『MI PROPIEDAD PRIVADA』

[42] Las Misiones

—La persona que orquesto esta reunión aun no llega—balbuceo aburrido el mayor recostando su cabeza sobre su mano

Kanato resoplo iracundo

—Se supone que es el mas responsable de nosotros y aun así llega mas tarde que cualquiera de nosotros a esta junta importante

Ayato estiro los brazos en el sillón y se hecho encima de ambos brazos tirando su cabeza hacia atrás

—No es como si fuera malo estar un minuto respirando mientras ese cuatro ojos no esta presente

La puerta se abrió estruendosamente al mismo tiempo que Ayato pegaba un leve salto de su asiento.

—Como de costumbre mis estúpidos hermanos no saben hacer otra cosa que ser maleducados

Como si de un espectro se tratase apareció Reiji aprecio entrando a la habitación vestido totalmente de negro.

—A diferencia de ustedes yo si tenia importantes asuntos que atender esta mañana—se tiro el cabello que le caía en la frente para atrás—Fui a ver a nuestro padre para tener su permiso por las próximas acciones que tomaremos estos días

Unas miradas significativas fueron a parar al pelinegro después de esa breve explicación. Reiji acomodaba su ajustada corbata roja antes de sentarse en un sillón separado al de Kanato y Ayato.

—Es momento de exponer sus resultado de estas ultimas semanas fuera de la capital—dicto el segundo hijo mayor

(...)

Faltando pocas horas para el mediodía, una joven rubia lucia un nuevo vestido azul claro con total frescura dando bienvenida al soleado día, caminaba ella con emoción por el mercado al lado de una plaza donde se encontraban todo tipo de comerciantes, decidida a escoger los mejores insumos para la comida se dedico a buscar los ingredientes faltantes para el estofado de carne que tenia pensado preparar, aunque Subaru nunca fuera quisquilloso con la comida, y no tuviese un gusto particular por algo, para Yui era algo obvio el como disfrutaba comer ciertos postres dulces, por ello no solo cocinaba algo ligero siempre, si no que solía aparte darle unos cuantos postres luego de la tarde acompañado con un caliente café, de esa forma habría un mejor equilibrio en cuanto al sabor.

—Deme un kilo de estas—indico a una señora de edad que atendía en la frutería

 Con alegría, al pensar que cara pondría el albino al recibir un poco de pai de manzanas esta noche, sonrió efusiva.

Un ligero golpe en el antebrazo la saco de sus pensamientos

—Discúlpeme—menciono rápido un extraño encapuchado

—No se preocupe—respondió la joven

El extraño se alejo de ella para seguir con su camino, y unos pasos mas adelante se destapo la cabeza, dejando a Yui ver un cabello oscuro algo ondulado moverse con la brisa, lo cual por algún motivo no pudo dejar de mirar hasta que desapareció por completo de su vista.

—Aquí esta su pedido—le extendió una bolsa la señora a la rubia

Desconcertada pago de inmediato, algo aturdida por mirar con intensidad la espalda de un extraño, un fuerte latido resonó en su pecho, como una premonición nada agradable.