—Ya es hora. Debes prepararlo-me pidió su mejor amigo deteniendo las lágrimas que descendían por mi mejilla.

—Pero ustedes no desean que lo haga. ¿O si?-les pregunté inclinando mi cabeza.

¿Por qué no existía la duda en su mirada?

—Sabes que no podemos hacerlo, esto depende de ti—Seokjin llorando me entregó una bolsa negra con pertenencias dentro de ella.

Recibiendola entre mis brazos me ergui y los miré a ambos una última vez antes de traspasar las dos puertas blancas.

Y sintiéndome otra vez ser el culpable

Lo ví.

Mis ojos aguados captaron el cuerpo inerte de Park Jimin tendido sobre la plataforma metálica.

La bolsa se deslizó de mis brazos e impacto sobre el frío suelo de la morgue. Mis manos temblorosas taparon mi propia boca para callar mis sollozos.

Llorando...

Y a unos pocos metro de su cuerpo...

Veía al pediatra de corbatas extrañas sin su típica camisa blanca puesta. Su cuerpo frío de piel pálida estaba descubierta hasta la la cintura donde yacía la tela blanca ocultando sus genitales y piernas.

Namjoon permanecía del otro lado, pero pronto estaría cerca a mi costado.

—No es tu culpa. Ji-Jimin no hubiese querido que pensarás eso. Sólo pasó. El ya no está, ya...ya no sufre.

No le creí a sus engañosas palabras.

Y sin decir ni una sola de mi parte me acerqué reposando la bolsa sobre la mediana mesa. Viéndolo a Park más de cerca contemplaba su piel blanquecina acompañado por los puntitos marrones. Jimin además de tener pecas en su cara también las tenía sobre su pecho.

Ahora que sólo me dedicaba a observarlo lo había notado.

Y sin dejar pasar más tiempo.

Hicimos eso que tanto el esposo de Namjoon y el mejor amigo de Jimin no podían hacer.

Comenzamos a vestir a Jimin lentamente.

La manga de la fina camisa rosa que llevaría puesta se deslizó lentamente por su brazos hasta topar con su cuello. Namjoon rodeo con sus brazos el pecho de nuestro pelirubio hasta poder elevarlo y yo fuí  por detrás para  cubrir con la tela su espalda y el otro brazo restante de Jimin.

De abajo hacia arriba fui abotonado botón por botón mientras veía su hermosa cara.

Lo que daría porque vivieras y aceptarás mi amor Park Jimin.

Luego de eso, fue colocar el pantalón negro de vestir hasta la cintura, para después tirar y quitar el tapado blanco que se encontraba por debajo.

Por cada par de medias y zapatos... infinidades de lágrimas caían y se deslizaban por mis mejillas.

Por cada nudo entre tira de cordón a cordón el dolor se intensifican en mi pecho con mayor presión

Sería lo último.

La última vez que mi cuerpo estaría cerca del suyo.

—Fa-falta su corbata.

Namjoon me la tendió y con mi mano temblorosa la recibí para poder colocársela.

Mi mano derecha bajó hasta quedar por detrás de su nuca. Era el tacto entre su piel fría y suave contra la cálida de la mía. Sus hebras lacias y doradas caían hacia abajo suspendidas en el  aire.

—Necesito que me dejes un momento a solas con el- le pedí a mi mejor amigo. Este de inmediato asintió y se fue hacia la parte trasera de la morgue, donde ya no podía verlo.

Y ajustándola hacia su cuello no quise admitir que éste sería el final de Park Jimin.

—¿Por que me hiciste esto?—lloré apoyando mi cabeza sobre su pecho quieto—¿¡No...no era que me amabas!? ¿¡Qué...que gustabas de mi!?

Necesitaba sentir más de tí.

Entonces me acomodé hasta poder elevarlo. Llevé su cuerpo hacia el mío y  lo apegue hasta  dejar que su cabeza reposara sobre mi doloroso pecho mientras lo abrazaba.

—¡Quiero que vuelvas!—le pedí meciéndolo entre mis brazos— ¡Necesito que me mires Jimin!

—Dile a ese ángel egoísta que te llevó que ahora mismo te regrese— suplique cerrando mis ojos aferrandome más a el.

Estaba cansado, desganado y agotado por intentar seguir insistiendo por su regreso.

Pero el alma pediatra Park ya no me oía. Ya no existía.

Y por aquella misma razón lloré más de la cuenta acostándolo, besándole su frente fría para después seguir lamentándome, acariciando con la palma de mi mano la delicada piel de su mejilla.

—Despierta—volví a insistirle con mis párpados aún abajo.

—Ya es tiempo de que despiertes.

—Jungkook... ¡MALDITA SEA JUNGKOOK DESPIERTA!

Entonces decidí volver a la realidad enfocando donde realmente me encontraba.

Jimin no estaba en mis brazos y yo no lloraba sobre él. Confundido y mareado me puse de pie observando que no estaba en ninguna morgue, sino que permanecía  en la sala de descanso al lado del sofá.

—¿Estás bien?

Mi vista se enfocó en mi mejor amigo quién a unos metros más allá me miraba sonriente.

—E-Estoy mareado. Tú... tú estabas conmigo vistiéndolo. Llorabas to-todos lloraban y yo... ¿despierta?

—Tranquilo. Sólo fue un mal sueño, no es real. ¡JIMIN ESTA BIEN! ¡LO SALVASTE!

—¿¡Qué!? Eso.. no puede ser cierto.

—Claro que sí puede ser. Ven vamos a verlo.

Namjoon tomó mi muñeca para llevarme hacia él.

Y corriendo fuimos hacia cuidados intensivos dónde a través del vidrio pude verlo.

—¿Yo lo...lo salvé?—tartamudee pellizcando esta vez la piel de mi brazo.

—Claro que sí idiota. Sabíamos que Jimin sobreviviría estando bajo el tratado de tu equipo. Todo dependía de ti. Y mira, lo has logrado.

—Lo salvé...—entonces lo comprendí de una vez por todas —¡Jodida mierda logramos salvarlo!

Sólo había sido un horrible y maldito sueño.

-Esto significa que Park me dará una oportunidad.









"Ahora entiendes lo extraño y hermoso que es realmente existir"












Ojalá que este capítulo les haya transmitido algo.

Gracias por el apoyo. Gracias por todo.

Por favor Sean felices :)(




.Tano.

𝐋𝐈𝐌𝐄𝐑𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀     [KooKMin]Where stories live. Discover now