Sin poder el menor lo tomó del rostro para que se detuviera viéndolo fijamente a los ojos con ternura.

—Eres terriblemente adorable, Cipher —le interrumpió con una sonrisa—, no tienes que preocuparte por eso, no es como si estuvieras haciendo algo malo. De hecho, realmente me gusta poder coquetearte de vuelta cuando estamos despiertos... aunque si te soy honesto me gustaría poder hacer mucho más... —Dipper sintió a Bill rodearlo por la cintura y lo tomo de las mejillas—, no tienes ni idea de como me moría por besarte antes de bajar del auto.

Bill sonrió con las mejillas rojas.

—Honestamente... yo también quería hacerlo —le dijo antes de besarlo rápidamente—. Igual yo quisiera poder hacer más cosas contigo...—le respondió suspirando, relajándose bastante en el proceso—, pero como no tienes idea, tal vez por eso me pongo demasiado nervioso al alrededor tuyo.

—Confieso que es bastante divertido ver como ahora eres tú él que está todo nervioso a mí alrededor —bromeó pasando sus brazos por el cuello del mayor—, ya sabes, haciéndote sonrojar por cosas tan pequeñas.

—Eso es porque no sabes lo mucho me vuelves loco, Pino —le respondió con una sonrisa.

Fue el turno del menor de sonrojarse bastante avergonzado por las palabras del rubio.

—¿Ahora quién es el que está sonrojado? —se burló el mayor.

Dipper rodó los ojos y el rubio le dio otro breve beso.

—También eres un verdadero imbécil, Cipher —le dijo riendo ligeramente—, ¿te lo han dicho?

—Bastante, especialmente por éste chico de mi clase de ética, ¿te he contado de él? Es bastante molesto, es todo un cerebrito y hace poco hizo unas graficas por un debate —contestó divertido—, ¿puedes creerlo? ¿Te suena familiar?

Dipper negó divertido.

—No lo sé... tal vez deberías presentármelo, he escuchado lo mucho que se muere ese tal Bill por él —le respondió siguiéndole el juego—, ¿crees que debería preocuparme?

Bill sonrió antes de besarlo sin poder resistirse ante el menor, de verdad que se moría por él.

[...]

El lunes había llegado y con él los nervios de Bill habían vuelto al pensar por cada minúsculo motivo en el castaño.

Especialmente porque su mente no paraba de rogarle que por favor tuviera el valor de hablarle y preguntarle si de casualidad quería ir a su casa con la excusa de jugaría en su PS4 como habían quedado.

Habían intercambiado un par de palabras en su clase de ética pero eso no había bastado para que el rubio se animará a preguntarle al menor si quería ir a su casa, además de que tampoco había tenido muchas oportunidades para hacerlo, el maestro les había dictado casi hasta el último momento de la clase, dejándole con poco tiempo para prepararse mentalmente y armarse de valor para hacerlo.

Así que en clase de matemáticas reunió todo el valor que pudo para hablarle, después de todo Ford se encontraba distraído conversando con unos estudiantes después de marcar los ejercicios, algo sobre fantasmas a lo que Bill decidió no prestarle atención.

Con el corazón en un puño se dispuso a tocar el hombro del menor quién se encontraba terminando sus ejercicios, pero no pudo, no quería molestarlo de esa forma así que solo decidió llamarlo como tal.

—Em... ¿Dipper? —le llamó como pudo provocando que ambos ojos castaños se enfocarán en él aumentando sus nervios—, jaja, es tonto pero... ¿podrías ayudarme con éste problema? No lo entiendo del todo.

The Mindscape. [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora