La lagrima de Jesús (Judas X Jesús)

Parte única

Advertencia: Posiblemente nos pudramos en el infierno por esto, y si eso pasa, por favor lleven comida, así compartimos

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Narrador universal

Era ya de noche, Jesús y sus 12 apóstoles han venido a la gran habitación grande, reunidos para comer la cena de la Pascua.

Jesús estaba en una mesa compartiendo con todos los presentes, la bondad de su ser le invita ser amables con todos, las risas y el momento hace que todos regocijen en sus sillas, hablando con el conocido mesías.

"Comed del pan porque ese es mi cuerpo; toméis vino porque esa será mi sangre. Y con ello seré su salvación"

Se pudo escuchar como Jesús daba sus palabras,que llenan de esperanza a sus seguidores, Judas le observaba con recelo... ¿Por qué Jesús debía de ser tan perfecto? ¿Por qué sentirse así por él?

Judas debería estar arrepentido de este sentimiento... Pero, sin embargo no lo podía detener, era un odio/amor hacia Jesús...

Su mirada se concentraba en el rostro tranquilo del hijo de Dios, su expresión libre de cualquier malicia. Los ojos avariciosos de Judas examinaron a su amor platónico. Aquella piel ligeramente bronceada, sus ojos miel, y sus cabellos castaño largos y alborotados, e incluso su barba. él se sentía culpable, sentirse así por un hombre... No estaba bien.

A medida que la noche iba pasando, todos se iban retirando, Judas sin darse cuenta, embobado fijo en Jesús iba cayendo dormido en su silla. Y para cuando todos se habían retirado y sólo quedarán tres (aparte de Judas) de sus apóstoles, Jesús habló, citando a media noche a estos hombres a acompañarlo a un rezo.

Narra Jesús

Me levante de las silla donde me encontraba, sentado al lado mío estaba Judas, recostado en la silla, casi postrado en cansancio.

-Hacer pereza es pecado, Judas- dije con una voz bastante calmada, sonreí por un momento, pero él ya estaba en medio de caer dormido.

Después no escuchar la respuesta de judas, me dí cuenta de estaba durmiendo, lo intente despertar, para que fuera a descansar a su casa y no se quedara solo en aquella mesa, cuando comencé a llamarlo pude escucharlo vociferar entre sueños.

Suspire, no me quedo de otro que llevarlo, le levante por el hombro, e intente cargarlo.

Entonces, escuche un sollozo. Luego los brazos de Judas aferrándose a mí, llorando sobre mi hombro, acaricié sus cabellos tratando de consolarlo, pero sólo se abrazo de mi cuerpo más fuerte.

-Perdóname, perdóname, por favor...- Suplicó, yo palmié su espalda en un intento de tranquilizarlo.

Cerré mis ojos, su visión me llevó a otro momento...

El día antes, Judas les había hablado, seguramente a los guardas, y dijo:'¿Qué me darán si les ayudo a atrapar a Jesús?' Y ellos le dijeron: 'Treinta monedas de plata.' Pero Judas negó:'Ofrecerme más y lo pensaré'

Terminada la cena pascual todo acabaría... Y yo, Jesús, estaré sentenciado a ser crucificado.

-Me has traicionado, y lo sé- Murmuré - Pero, no seré yo quién te juzgará, si no mi padre-

El llanto de Judas no cesó, pero hubo un momento donde dejó de aferrarse de mí, su mirada se cruzó con la mía, y la sostuvo durante un tiempo efímero. Su rostro estaba enrojecido de pena, y sus ojos bañado en lágrimas, Pero lo que jamás pudo pasar desapercibido en esa expresión fue el destello de lujuria que destellaba en su iris, su pupila se contraen, trató de buscar la mía.