No era un lindo escenario el que me estaba mostrando.
Lo tomé del brazo con mucha fuerza y lo detuve. Me miró desde su alta estatura pero no dejé que me intimidara.
—Lo vas a salvar —ablandé mi mirada. Quizás si lo sobornaba con mis ojos él estaría más empático—. Por favor, Ryan, no dejes que su muerte sea permanente -lo abracé con fuerza—. Hizo cosas muy malas y lo sé, no creas que no, no creas que porque me gusta tengo la mente cegada. No sabes lo que Chase debe haber pasado en el infierno, no sabes siquiera cómo es que él terminó convirtiéndose en un vampiro. Dijeron que tres años en el infierno, expuesto al dolor, a la ira, al remordimiento y a todas las cosas malas te cambian. No puedes juzgarlo del todo porque él ha sufrido mucho también.
Hubo algo en la mirada de Ryan que me transmitió un sentimiento que no pude ser capaz de descifrar, y eso que ponía todo mi empeño en averiguarlo. Era tan extraña la forma en la que se había tensado... porque dudaba que fuera empatía lo que estuviera sintiendo.
Yo no quería que él quisiera o aceptara la naturaleza de Chase, solo quería que le brindara un poco de su ayuda para liberar al chico de ojos azules de un lugar en el que solo se siente el dolor.
Suspiró después de un momento y yo le copié. De alguna manera, que se tardara tanto para hacer algún movimiento me estaba dejando inquieta, me ponía ansiosa. Ese suspiro no era una respuesta, pero yo la tomaba como una.
—No será fácil. Tardaré un rato largo. Unas horas, quizás. Pero no puedo hacerlo solo o el poder me consumirá y yo podré... morir y... terminar como él. No se sabe si vas al infierno, pero...
—¿No se sabe?
Negó con la cabeza, nervioso.
—No. No está confirmado. Pero se cree que al morir por magia negra te vas allí. O por ser un pecador.
Fruncí las cejas y arrugué la nariz.
—Entonces tú no vas a ir allí si te pasa algo. No eres pecador.
Rascó su nuca.
—Pero estoy contagiado por una peste. Con eso creo que ya te dije todo.
Suspiré.
—¿Cuánta ayuda necesitas?
—La de Luke y Jason estaría bien, pero el tema es ver si quieren. Apenas has logrado convencerme a mí, y creo que quienes odian más a Chase son ellos. Dudo que quieran ayudar.
Solté una maldición.
Era muy cierto lo que Ryan me decía. Esos dos odiaban mucho a Chase, y cuando se enterasen de la muerte del vampiro estarían saltando de una pierna y lo sabía. De solo pensar que entraría en ellos la felicidad me provocaba un mal sabor de boca y un dolor en el estómago. Festejar la muerte alguien no está bien. Eso no se hace.
—Iré a hablar con Luke —le dije.
—Skyler —me habló con firmeza—. Tú también tendrás que ayudarme y dudo mucho que lo que te pida te guste. Vas a sentir dolor. ¿Segura que no quieres echarte atrás? Puedo llevar el cuerpo con su familia.
Analicé sus palabras un momento, con la vista clavada en el suelo. ¿Iba a sentir dolor? No iba a decir que me daba igual si era por salvar a Chase, porque era muy chillona cuando se trataba de sentir eso, pero no me podía echar atrás ahora. ¿Cómo hacer eso sabiendo que puedo ayudarlo a regresar a la vida? No podría dormir en la noche. La carga de conciencia es muy poderosa.
—Estoy segura —hablé firme, pero por dentro comenzaba a asustarme. Pero no lo iba a demostrar.
Soltó un suspiro de frustración y dio un paso hacia mí, mirándome desafiante. Me acarició el cabello y supe que me diría algo. Algo que no me iba a gustar.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...