Mi vida es tan extraña.

Aunque ¿Quién no pensaría mal de esa casa? Pues la observe detenidamente y no era muy atractiva, era de construcción antigua toda la casa estaba cercada con barandal de color negro que por el paso del tiempo se estaba cayendo la pintura y la casa estaba justo en el centro del terreno era casi una manzana completa lo que ocupaba esa casa, esta era de dos pisos en la planta alta se apreciaba tres ventanas con cortinas ya viejas y sucias y un pequeño balcón en la ventana del centro. En la planta baja se alcanza a ver solo una puerta en el centro enorme de madera y una ventana pequeña a cada lado que al igual que las de arriba poseían de cortinas sucias y viejas. Lo demás era paredes altas que parecieran esconder lo que dentro de la casa hay, ya que no se mostraba nada dentro de la casa.

Por eso fue el hecho de que me sorprendiera tanto de que una familia fuera capaz de habitar esa casa, ya que era muy macabra como pasar una noche ahí sin morir de miedo. Al pensar en los futuros vecinos de mi amiga Lía, decidí ver quiénes eran esos desafortunados huéspedes.

Eran una familia de 5 por lo que pude ver , al parecer es el padre un hombre como de 50 años de edad que de seguro en sus tiempos era un rubio atractivo de ojos verdes, la madre era una señora rubia también de ojos azules de unos aproximadamente 48 años por su rostro porque del cuerpo parecía una de 20 se ve esbelta y su figura muy bien , me pregunto ¿cómo le hará para mantenerse así a su edad?, de ahí mi mirada fue hacia una chica como de unos 17 años que era rubia de ojos verdes muy atractiva que al igual que su madre de envidiable figura pero con ella no hay mucho que decir, mientras esta chica bajaba sus maletas un señor mas grande como de unos 70 años se acerco ayudarla, este señor es moreno con sus ojos marrones que se ve en su cara lo sabio que es y según veo es el mayordomo de la familia y luego mi vista viajo de nuevo hasta toparse con un chico más o menos de 21 años muy guapo rubio de igual que toda su familia, cuerpo marcado con un enorme trasero después de observar bien su cuerpo fui su viendo mi vista hasta que me tope con su mirada ¡¡Qué vergüenza!! Me descubrió viéndolo en su rostro se pintaba una enorme sonrisa de arrogancia pero es que era simplemente era divino, sus ojos eran azules como lo de su madre incluso más claros, que casi sentía ver atreves de él, después de que me pillara viéndolo y salir de mi trance me saludo con la mano y entro a su casa con su familia, yo no pude hacer otra cosa que sonreír ya muy sonrojada.

¡¿Qué pensara de mí?! Que soy una loca que lo estaba espiando atreves de la ventana de la casa de mi amiga, ¡claro soy una tonta! No pude ser más disimulada. Estaba sumida en mis pensamientos cuando mi amiga Lia me trae de nuevo a la realidad.

-¡¡Oye!! Tierra llamando a Juli , tierra llamando a Juli ¿me escucha?-dice mi amiga fingiendo hablar por el control.

-¿Qué? , Solo estaba pensando.-dije para defenderme.

-¡si claro! Comerse con la mirada al nuevo vecino, ahora se le llama estar pensando.-se burlo de mi con una sonrisa como la del gato en el país de las maravillas.

-¡Deja de molestarme! ¿Qué hora son?.- pregunte para desviar el tema si no ella insistiría.

-Son las ocho y veinte minutos.

-¡JODER! Ya es muy tarde me tengo que ir.-dije saltando desde mi asiento y tomando mis cosas.

-Vale me llamas cuando llegas a casa, aunque vivas a tres cuadras me preocupa, por las desapariciones que ha habido últimamente.

-Si yo te marco o te envío un mensaje.- grite corriendo a la puerta y salí después de darle a mi amiga una "adiós" y mandarle un beso.

Caminar por estas calles, a estas horas, y sola no es lo más agradable del mundo que digamos. Cuando pase justo por el lado de la casa le di un pequeño vistazo y me pregunte ¿Cuánto tiempo pasara para que esa casa quede deshabitada otra vez? La verdad no le doy mucho tiempo, al pasar lo único que observe fue luces encendidas dentro de la casa y ya.