Él sonrió haciendo que un pequeño hoyuelo apareciera en sus sonrosados pómulos. Sabía que no lo había dicho con esa intención pero era divertido ver su rostro adorable cada vez que interpretaba con doble sentido.

Colocamos el líquido en la taza con cuidado de no quemarnos.

—Está muy caliente.—me quejé.—Debemos hacer algo mientras tanto.

—Creo que ya sé que hacer.—sujetó mi cintura con delicadeza y me sentó sobre la superficie fría de la losa.

Besó mis labios con suavidad mientras yo acariciaba sus hebras doradas y sedosas, era divertido sentir los finos cabellos rubios contra mis manos y despeinarlos tanto como yo quisiera.

En el instante que escuché que alguien se acercaba me separé de él.

—Escóndete.—le dije despacio.

Se agachó metiéndose apresudaramente debajo del desayunador.

—¿Hija? Pensé que era un ladrón.—negué con la cabeza, nerviosa.—¿Qué haces? ¿puedes darme un vaso de agua?

Se sentó frente a mí con curiosidad, analizándome con la mirada.

—Estaba haciendo chocolate caliente para Nino y para mí.—contesté mientras llenaba el envase de vidrio con agua, se lo dí.—¿Quieres hablar de algo?

Me sentí con cuidado, literalmente en esos instantes tenía a Adrien bajo a mis pies.

—Marinette, yo no te veo muy feliz.—confesó con una sonrisa nostálgica, hice un gesto de que no entendía nada.—Tu padre me insistió hace unos meses que te presionáramos para casarte con Nino y te deje sola ¿él te dijo algo?

Por un instante me quedé totalmente pensativa, varios sucesos pasaban por mi mente hasta que sentí como pellizcaban mi pierna.

Chillé ante el dolor y mi madre puso cara de susto.

—No lo hizo, yo tomé la decisión—mentí.

—Eso espero porque él falsificó mi permiso para que te casaras.—confesó abrumada.—Pero si nadie dice nada supongo que es válido.

Toqué las tazas de chocolate y cambié de expresión.

—Bueno mamá, me voy antes de que esto se enfríe.—sonreí con nerviosismo.

—Yo no tengo sueño así que veré la televisión.—mencionó sin mirarme para irse a la sala.

El de bonitos orbes esmeraldas se levantó, tenía el ceño fruncido pero en su mirada se podía decir que estaba feliz.

—¡Tu matrimonio es ilegal, no es válido!—chilló como una chica, obviamente lo dijo con un tono más bajo.

Lo mandé a callar para darle una taza. Señalé las escaleras diciéndole con la mirada que hablaríamos esto con los otros.

Tuvimos suerte que mi madre no estaba y el mueble donde se sentaba nos daba la espalda así que no nos vería subir, lo más callado posibles subimos las escaleras pero vimos que nuestra habitación estaba abierta.

Nos asomamos como lo haría una ninja y vimos a mi padre dentro, con Alya y Nino para ser exactos.

¡Joder!

Dejo de imagen los bellos ojos de Chat Noir, si saben el nombre del artista les agradecería que me lo dijeran

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Dejo de imagen los bellos ojos de Chat Noir, si saben el nombre del artista les agradecería que me lo dijeran. Cameron Boyce murió y me siento triste.

No, no estoy llorando pero me siento tan mal que haya muerto a sus 20 años, él era un pequeño sol y merecía vivir más tiempo, solo mencionaré que deberíamos aprovechar cada segundo de vida que tengamos.

Lamento por no actualizar por casi dos meses, besos :'3




Smoke Girl [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora