El pelinegro miró a su hermano un poco dudoso. Todo el poco tiempo que llevaba de conocer a Gold se la pasaba de pleito en pleito, solo habían conversado de una forma "civilizada" la noche pasada, ¿Como podía confiarle a su hermano así sin más?, la situación lo dejaba sin opciones.
Con todo su pesar, Fred suspiró y asintió con la cabeza teniendo como respuesta una gran sonrisa por parte del castaño.
-esta bien, pero por favor tengan cuidado- dijo el pelinegro resignado -igual yo pasaré por ti en la salida, ya sabes- el castaño le contestó asintiendo con la cabeza.
-bien, entonces iré por mis cosas para irnos Gold- dijo el castaño para subir rápido a su cuarto.
Fred miró por un instante a Gold, quien tenía puesta la ropa del dia anterior.
-¿No quieres cambiarte? Digo, esa ropa estuvo bajo la lluvia y pues...- Fred y Gold intercambiaron miradas por unos segundos para despúes el rubio bajar la mirada hacia el café y negar la cabeza.
-No tengo otra cosa para usar y, no es para molestarte, pero dudo que tengas algo que sea de mi talla- dijo el rubio para darle uno de sus últimos sorbos al café.
-Creo que tengo algo, solo espera aquí- el pelinegro subió rápido las escaleras para evitar que el rubio objetara.
Fred revisó por todo su armario y no encontraba nada, estaba seguro que Gold debía ser 1 o 2 tallas más grande que el, pero se negaba a bajar con las manos vacías.
De pronto algo vino a su cabeza, pero no estaba completamente seguro de poder hacerlo...
El cuarto de sus padres.
Si entraba estaba seguro que podría encontrar algo para que Gold se pusiera, pero algo en él no le permitía entrar, sus pies no le respondía a pesar de estar parado justo en frente de la puerta de aquella habitación que fue testigo más de una vez de las lágrimas derramadas en secreto de el pelinegro, por lo cual no tenía los mejores recuerdos de aquel cuarto.
Sin más remedio, Fred tomó un gran bocado de aire y entró con los ojos cerrados a la habitación dirijiendose exactamente al armario tratando de no mirar las fotografías que habían en la cama o el tocador lleno de artículos vacíos de sus padres.
Aguanto la respiración y buscó algo para darle a Gold, resultando ser una camisa de un color amarillo claro que era una de las camisas favoritas de que su madre decía que tenía su padre , mientras que, en palabras de el contrario, era la última peor opción que podría tener, claro que jamás lo dijo en frente de su pareja, solo para sus adentros y una que otra broma con su hijo mayor quien se reía a lo bajo para no ser escuchado o atrapado por su madre.
Fred tomó un pantalón al azar y salió rápido de aquella habitación recobrando así la respiración un tanto agitado. Tomó aire y se tranquilizó para volver a bajar donde estaba sentando Gold junto con el menor quien le hablaba euforicamente de algo que Fred no tenía ni idea.
-Bien, tenía esto- dijo el pelinegro entregándole el conjunto al rubio quien agradeció y se metió al baño de la planta baja.
Fred miró la hora y suspiro, el castaño lo miró.
-Si te tienes que ir esta bien Fred, esperaré a Gold y nos iremos- Dijo Freddy con una sonrisa hacia su hermano quien lo miraba dudosamente y preocupado, este sabía que no tenía más opción y se resignó.
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Todo menos Tú
FanfictionDos muy diferentes personas, con diferentes personalidades, situaciones, caminos y niveles. -"Que imbecil" -"que aguafiestas" Personas que desde el primer momento, ni la mas minima intension de un rose entre ellos pensaron en tener, pero, hay veces...
Se Escucha el rumor...
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