notaba cuando yo estaba nerviosa y eso ¡ME PONIA AUN MÁS NERVIOSA!

—Bueno ¡no es tan importante! —Dipper y Mabel levantaron una ceja y quise golpearme—. Bueno si lo es pero... ¡SEÑOR STAN! ¿Que hace aquí?

Ja, salvada.

—Vivo aquí —respondió mientras le daba un sorbo a su soda y eructaba.

Bueno en mi mente sonaba mejor.

—¿Estas segura de que esta todo bien? —volvió a preguntar Mabel.

Oh si, tu novio es un demonio psicópata que quiere matar a todos pero ESTA TODO BIEN.

—No se preocupen! Solo estoy algo cansada, y cuando me canso comienzo a hablar estupideces.

—Bien, supongamos que te creo —habló Dipper rondando los ojos y solté una risa.

•

¿Por qué siempre que estoy aquí me duermo?

Lo peor es que aparezco mágicamente en la cama de Dipper. Bueno eso no es tan malo ¿o si?.

Abri los ojos lentamente y me asuste un poco al ver que no había nada de luz natural. La habitación de los gemelos se encontraba a oscuras. Pero aún así sentí movimiento cerca mío.

Mis instintos se pusieron alerta. Trate de ver algo, pero lo único que logre divisar fue una risa y un par de ojos amarillos en una de las esquinas de la habitación.

—Bill..

—¿_____?

Y entonces desperté.

Encontré la mirada preocupada de Dipper. Aun seguíamos en el sofá y la única luz que había al rededor era de la televisión.

Sentí unas ganas extrañas ganas de llorar. Quería contarle todo a Dipper pero sentía que si lo hacía sucederían cosas malas. Y no quiero que nada malo suceda aún.

No me siento lista.

—¿Estas bien? —preguntó mientras acariciaba mi cabello.

—Solo era una pesadilla, no te preocupes —sonreí y el también.

Y ahí fue donde caí en la posición en la que nos encontrábamos. Estaba recostada sobre las piernas de Dipper, mientras que el estaba sentado viendo televisión. Las ganas de llorar se convirtieron en risas porque cualquiera podría malinterpretar la situación.

—¿Donde están todos? ¿Que hora es?

—El tío Stan y el tío Ford están en el laboratorio. Mabel se fue con Max y bueno, tu estas aquí.

Bajo la mirada para mirarme a los ojos y no pude evitar sonreír. Sus mejillas estaban algo rojas. Quería dejar pequeños besitos en ellas y...

¿En que estoy pensando?

—¿En que piensas? —Dipper contuvo su risa al ver la expresión de mi cara.

—¡Pf, en nada raro! —me senté a su lado, liberandome de esa posición.

—Okay —sonrió y siguió mirando la película—. ¿Quieres palomitas?

Asenti y abrí la boca en señal de que colocará una ahí. Dipper tomo una, y justo antes de que ella aterrizara en mi lengua el se la llevó a su boca.

—¡Oye! —le arroje una.

Narra Dipper

Sabía perfectamente que _____ estaba mintiendo, pero lo deje pasar. No quería que se enfadara (podría destruir la cabaña) o que se pusiera mal. Cuando ella estuviera lista, me lo diría.

Cuando terminamos de ver la película, me despedí para ir a dormir arriba. Ella dormiría en el sofá y supongo que Mabel estaba por llegar.

—Espera —tomó mi mano antes de que subiera por las escaleras—. ¿Puedo preguntarte algo?.

La miré extrañado. Volví a sentarme junto a ella.

—¿Qué sucede ____? Has estado todo el día queriendo decirme algo y de repente parece que evades el tema—ella bajo la mirada y yo acaricie su mejilla—. Sabes que puedes confiar en mi...

—Dipper ¿de verás sientes algo por Pacífica?

Nuestras miradas se encontraron nuevamente. Permaneci quiero por un par de segundos, sin saber que contestar. Sonreí.

—No.

Noté la confusión en su cara, fui acortando la distancia entre nosotros.

—La verdad es que te mentí todo este tiempo. No estoy enamorado de Pacífica—ella abrió la boca para hablar pero puse un dedo en sus labios—. Estoy enamorado de tí.

Ella abrió los labios sorprendida, mientras su boca hacía una mueca algo rara por mis dedos.

—Por favor _______—suspire contra sus labios—, amame.