Cuando Paula era pequeña se prometió así misma que nunca se enamoraría. Promesa que ha mantenido durante sus 20 años de vida pero... ¿por cuánto tiempo más podrá mantener esa promesa?
#Historia LGBT
—Bueno pues mañana por la tarde nos vemos —digo tocándole el hombro amistosamente como despedida, antes de coger mi mochila y volver a casa.
Al salir del local, miro mi teléfono y veo que tengo varias notificaciones, entre ellas un mensaje de Claudia, el cuál respondo mientras me dirijo a casa.
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(...)
Hoy he decidido no ir a clase porque no tengo fuerzas para encontrarme con Carla, he aprovechado la mañana para dormir y descansar para poder estar con energías para el día que me espera en el trabajo, ya que al ser la inauguración supongo que irá mucha gente a la tienda.
Ya sólo quedan unos minutos para que cerremos la tienda y pueda irme a casa. La inauguración ha ido bastante bien y, como ya suponía, ha venido bastante gente a echar un vistazo. David está haciendo el repaso de la caja y parece contento, ya que por la inauguración había algunas ofertas y la gente ha aprovechado para comprar. La verdad que ha sido una tarde ajetreada muy distinta a las que solía tener en el videoclub.
—Bueno, esto está ya casi. Solo me queda rellenar este informe para mi padre y ya estaría. Si quieres puedes marcharte ya, Paula —dice David algo cansado.
—Si quieres puedo ayudarte y terminas antes...
—No hace falta Paula, es una tontería. Además, en la puerta hay una chica que creo que te está esperando ¿no? — me dice señalando la puerta.
Un hormigueo recorre mi cuerpo antes de mirar hacia la salida, hoy no he visto a Carla en todo el día y no estoy preparada para verla. Miro con miedo hacia la puerta y me relajo al ver que no es ella. Claudia pone su mano por encima de sus ojos para ver mejor a través de la puerta de cristal y nuestras miradas se cruzan, haciendo que al verme me sonría y yo hago lo mismo. Me despido de David, cojo mis cosas y salgo para saludar a Claudia.
—¿Qué haces aquí? —le pregunto después de darle dos besos a modo de saludo.
—Con el mensaje que me mandaste ayer no creerías que me iba a quedar de brazos cruzados sin hacer nada —me dice seria —Anda vamos a tu casa, nos pedimos algo de comer y me cuentas que ha pasado —añade ahora con una leve pero amable sonrisa en su boca.
Yo asiento y comenzamos a andar hacia mi casa.
—¿Qué tal tu nuevo trabajo? —me pregunta Claudia para romper el hielo.
—Pues bastante bien la verdad, es entretenido —digo pero no sueno convencida.
—Bueno, al menos el chico rubio parece mono aunque no lo he podido ver muy bien —comenta.
No puedo evitar suspirar porque pensar en David me lleva directamente a pensar en Carla.
—Es el hermano de Carla...
Claudia se para en seco y abre mucho sus ojos marrones, sorprendida.
—¿Cómo?
—Pues eso... que es el hermano de Carla —digo comenzando a andar de nuevo.
