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La mirada del hombre hizo contacto directo con la mirada del chico. En silencio, solamente en silencio, pero su presencia era tan imponente que parecía inundar toda la sala.

El desprecio en sus ojos no desapareció en ningún momento, tampoco aquella extraña locura que parecía comerlo con solo verlo, como si solo fuera otro pedazo de carne insignificante que existe para ser devorado por el mas fuerte.

Y así, en el mismo imponente silencio que rodeaba al hombre, decidió sentarse en una de las viejas sillas que había en la esquina de la habitación. Puede que hubiera apenas llegado a... donde fuera que fuera este lugar, pero el solo aire de peligro hacía que los pelos de la nuca se le subiera en tenso silencio.

Era una batalla de miradas, el señor de pelo blanco como si fuera albino le miraba con una inmóvil sonrisa, como si solo estuviera esperando el momento en el que dejara abajo su coraza para poder hundir sus dientes en su presa.

Era aterrador, pero se negaba a dejar ver aquel miedo que intentaba paralizarle.

Podía pasar de esto, Saga ya le había dicho que tenía que hacer y que no hacer. Era listo, podía superar esto sin llegar a... a morir.

Por eso es que decidió seguir con la mirada del hombre. Sin titubear pero a la vez sin siquiera intentar poner algo de emoción en ella. No siento miedo de ti ;era lo que intentaba decir. Sabía que a uno de los zodiacos no le gustaba la desobediencia pero imaginaba que tampoco era entretenido el ver como temían indefensos... al menos esperaba eso.

El duelo de miradas continuó su tiempo, la sonrisa fija en el rostro del hombre y la mirada mas inexpresiva en el rostro del chico con cara de cachorro de león. Finalmente, el silencio que había inundado la sala fue interrumpido por una fuerte carcajada. No era de esas carcajadas incontrolables que daban cuando encontrabas algo sumamente divertido, era una burlesca, como si hubiera encontrado un juguete interesante.

-Sabes, no se si tienes suerte o simplemente Géminis escogió bien por primera vez, pero me sorprende que decidieras sostener la mirada- la mirada entrecerrada del hombre de nuevo se posó sobre él, tan sutil que si no pudiera ver tan bien seguramente lo perdería de vista. Todavía estaba en... lo que sea que fuera esto y no podía relajarse todavía.

-¿Puedo preguntar porque dice eso?- inclinó la cabeza de lado un momento, no rompiendo en una sonrisa o suspiro de alivio. 

No estas a salvo todavía, no confíes en el hombre que ama y odia la desobediencia.

La sonrisa sardónica que apareció en lugar de aquella vacía sonrisa parecía decirle que lo había hecho bien.

-Es una pena que Géminis te haya encontrado primero que yo, no quisieras venir conmigo, estoy seguro que te podría tratar mucho mejor que él. -y ahí estaba, también recordaba eso. 

-Lamento decir que yo no tengo decisión alguna en esa oferta- negó levemente mientras que miraba atento a cualquier reacción del hombre.

La carcajada y sonrisa en su rostro parecieron paralizarse mientras que se quedaba viendo con una cara más seria, como si ya hubiera decidido tomarle enserio [de verdad que esperaba que eso fuera].

-Tienes la vista- eso no sonó como una pregunta, era más una afirmación amarga, como si la sola palabra le trajera recuerdos amargos que preferiría aplastarconsuspropiasmanosadecjarquedenuevoseacercaranael.

Parpadeó lentamente, intentando no parecer asustado a ese pensamiento salvaje que le inundó de repente. Estaba casi seguro que él no pensaba así entonces porque?

-Diría que Géminis lo sabe, pero dudo que eso te haga especial- y la sonrisa especial que antes poseía nunca volvió a su rostro. Ahora era solo un rostro serio, sin una pizca de la locura insana que poseían sus ojos hace un momento.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2020 ⏰

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