-Magnus, Magnus, ¿estás bien Magnus? ¿Qué tienes? –Preguntó.

Pero entonces lo vio. Allí había un frasquito donde se supone que debían estar varias pastillas, pero no... no vio nada. Magnus se había tragado todas las pastillas.

- ¡Magnus por favor! ¿¡Qué demonios hiciste!? ¡Enfermera! ¡Doctor! –Llamó aterrado–. ¡Magnus respira por favor! ¡Doctor! ¡Por favor ayuda!

Y allí estaban. Dos enfermeras entraron corriendo rápidamente.

- ¡Por favor que tiene ayudarlo! ¡Magnus por favor! –Alec estaba llorando con fuerza–. Ayúdenle por favor...

-Joven, joven –empezó la enfermera–. Tenemos que hacerle un lavado estomacal rápido, lo mejor es que se vaya...

-Pero...

-Por favor –insistió la mujer.

Alec mordió su labio inferior y asintió.

Sí, era lo mejor, por lo cual se retiró de la habitación y nuevamente se dirigió hacia la sala de espera.

¡Demonios!

Tenía que contarle lo ocurrido a Asmodeus.

















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Al final y sin saber muy bien el motivo, Alec había decidido callar aquella información a Asmodeus. El hombre estaba trabajando, Catarina y Ragnor estudiando, no podía molestarlos. Sí, sabía que era importante que ellos supieran lo que le había ocurrido a Magnus, pero no quería preocuparlos. Además ya le habían realizado un lavado estomacal y como Magnus se acaba de tragar las pastillas, en realidad no le habían hecho nada malo. Simplemente tuvieron un gran susto.

Y en aquel momento Alec se encontraba entrando a la habitación de Magnus lentamente. El moreno al escuchar la puerta, se giró para ver al ojiazul y le lanzó una tímida sonrisa.

Who are you? (MALEC)Where stories live. Discover now