|Capítulo 20: "Ella Lo Es Todo"|

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- No pareces hijo de Lewis, ¿Si te gusta por qué no haces lo posible por ir detrás de ella? - me mira serio y me encojo de hombros sin saber que responderle - ¿Sabes cómo conquisté a tu madre? No solo fue con detalles, estaba convencido de que esa mujer era todo lo que yo quería, y aunque ella se negaba, yo estaba decidido a no dejarla partir... Pero tu estas confundido y también tienes miedo de entregar tu corazón a ella, porque yo Lewis también era así -

- ¿Debería ir a verla? - niega rápidamente.

- No vayas a verla solo para hablarle, Gabe... a las mujeres no se le pide disculpas con palabras, sino con demostraciones - pausa dando un sorbo de su café - si te gusta demuéstralo, si la quieres hacerlo saber, pero no dejes ir a alguien que quieras porque te vas arrepentir toda tu vida - me da una palmada en el hombro y una sonrisa cruza en mi rostro.

- ¿Qué puedo hacer? - pregunto en busca de alguna idea y noto que mi padre ofendido.

- Eres hijo de Lewis, sabrás que hacer al respecto - la voz de mi madre inunda la sala y me alejo un poco llamando a Wesley por el móvil. Quien al séptimo tono se digna a contestar.

Veo a mi madre dejar tres trozos de pastel de vainilla sobre la mesita de la sala, y mientras empieza a hablar con mi madre la voz de Wesley me hace fruncir el ceño.

- Estoy muy ocupado que quieres - la agitada voz de mi amigo me hace pensar en mil y un situaciones en este momento.

- ¿Esos son gemidos? - inquiero escuchando los gemidos de una chica, lo cual me hace reír con disimulo.

- A-ah... N-no, por supuesto que no. ¿Qué quieres Gabe? - comenta muy nervioso y niego rápidamente pasando una mano por mi cabello.

- Necesito que me ayudes a hacer algo para ver Nat... - informo escuchando silencio a través del móvil.

- Maldición Gabe, es víspera de navidad... - se queja.

- Tu querías que hablara con ella, y para eso necesito que me ayudes, así que sin quejas y mueve tu culo porque tenemos muchas cosas que hacer ahora mismo - informo escuchando un gruñido por su parte.

- ¡Mierda Gabe, acabas de arruinar mi puto polvo de la suerte y te va a costar muy caro! - vuelve a quejarse y cuelgo la llamada para girarme en dirección a mis padres quienes conversan divertidos y segundos después siento la mirada de mi madre puesta en mi y le dedico una sonrisa.

- Si Gabe esta sonriendo, es porque tu tuviste algo que ver - dice apuntando a mi padre quien lleva un trozo de pastel a su boca - ¿Cómo lo hiciste? - le pregunta y mi padre se encoge de hombros.

- Secretos de padre e hijo, querida Deina - y la cara de ofensa de mi madre es bastante notoria.

- Es injusto, también es mi hijo - y antes de que empezaran a discutir, me apresure a interrumpirlos.

- Necesito algo decente para esta noche... ¿Papá? - mi padre se levanta con rapidez del sillón llevándose el pastel consigo.

- Yo me hago cargo de buscarlo - dice sonriente buscando las llaves de su auto.

- ¿Me pueden decir que esta pasando? - inquiere una confundida y molesta Deina Clark mientras subo las escaleras con rapidez, solo puedo informarle una sola cosa.

- Te haré suegra mamá - su exclamación no tarde en llegar, por eso sonrío adentrándome a mi habitación escuchando su voz en el interior de la casa.

- ¡Gabe Clark! ¡Yo no quiero nietos!

•••

El sonido de mi inhalación se adueña del vestíbulo de la cabaña de los padres de Guss a tan solo media hora de la ciudad. Por primera vez en mi vida intento batallar con los nervios, pero mis pensamientos están a la deriva, buscando alguna respuesta pesimista de lo a que pueda pasar esta noche. Al salir del baño de la habitación principal, empecé a vestirme con algo casual pero lo bastante decente, una camisa de mangas largas en color blanco, y pantalón negro y zapatos formales, rocío un poco de perfume y al ver la formalidad de la camisa decido doblar las mangas hasta los codos y desabrochar los tres primeros botones. Tomo mi móvil y envío un mensaje a Dana quien no tarde en responder.

Mi Mejor Amigo © (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora