Capitulo IV Escrito con sangre de mi corazón

3 0 0
                                    


 Estoy en un proceso sumamente doloroso, conocí qué es el amor, como se sufre por ya no tenerlo y estar anhelándolo todos los días con las fuerzas de un sol creciente. Sobrellevar un duelo es difícil y yo ahora estoy lidiando con dos, que en varias veces al día me quiebro, siento que no puedo más, siento que el dolor acaba conmigo, con mis fuerzas y con todo lo que soy.

Tuve todo y lo perdí. Es devastador e hiriente ser feliz un día y 24 horas después sentirte morir por dentro. No se nace aprendido, y hasta para amar hay que estar aprendiendo día a día, nunca se deja de aprender en el amor, tal vez lo que un día fue hermoso tiempo después no sea suficiente, por eso dicen que el amor se alimenta día con día.

Perder a un hijo es algo indescriptible, es lo peor que te puede pasar como padre o como madre, he escuchado decir que no existe palabra para describir ese dolor y o ese estado de la persona, cuando pierdes a tus padres eres huérfano, cuando pierdes a tu esposo eres viudo, pero cuando pierdes a un hijo no existe palabra o definición alguna. Personalmente cuando perdí a mi hijo también sentí que perdí parte de mi vida, perdí todo lo que era, todo lo que soy, me sentí totalmente desprotegida, tan vulnerable que cualquier persona o cosa podía dañarme aunque fuera lo más mínimo. Y así fue con mi hijo, se fue parte de mi vida pasada, presente y futura. Me duele saber y aceptar que no está en mi ahora mismo y que no estará en mi futuro, me duele no haberlo conocido físicamente (me imagino como sería cuando naciera y como sería verlo crecer), me duele no haberlo amantado, me duele no haberlo bañado, no poder enseñarlo a caminar, enseñarle las primeras letras y hasta leer (como mi papá lo hizo conmigo), me duele no haberlo visto crecer, me duele cada momento de mi vida futura que no voy a pasar con él. Simplemente que no haya nacido me duele y tener que aceptarlo en lo más difícil porque amar a un ser y luego perderlo te mata por dentro. Este es mi primer duelo.

A pesar de todo, yo siento que mi bebé está conmigo en cada paso que doy, pensar en él en algún momento de mi día me hace sentir todo su amor, sé que cuida de mi igual que a su papá, y ser su mamá para mi es el honor y la alegría más grande que puedo tener. Yo quiero hablar de él en presente, se me hace feo hablar de mi bebé en pasado porque para mí esta su esencia y su amor acompañándome. Mi bebé nació del amor y es por el amor que merece no ser olvidado. El amor de padre o madre es el amor más puro, no hay cosa que yo no hubiera hecho para que mi bebé siguiera en mi vientre y poder darlo a luz. Él siempre va a ser mi primer hijo.

Perder físicamente a mi bebé me hace saber y sentir que de las cosas que más quiero en la vida es ser mamá. Adoraría estar embarazada ahora mismo, anhelo tanto volver a tener la oportunidad de ser madre y no perder ni un segundo para amarlo tanto como se merece un ser que está por venir al mundo, una nueva vida. Ser mamá es mi sueño más grande. Quiero dar vida, quiero tener hijos, es mi sueño más grande. De verdad lo que más quiero en esta vida es ser mamá y es doloroso saber de qué forma me di cuenta.

El segundo duelo es la pérdida de mi novio, el papá de mi bebé. Los dos estamos atravesando el duelo de perder al bebé, estamos dolidos, estamos heridos, sufriendo la pérdida y tratando de salir adelante. Quiero intentar saber lo que le pasa, qué piensa, qué siente, quiero ayudarlo y apoyarlo en este momento tan difícil para los dos. Sin embargo, él me ha alejado de su vida, quiere vivir su dolor sólo, y yo he insistido en acercarme a él, pero el me evade, me ignora, dice que yo lo daño y que si sigo así las cosas se pondrán peor. Me duele que me diga que yo lo daño, porque yo sólo quiero ayudarlo. Para mí es difícil dejarlo ir porque yo lo amo y si él no está bien yo tampoco lo estaré, uno no puede ir por la vida y ser feliz cuando el ser amado está sufriendo. Para mí el amor es apoyarse mutuamente para poder afrontar las dificultades y entre los dos darse fuerzas para salir adelante. Él me argumenta que está mal, que no se siente bien y que no tiene nada que ofrecerme, y yo entiendo eso, porque justamente yo también me siento mal, yo también tengo heridas abiertas, pero a pesar de eso el amor que siento por él también me alienta para recuperarme. Para mí el amor sana y cura heridas.

Du hast das Ende der veröffentlichten Teile erreicht.

⏰ Letzte Aktualisierung: Oct 18, 2019 ⏰

Füge diese Geschichte zu deiner Bibliothek hinzu, um über neue Kapitel informiert zu werden!

Por qué, tal vezWo Geschichten leben. Entdecke jetzt