³ᵇ NOGITSUNE [ teen wolf ]

XI. "Tienes que aprender a no confiar en un zorro."

— Ósea que fue ahí donde su padre puso las trampas dentadas.

— ¡Tenemos que detener la carrera! — exclamó la castaña provocando que todos salieran corriendo de allí.

[...]

— Entrenador— exclamó Stiles bajando del Jeep junto al resto.

— ¡Stilinski! — dijo sorprendido por la aparición del chico luego de dos días.

— Entrenador, escuche con atención.

Sin perder un segundo más, cuando Stiles le contó lo mínimo e indispensable, todos corrieron a detener la carrera. Finalmente, Stiles pudo detenerlos antes de que pisaran la trampa, pero al ir tirando de la cadena descubrieron que nunca había habido tal trampa. Lo que provocó una gran risa del entrenador.

— Felicitaciones, Stilinski. Encontraste una cadena, ¿alguien puede decirme qué está pasando?

— ¡Entrenador! — gritó Scott, pero ya era tarde, la trampa se había activado y la flecha ya estaba incrustada en su estómago.

— Mierda— dijo cayendo al suelo.

Maya corrió tirándose a su lado junto al resto del alumnado, a quienes les gritó que se alejaran junto a Scott y Stiles, este último haciendo presión en la herida. El Entrenador no paraba de gritar.

— ¡Sáquenmela! ¡Sáquenmela! ¡Voy a morir!

— ¡Stiles has que se calle! — exclamó Maya.

— ¡Entrenador, no se va a morir!

— ¡ME VOY A MORIR!

— No le dolería tanto si dejara de moverse— dice Aiden tratando de sujetarlo.

— ¡No se queden ahí parados, llamen a una ambulancia! — gritó Maya al resto del alumnado, entre ellos Danny, Kira y Ethan.

— La ambulancia viene para acá— dijo Danny al cortar la llamada.

— Saca a todos de aquí— le dijo Maya a Aiden quien se encargó de alejarlos a todos, permitiendo que Scott pudiera sacarle el dolor al Entrenador, quién se desmayó.

— Pude haberlo matado— dijo Stiles temblando por la sangre en sus manos—. ¿Y si fuera la cabeza o la garganta?

— Pero no lo es, va a estar bien— trató de tranquilizarlo Scott.

— Creo que escucho una ambulancia— dijo Maya.

— Y mi papá.

La ambulancia llegó y se llevaron al entrenador, quién sobreviviría sin problemas. Stiles pudo reencontrarse con su padre con quien se estaba abrazando.

— Miren esto— les habló Ethan a Scott y Maya, mirando en el Jeep de Stiles—. Es el mismo papel de regalo que usamos para el regalo del entrenador, ¿no es lo que William Barrow hace?

— Una bomba de clavos y tornillos envuelta para regalo...— murmuró Maya—. ¿Dónde explotó?

— En un autobús escolar.

Corrieron a avisarle al padre de Stiles, quien le advirtió al resto de la policía. Rápidamente, fueron hacia la escuela donde Parrish ya estaba trabajando en la bomba, la cual en realidad no se encontraba allí. Ya que lo único que había en la caja era la placa policial del escritorio del padre de Stiles, lo que les daba a entender que la bomba se encontraba en la estación de policía.

Pero al llegar, ya era tarde. La bomba ya había explotado y la cantidad de heridos era innumerable, sin hablar de los muertos. Mientras Scott y Stiles trataban de salvar a uno de los oficiales, Maya dio una mirada por toda la estación encontrándose con su Tío Chris sosteniendo a un muy herido Derek, quien la reconoció a pesar de su adormecimiento.

— Maya...

Pero antes de que pudiera acercarse, el padre de Stiles ya los estaba sacando de la comisaría.

— ¡Los Oni ya vienen! — dijo Kira llegando junto a ellos.

— Hay que sacarte de aquí, Stiles— dijo Scott sujetando su brazo.

— Vamos a la clínica veterinaria— dijo Maya subiéndose al Jeep.

— ¿La clínica veterinaria? — preguntó la morocha.

— Sí, está alineada con el serbal, como en la casa de Scott. Nos dará algo de tiempo.

— ¿Pero pueden entrar? — pregunta Stiles.

— A la larga sí— le contesta Scott.

— ¿Alguien tiene una mejor idea? — compartió una mirada con Scott antes de seguir—. Está bien, clínica veterinaria.

La lluvia se hizo cada vez más fuerte, tanto que para cuando llegaron a la veterinaria, ya parecía un diluvio. Los Oni aparecieron haciendo que corrieran hacia la entrada, mientras Maya y Stiles trataban de abrir la puerta, Scott y, sorprendentemente Kira, peleaban contra ellos. Pero cuando finalmente la abrieron, una de las espadas de los Oni atravesó a Scott, a quien entraron rápidamente dejándolo apoyado en la camilla.

Kira se acercó para sacarle la espada del estómago, pero antes de que pudiera sacarla la mano de Stiles la detuvo apretando con fuerza, para luego golpear su cabeza dejándola desmayada en el suelo.

— ¡Kira! — gritó Maya provocando que Stiles girara hacia ella sujetándola del cuello contra la pared, dejándola fuera de la vista de Scott para ahora poder sonreír—. Lo hicimos.

Stiles le sonrió para luego también dejarla inconsciente, ahora girándose hacia el Alfa a quien le retorció la espada en su interior.

— ¿Te duele?, ahora mírame— agarró su cabeza sin soltar el arma—. Debiste leer tus libros, Scott. Un Nogitsune se alimenta del caos, el conflicto y el dolor. Esta mañana se lo sacaste a Isaac, después el Entrenador y después a un oficial moribundo. Todo ese dolor, lo tomaste todo. Ahora, dámelo.

El Nogitsune comenzó a extraer todo el dolor de Scott haciéndolo más fuerte.

» Realmente tienes que aprender, Scott. Tienes que aprender a no confiar en un zorro, porque son embusteros, te engañan. Engañan a todos. «

— No a todos— dijo Deaton antes de inyectarlo provocando que cayera en el piso inconsciente, para luego sacarle la espada a Scott.

— ¿Qué fue eso? ¿Una cura? ¿Está bien?

— El zorro está envenenado, pero no muerto. No todavía.