Todo el medio año soporté las burlas hasta que me convertí en brigadier general. Con un rango como ese podría acusarlos directamente a mi antojo, dar reportes de otros abusos y ayudar a mis compañeros. Eso me entretuvo hasta finalizar el primer grado de secundaria.

Los que antes ladraban ahora se lamentaban de haber repetido el grado, me reía cuando los veía corretear a los profesores por ayuda o cuando eran regañados a la vista de todos por sus padres. Mi momento había llegado, era tiempo de mi venganza.

Fui donde el encargado de OBE y le conté todo lo que sucedía.

— Hola, buenas tardes. Quisiera decirle algo, si tiene tiempo claro, si me permite.

— Claro chico pasa

— Bueno lo que sucede es que tengo registrado varias faltas de conducto de algunos compañeros de la sección de primero.

— ¿Tú eres de?

— Soy de primero A.

— Así que tú eres el famoso Laskoni Carrera, claro claro ya recordé, eres el brigadier designado por el auxiliar Robles.

— Si así es, lo que sucede es que mira, por ejemplo; Tejada, Muñante, Huayra y el más terrible Camaná. Todos ellos son perjudiciales para mis compañeros, ahora que pasaremos a un nuevo grado me gustaría que ellos no estuvieran porque pienso seguir en este colegio.

— Así que Camaná eh, por lo que me dices tiene sentido que me pidas esto, tengo varios reportes de ellos y aunque aún no hago la lista de quienes no van a estar el próximo año con nosotros es probable que de los compañeros que me has mencionado sean vetados por mala conducta, así pasen de grado.

Oír eso me alegro el alma.

— Gracias director, eso es lo que más quisiera. Me esforzare para lograr tener el rango de brigadier nuevamente. Hasta luego.

— Hey chico, aun no te vayas. —busco entre los armarios— Ten esto.

Era un parlante con entrada usb, moderno.

— Como bien sabes aquí no está permitido los parlantes, entonces como ya casi es navidad mejor te lo llevas.

— Muchas gracias director, así que era cierto el mito que de lo que se decomisa ya no se devuelve.

Nos reímos un rato.

La noche había oscurecido completamente, no tenía hambre, solo necesitaba pensar. Ordenar mis ideas, planear lo que sigue de ahora en adelante. Tan solo quisiera olvidar, depurar los recuerdos que me atrapan.

En segundo de secundaria fue donde empezó todo, al iniciar la etapa escolar como es común hubo una formación, salude a todos mis compañeros y vi a otros varios nuevos de los cuales seguro me llevare bien. Total, las manzanas podridas ya no estaban o eso creía.

Como el año anterior fui brigadier me dejaron en mí misma sección como muestra de agradecimiento con mi labor, aunque parezca simple. Ser brigadier de un aula es aprender a liderar el rebaño del cual también formas parte de él.

Después de unas horas de descontrol dentro del aula, llego alguien a quien logre querer mucho, de hecho, antes de ella no había querido a nadie más. Tenía el cabello castaño y lizo, unas mejillas adorables y los ojos más bellos que uno se podía imaginar.

Al verla llegar al salón acompañada del auxiliar, nos la presento. Todos guardamos silencio.

— Ella es su nueva compañera, viene del extranjero por favor sean empáticas con ella y demuestren su cultura sé que muchos no me conocen, soy el auxiliar Robles. Como bien sabrán muchos del año pasado no lograron pasar del grado y han sido retirados.

Se escucharon gritos de alegría...—aunque.

— ¿Auxiliar y el profesor?

— El profesor creo que va tardar un poco, están en la reunión. Después del recreo vendrán a presentarse, para los nuevos y les dejara un par de tareas.

Bu bue...

— Ya ya, silencio muchachos, jueguen, pero en silencio, hasta luego.

No podía despegarle la mirada a la chica nueva, varias de mis compañeros ya le estaban haciendo el habla y ella correspondía tan amablemente, se veía tan sencilla. Creo que me enamore de ella en ese momento ¿esto era el amor? Que felicidad sentía a pesar de que no fuera tan duradera...

En el recreo ella estaba en el balcón, sola y tan linda, me le acerque.
— ¿Gustas? —enseñándole unas papitas.

— No gracias es que no puedo comer eso

— Lo siento es que como tengo muchas. Estee... ¿Cómo te llamas? —vamos en el mismo salón, pero hasta ahora no se me tu nombre, estudie el año pasado aquí.

— Soy Hilary, lo siento, pero tengo que hacer algo. — se marchó corriendo hacia el otro patio.

Que rara que es. ¡me encanta¡ Su voz es tan melodiosa, claro que ahora pienso de una manera diferente a cuando tenía 12 años. A pesar de haber estado en la mala vida no cambio mi ser. Tal como dice aquel proverbio. "Instruye a tu hijo desde niño porque aun cuando se haga grande, no cambiará su sendero ni de él se apartará.
Ahora entiendo que el sendero de todos, son los pensamientos de los cuales formamos parte, lo que en realidad somos.

Empezaron las clases, el profesor de PFRH ordeno a que cada uno de nosotros se presentara antes los demás para que con esos crear un vínculo entre todos.

— Bueno, ante todo buenos días compañeros —lo típico— Yo soy Laskoni Martinez, tengo 12 años, me gusta estudiar y ver series de anime. //así, literal todo eso dije.

De seguro pensarías como un niño de 12 años puede expresarse de esa manera, pero los elogios en los cuales crecí aumentaron mi autoestima, aunque cuando dio un giro mi vida, descubrí mi sensibilidad.

Era turno de ella.

— Soy Hilary de la piedra, tengo 13 años, me gusta dibujar y cantar y mi color favorito es el violeta, vengo de México y es la primera vez que visito Perú.

Que hermosa que es ¿será chancona como su esposo? Que diga, que su compañero.

A los pocos meses ella y yo nos hicimos muy buenos amigos.

Pasábamos los recreos juntos, las salidas eran trágicas. ¿Un trabajo juntos? Un deleite, incluso nos sentábamos de lado. Así pasaron los meses, cuando faltaba me ponía triste, a pesar de ser su amigo más cercano sospechaba que algo ocultaba. Su sonrisa no era del todo completa, tenía que enterarme de que trataba todo este misterio.

Fueron momentos inolvidables. Llegaron las vacaciones y decidí planear una salida con todos los del salón. Quedamos en ir al parque de las aguas de la ciudad. Hilary por su puesto también vino, lucia tan radiante.

Fue una tarde de ensueño, como quiero a estos chicos. Solo recuerdo estos momentos a excepción de un terrible hecho que sucedió horas después.  

Caminos entrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora