De un golpe, cortó la mano de un muerto, para luego cercenar su cuello para bien. Posteriormente, clavó la hoja en el corazón de otro, y así sucesivamente libró a su vientre y a sí misma de las decenas de monstruos que iban tras sus pies. La Reina caía y se levantaba; retrocedía y se lanzaba contra los Wights y no se daba por vencida en su faena de liberarse, porque ella era una Reina Targaryen que no conocía los llantos de la derrota y que había jurado defender hasta la muerte a los suyos.

Jon no estaba por ningún lugar cerca a ella y Rhaegal yacía muerto entre llamas mientras Viserion lo reducía a cenizas. Al menos no se levantará de los muertos, pensó Dany al verlo arder en las llamas azules. Torgo Nudo de seguro había muerto en el asedio, tal y como la Sacerdotisa Roja auguró. No había cerca de ella ningún aliado en quien apoyarse, o eso supuso hasta que vio cabalgando la figura algo ensangrentada de Jorah, el Ándalo; su más antiguo y leal servidor.

-¡Mi Reina! -exclamó el hombre y la apartó de la batalla mientras interponía su espada entre los dientes de un Wight- ¡Corra hasta su dragón, mi Reina! -le pedía el Mormont.

Dany sabía que no había forma de ganarle a la horda de muertos vivientes que se abalanzaban contra ellos y que Jorah no lograría vencerlos solo. Abnegada en su esfuerzo, la Reina Dragón hizo de oídos sordos y continuó blandiendo su espada contra los Wights en un intento de cuidarle las espaldas al hombre.

Al verla, luchando como las mismas leyendas hablaban de la hermana y esposa guerrera de Aegon, el Conquistador, Jorah hizo a un lado a la joven y en un empujón la alejó de la acción, solo para caer en el suelo y ser apuñalado sin piedad por los Wights. Dany quiso hacer algo contra los que mataban a Jorah por lo que se puso en pie y corrió hacia él en su rescate, pero el Ándalo nuevamente la alejó de la batalla con las pocas fuerzas que le quedaban.

-¡Jorah! ¡Jorah! ¡Jorah! -gritaba Dany con los ojos llenos de lágrimas, pero sin dejarse vencer por un solo minuto- ¡No! -gritó al verlo caer muerto en el suelo y sintió como si una parte de ella, mucho más joven e inocente se hubiera perdido con ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¡Jorah! ¡Jorah! ¡Jorah! -gritaba Dany con los ojos llenos de lágrimas, pero sin dejarse vencer por un solo minuto- ¡No! -gritó al verlo caer muerto en el suelo y sintió como si una parte de ella, mucho más joven e inocente se hubiera perdido con él en aquel campo de batalla.

Al verlo muerto sobre la nieve pintada de sangre y al levantar la vista sobre las decenas de Wights que corrían hacía ella, la Reina se puso en pie, levantó su espada y gritó como si su garganta fuera a exhalar fuego y prender a las criaturas de pesadillas en llamas. Por un momento, cuando vio el fuego reduciendo los cadáveres caminantes a cenizas, Dany pensó que se había convertido finalmente en un dragón, como decía Viserys, y que aquel fuego había salido de su propia boca, pero al ver el aleteo negro y rojo sobre ella comprendió que su Drogon había regresado para salvar a su madre.

Arrastrándose hasta el cuerpo inerte de Jorah, Daenerys subió el cadáver a sus piernas y lloró su muerte de manera tan conmovedora que hasta el propio dragón rodeó a su madre como para acompañarla en su duelo. Aquella fue una acción casi humana de su alado hijo y la Reina no pudo hacer otra cosa que dejar que todas las lágrimas por sus Dothrakis e Inmaculados caídos bañaran el cuerpo de Jorah, el más leal de todos los Mormont.

 Aquella fue una acción casi humana de su alado hijo y la Reina no pudo hacer otra cosa que dejar que todas las lágrimas por sus Dothrakis e Inmaculados caídos bañaran el cuerpo de Jorah, el más leal de todos los Mormont

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con pesar, la de los cabellos plateados y deshechos se montó en el dragón y cargó con ella el cuerpo de su consejero. No soportaba la idea de dejarlo en aquel campo de sangre a esperar a que el Rey de la Noche reviviera su cuerpo y lo obligara a luchar contra ella. Aquello era algo que Daenerys nunca toleraría, por lo que se elevó por los cielos junto a él. Al ver el fuego arder bajo sus pies, el único recuerdo que cruzaba su mente era el de Jorah rogándole que no entrara a la pira funeraria de su difunto esposo y su rostro asombrado al verla salir intacta con tres dragones bebé.

Con cuidado, la Reina surcó la batalla con sus ojos para buscar almas vivas y para su sorpresa encontró a los menores de los Starks y a la chica Reed aún vivos en el bosque de los dioses árboles. Al ayudarlos a montar en Drogon, Meera cayó muerta por la lanza de un Caminante, pero Daenerys estaba demasiado conmocionada por lo sucedido como para mostrarse aún más afligida por la pérdida.

Arya fue la que divisó a Jon entre los muertos que se levantaban nuevamente y fue la que dirigió a Daenerys hasta su esposo; quien lo ayudó a subir y quien lo recibió en sus brazos. Y Dany... Dany estaba demasiado rota y había perdido mucho en aquella contienda.

-Perdimos...

The Last War [Game of Thrones Season 8]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora