39.- Faces and mirrors

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Si estás tan preocupada deberías ir allí sugirió Gustav viendo que Tomina no se animaba a levantarse de la banca en donde habían estado esperando desde hacía más de dos horas—Nadie pensará algo raro, están angustiados y creo que el apoyo emocional vendría bien añadió.

Georg es nuestro amigo, pero aun así yo estaría completamente fuera de lugar —respondió frustrada —, mis intenciones son egoístas —concluyó sin poder terminar de confesar que la razón por la cual quería ir en aquella dirección era para asegurarse una vez más que aquel había sido un sueño y que Billie se encontraba bien, que era Andreja quien había caído.

¿Entonces qué piensas hacer?

Debería irme a casa, no importa lo que digas, no me sentiré mejor yendo hacia allá.

Estás siendo increíblemente desconsiderada, estoy impresionado respondió Gustav, pero internamente se alegró de que Tom pensara un poco más en si misma que en los demás —Odio ser quien diga esto, pero Billie podría necesitarte.

No es como si pudiera acercarme a ella, su hermano y su madre estarán ahí —respondió frustrada recordando que Georg aun no sabía sobre su relación, al igual que Simone podría atar cabos por su cuenta y sacar conclusiones rápidamente de porque repentinamente ella y Billie se había hecho tan "amigas"—. Me voy a casa —dijo poniéndose de pie.

¿Quieres que te lleve? —se ofreció Gustav.

No, me sentiría mejor si te quedas con Georg, al menos tu puedes hacerlo, avísame si hay noticias.

Cuando Tomina salió del hospital fue como si un gran peso de encima se quitara de sus hombros, era como si solo de estar ahí le recordara a su cuerpo que estaba muerto y quisiera desprenderse de su alma. Era ciertamente un pensamiento estúpido, pero era la única forma en la que podía justificar esas terribles ganas de correr fuera de ahí.

Llegó a casa tarde, no porque no supiera el camino o porque este fuera demasiado largo, fue más bien porque no conseguía calmar su ansiedad ni los pensamientos que poblaban su mente. Se perdió en su mente mucho más de lo que sus pasos podían perderla en un pueblo que conocía de pe a pá, la llevo a recónditos sitios que ella prefería evitar casi tanto como a los hospitales, pero al igual que estos últimos, siempre encontraban la manera de llevarte hasta ellos. Tom subió las escaleras del pórtico de su casa, se sentó a descansar sobre el último de los escalones, secó el sudor de su frente con la orilla de su camiseta y después miró hacia lo alto en donde espesas nubes grises oscurecían el cielo del atardecer. Llovería pronto.

Entró a la casa cuando el viento se volvió fresco y le erizo la piel caliente, todo estaba en completo silencio en aquella morada de una sola planta a las afueras del pueblo. De haber estado Gordon la televisión se hubiera escuchado desde fuera, algún episodio de "El precio de la historia" o "el reino del suricato" y si era un gran día, algún episodio de Modern Family, Tomina estaba segura de que Sofía Vergara era el motivo.

Pero hoy el viejo televisor estaba apagado, el sillón se veía incluso más grande sin Gordon descansando en él y Tom odio darse cuenta de lo sola que se sentía en ese momento. Caminó por el largo pasillo hasta el cuarto de baño, cerró la puerta y echó el cerrojo para después despojarse de sus prendas y el par de tenis usando sus pies, después echó andar la regadera.

Tomina entró a la ducha mucho antes de que el agua saliera caliente, era casi como si con el agua helada pudiera castigarse por todos aquellos pensamientos que incluían a Andreja. En un mundo distinto a este, probablemente en otra vida, o probablemente unos años antes la menor de sus preocupaciones sería alguien como Andreja, la Tomina de años atrás le hubiera dicho "que te den" justo en la cara y ahora estaría haciendo alguna patética cosa insana de la cual en aquel momento ni siquiera sería consiente, pero la realidad es que aquella Tom no había desaparecido del todo, solo había mutado lo suficiente para poder sobrevivir esta vez, pero ahora cuando tenía estos patéticos comportamientos estaba plenamente consciente de ellos y era mucho más frustrante no tener fuerza para detenerse.

Girls Like Girls Like BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora