Butterfly (DomKat) [EDITANDO]

Capítulo 32

Nos dirigimos al auto de Kat. Estaba muy contenta, ahora las cosas me serían mucho más fáciles. Era tiempo de empezar algo nuevo.

-Lo logramos.-Hablé emocionada entrando al auto.

Ella rió.

-¡Si!-Me respondió dando pequeños aplausos.-¿Ahora qué hacemos?-Me cuestionó viéndome de frente.

-No lo se.-Alcé mis hombros en referencia.-¿Vamos por helados?-Pregunté emocionada.

-¡Vamos!-Respondió de la misma manera.

Salimos hacia el centro, donde había una heladería en el camino.

Paramos un momento frente al local y decidimos comernos el helado justo a la acera de este.

Veíamos pasar a las personas y los autos mientras disfrutabamos de ese pequeño momento juntas.

-¿Has visto el correo que Emily nos envió?-Me preguntó ella, sin dejar de deborar su helado.

-No, no he estado conectada a eso en estos días, ¿qué envió?-Pregunté atenta.

-Nos mandó todo lo de la segunda temporada. No el guión y eso, pero si información.-Respondió guiando su mirada hacia mi.

-¿¡En serio!?-Cuestioné exaltada.-¿Y qué dijo?-Continué.

No sabía que se podía estar tan emocionada por volver a trabajar.
Había pasado algun tiempo desde que se dejaron las grabaciones y sinceramente ya me estaba cansando de no hacer nada, bueno, al menos no cuando Kat estaba cerca.

-Dijo que posiblemente, empezaríamos a rodar de nuevo a principios de Diciembre.-Me miró divertida, sabía que a ella como a mi nos emocionaba la idea. No era de exagerar. Estar con todos los del cast me hacía muy bien, eran tan buenos amigos.

-Oh Dios, ¡Que fantástico!-Dije casi chillando y dando pequeños saltitos en el mismo lugar.

-Lo se, definitivamente extraño tanto a esos chicos.-Mencionó ella sonriente.-Hablando sobre eso, me gustaría hacer un cambio. No se si tomaría una buena decisión, obviamente hablaría con Emily sobre eso pero... quisiera recortarme el cabello, ¿Qué dices?-Cambió de tema solicitando mi opinión.

-Tu te verías jodidamente caliente con cualquier estilo -Pensé.

Joder, no le diría eso por favor.

-¿En qué peinado piensas? Si te doy mi sincera opinión, tendría que ver tus opciones.-Respondí casi terminando mi helado.

-No estoy segura aún, es solo que pensar en tener esa trenza todo el tiempo casi todos los días, uh, me duele la cabeza en solo pensarlo.-Me cuenta divertida, dandose un pequeño masaje en esta.

-Oh, ¿en serio? Bueno, a pesar de que quiero demasiado verte también con un corte nuevo, extrañaría verla en ti.-Hice referencia a su peinado.-Es muy sexy.-Dije, casi al instante de que mis palabras salieran mi rostro enrojeció violentamente.

Demonios, ¿no podía ser menos directa?

-L-lo siento, es solo que...-Intenté excusarme.

-Tranquila, no te disculpes por eso.-Me dijo sosteniendo una sonrisa pícara en su rostro.

Vamos, sabía que me volvía loca. ¡Para qué ocultarlo!

Estaba empezando a caer la tarde, mi momento favorito del día.

-¿Tienes algo qué hacer aún?-Preguntó ella levantándose y ayudandome a hacerlo también.

-Hm... no, la verdad no.-Contesté divertida.-¿Y tu?-Pregunté esperanzada.

-Tampoco... ¿Quisieras... hm...-Pensó mucho en qué es lo que me diría, pues estaba rascandose la nuca y veía hacia abajo.

-¿Salir?-Pregunté curiosa.

-Si.-Respondió un poco aliviada.-¿Conoces algún lugar lindo a donde ir? Lo siento, la verdad no soy mucho de salir del apartamento tampoco.-Me dice divertida y un poco apenada.

Por Dios me encanta, ¡me encanta!
Toda ella, santo cielo.

-¿Conoces Panorama?-Pregunté sonriente.

-Uh, creo que no. ¡Pero si quieres puedes llevarte el auto! ¿Tu conoces, cierto?-Me cuestionó de vuelta.

-¡Claro! He ido muchísimas veces. Te encantará.-Le digo segura, ahora yendo hacia la camioneta.

Me entregó las llaves y estuve muy nerviosa de hacerlo pero ella insistió en que manejara su auto.

Ella había puesto música mientras subíamos hacia la pequeña montaña.

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Localicé el gran letrero que nos indicaba que habíamos llegado. Su rostro casi no dejó de ver hacia la ventana de su auto, observando toda la cuidad que ahora, gracias a la altura en que estabamos se veía más pequeña.

-¡Y estamos aquí!-Anuncié después de estacionar el auto.

-Es... precioso, ¿por qué nunca supe de esto antes?-Bajó, viendo con atención todo a su alrededor.

-Ahora lo conoces.-Dije yendo hasta ella.-¿Quieres chocolatito?-Pregunté emocionada entrelazando nuestras manos. El lugar era frío, así que aproveché a pegar nuestros costados para sentir menos la brisa.

-Me encantaría.-Respondió hacia mi, tomándome por sorpresa y plantandome un beso en la mejilla, ahora con un tono rosa, gracias a ella.

La quería, tanto, que ni las sensaciones dentro de mi podrían explicarlo.